Ex futbolistas que han querido dar el salto a los banquillos

Muchos jugadores conocidos de la liga, una vez cuelgan sus botas, deciden probar suerte como entrenadores pero no todos brillan

El futuro que se plantean muchos futbolistas cuando les llega el momento de terminar su carrera como jugador es el de dar el salto a los banquillos. Muchos entrenadores que vemos hoy en día en los grandes clubes han sido previamente grandes futbolistas que no quieren dejar su vida fuera del fútbol y deciden ponerse al cargo de equipos con los que seguir compitiendo. Futbolistas retirados como Zidane, Luís Enrique, Simeone y un largo etcétera, han conseguido ganar títulos importantes en su etapa como futbolistas y también como entrenadores, pero el camino para ser un gran técnico no es nada fácil.

La mayoría de los entrenadores deben empezar en categorías inferiores de equipos importantes, o directamente comienzan en equipos modestos de la Segunda División y de la Segunda División B. Por ejemplo este año han comenzado su andadura como técnicos recién estrenados, ex futbolistas bien conocidos en nuestra liga como fue Solari, quien entrena ahora al Castilla y podría ser el sustituto de Lopetegui en el caso de que el Madrid no consiga remontar la mala racha de resultados y de juego que acumula en sus últimos partidos.

Muchos nombres que ya conocemos son los actuales entrenadores de clubes como la UD Ibiza, entrenada desde la jornada 6 por el mítico guardameta sevillista Andrés Palop quien se estrenó como entrenador en el Alcoyano en la temporada 2015-16; Pedro Munitis entrena al UCAM Murcia tras varios años como técnico del Racing y luego de la Ponferradina; o el mítico ex sevillista Luís García Tevenet quien dejó el fútbol como jugador del Orihuela al que pasó a ser entrenador al mismo tiempo en 2008 y desde entonces consiguió ser 2º entrenador del Sevilla durante una temporada, pero solo ha conseguido mantenerse como técnico de la Segunda División B. No todos los futbolistas exitosos corren la misma suerte tras colgar sus botas y sentarse en la silla del entrenador.

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