La inflación en el mundo del fútbol

OPINIÓN - El mundo del fútbol se está viendo inmerso en una burbuja que puede ocasionar una crisis mundial. Os muestro un claro ejemplo

Muchos pensarán al leer la entradilla de este artículo de opinión que es una noticia realmente alarmista, o que simplemente busca "aprovechar" la situación actual del mercado para lanzar un ingenioso comentario. Pero lo cierto es que no, simplemente hay un motivo de este artículo que viene precedido de una causa y esperemos que lo que se hable aquí no termine siendo, a la larga, una consecuencia.

Este verano, el mercado de fichajes ha vivido una nueva subida descontrolada de los precios. Un aumento al alza que pocos podían predecir pero que finalmente ha terminado ocurriendo. Únicamente tres traspasos han movido, sin contar variables, 505 millones de euros. Una cantidad desorbitada que muestra lo que es el fútbol actual, un negocio que da mucho dinero, pero que no hace más que dirigirse a un único rumbo: la bancarrota. Dejemos a un lado todos los ideales cercanos a este deporte, apartemos los colores de cada uno, y hablemos con hechos. El fútbol a día de hoy no es más que un negocio, un negocio rentable para clubes de gran escala mundial, pero que ya está en su frontera máxima.

Invertir en un jugador 15 millones de euros y ganar 105 al año siguiente, o conseguir más de 180 millones por una promesa de tu cantera que únicamente ha tenido un año bueno -cuidado, no digo que Mbappé sea malo ni mucho menos, pero solo ha jugado una temporada como profesional- son negocios redondos. El jeque o inversor de turno ve dinero y ve posibilidades de multiplicar sus ganancias, y por ello invierten. Pero claro, no es lo mismo amortizar 50 millones que 100, y mucho menos lo es amortizar 400 millones de euros.

La inversión del PSG pone en riesgo el panorama económico actual del fútbol, pero también de la sociedad. Actualmente, el fútbol mueve a muchas empresas de primer nivel que tienen grandes sumas invertidas, todo ello a la espera de un retorno de la inversión -no hay más que ver el contrato que le ofrece ahora Adidas al Real Madrid por 1500 millones-, y con ellas a miles de trabajadores. Si peón cae se sigue la partida, pero si el Rey toca el suelo, no es más que jaque mate. Ahí está el problema, las amortizaciones son ahora mismo descontroladas. Amortizar 400 millones de euros al año es una suma realmente alocada, tanto en forma como en tiempo. Una amortización así provocaría un aumento generalizado de los precios de todo lo relacionado con el fútbol, y como tal la caída de las piezas, una por una, sin pausa, en un efecto de retroceso económico parecido al que ya se vivió con la famosa burbuja inmobiliaria.

El miedo no está en lo ocurrido este verano, sino en lo que pasará próximamente. Con esos 505 millones de euros invertidos en tres jugadores (Mbappé, Dembélé y Neymar), hace cinco años podías firmar a Cristiano Ronaldo (91 millones de euros), Luis Figo (60), Zinedine Zidane (75), Gerard Piqué (7), David De Gea (25), Marcelo (7), Ronaldo (45), Ronaldinho (28), Sergio Ramos (27), Dani Alves (29) y Toni Kroos (25), por ejemplo. Aún así, te seguirían sobrando unos 80 millones de euros. Un claro ejemplo de la subida de los precios, con menos de lo invertido en sólo tres jugadores, podías formar un equipo de ensueño, pero claro, el dinero es el dinero, y como bien dicen los expertos en economía, lo que hoy vale un euro, mañana puede valer un precio totalmente distinto. Así que únicamente podemos ver qué pasa con el mercado...

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