¿Son buenas las cláusulas de rescisión en el fútbol español?
OPINIÓN - El multimillonario fichaje de Neymar por el Paris Saint-Germain deja en tela de juicio las cláusulas de rescisión


Puede parecer mentira, pero el fútbol español está en cierta desventaja con el resto de Europa. En pocos países se incluyen en los contratos, salvo pacto entre las partes, la presencia de una cláusula por la que se pueda romper de manera unilateral el contrato. Hay métodos, como pueden ser el transfer request que sirven para presionar a los clubes para que negocien con otros equipos los diferentes traspasos, pero no hay una cifra marcada como solución para no tener que negociar.
Las cláusulas de rescisión no hacen más que perjudicar a los clubes en España. Los equipos de la zona media-baja de la tabla no pueden poner cláusulas altas a sus jugadores estrellas, ya que de lo contrario no firmarían. Ellos lo que buscan, en parte, es ser también accesibles para los grandes en el caso de destacar notablemente. Asimismo, estos equipos ven como en ocasiones reciben una cantidad de dinero inferior a la que realmente vale el jugador, por el mismo motivo. Ahora bien, podemos retomar el caso Neymar para ver hasta qué punto puede ser grave el asunto. Imaginemos que estamos a dos días del final del mercado, y el PSG llega con la oferta y proyecto que le ha presentado a Neymar. El jugador lo considera interesante y lo aprueba. El Barcelona no tiene que ser informado del pago de la cláusula, únicamente puede aparecer el PSG decir que la paga, el jugador reafirmar que está de acuerdo, y cerrarse la operación. El Barcelona tendría 222 millones de euros, sí, pero no tendría tiempo físico para fichar.
Por otro lado, siempre se ha dicho que la cláusula de rescisión es el precio por el que el club vendería a un futbolista. Este hecho no es realmente cierto, ya que en el fútbol actual, y sobre todo como está el mercado de fichajes, lo que en este momento vale 1 millón de euros, mañana vale 20. Casos como los de Renato Sanches, Martial, Asensio, Kylian Mbappé o Dembélé son buenos ejemplos. Imaginemos que a Mbappé, que en su momento era un juvenil cuando debutó con el Mónaco, le pusiesen una cláusula de 50 millones de euros, ¿Seguiría en el Mónaco? Aquí, un ejemplo claro de la cara "B" de las cláusulas...