Los problemas blues
El Chelsea de Mourinho ha comenzado la temporada con muchos problemas. Analizamos las claves y las razones de la crisis actual del campeón de Inglaterra
¿Qué le pasa al campeón? Una pregunta que recorre el selecto barrio de Chelsea en Londres. Quizás, la pregunta más repetidas entre los aficionados que cada 15 días acuden a Stamford Bridge para apoyar a los futbolistas que se enfundan la camiseta blue. Y es que, tan solo han pasado unos meses desde el Chelsea que acabó ganando la Premier venciendo en la última jornada al Sunderland, hasta el nuevo equipo que ha empezado la liga con un empate y una derrota. Y lo peor, con muchas dudas. No solo son los resultados, que son malos. Las sensaciones son peores. Por ello, los aficionados del Chelsea se preguntan qué es lo que le pasa al campeón de la Premier.
Cuando ocurren estas cosas, y a un grande, no le va tan bien como se esperaba, se buscan culpables. En el punto de mira está Mourinho que inmerso en mil y una guerras vive un momento complicado en un club al que considera como su casa. El trabajo realizado durante el verano también está en entredicho. La política seguida por el club en cuando a los fichajes no ha gustado, y por ahora, parece errónea. Pero aún quedan 10 días para solucionarlo. Lo que preocupa de verdad es que, entre unas cosas y otras, el Chelsea marcha dieciseisavo a 5 puntos de los líderes. Esto es lo que miran los aficionados. A pesar de ello, la temporada tan solo acaba de arrancar y el Chelsea tiene potencial suficiente como para cambiar por completo esta situación.
El peor inicio en 17 años
Si por algo ha destacado este inicio de la Premier ha sido por como ha empezado el Chelsea de Mourinho. 1 punto de 6 posibles. Es pronto, no hay que hacer saltar todas las alarmas. Pero alguna si. Los de Stamford Bridge han firmado el peor inicio en 17 años. Nadie reconoce a este Chelsea. Swansea y Manchester City se han aprovechado del mal inicio del conjunto blue y ambos han hurgado en la herida del Chelsea. Pero estos problemas no vienen de ahora. El partido de la Community Shield ante el Arsenal ya evidenció problemas graves. La pretemporada la falta de rodaje y ritmo, acompañados de la mala suerte fueron las excusas pero el título se fue al norte de Londres con los de Wenger.
Está claro que deportivamente algo no funciona. En el primer partido de liga, ante el Swansea y en Stamford Bridge el Chelsea acabó pidiendo la hora con 2-2 en el marcador. Bien es cierto que los londinenses jugaban desde el minuto 52 con uno menos por la expulsión de Courtois. El Chelsea dejó ver los problemas que había tenido en Wembley ante el Arsenal. En ataque no fluía el balón, tan solo arrancadas individuales de los jugadores de más calidad de la plantilla y poco más. Ni el juego directo, que tanto le ha dado a Mourinho le está funcionando. En ataque el Chelsea está estático, ni un desmarque a la espalda de la defensa, ni un movimiento de ruptura, todos la quieren al pie y nadie viaja a los espacios. El problema de esto es que el conjunto de Mourinho se convierte en un equipo plano y sin alternativas de ataque. Es cierto que tienen más la pelota, pero sin peligro alguno. En defensas también hay problemas. El entrenador portugués tiene que volver a recuperar la solidez defensiva del Chelsea, una de las características más importantes de este equipo cuando está bien. En el Etihad Stadium se le vieron todas las carencias a la defensa blue. En poco más de media hora, el “Kun” Agüero había sacado los colores a los defensores del Chelsea y se había plantado dos veces delante de Begovic, que respondió muy bien. A la tercera vez que el argentino desdibujaba la defensa de Mourinho, no fallaba y rompía el empate a cero. A partir de ahí, decadencia total del Chelsea que no entró en el partido en ningún momento. La defensa mirando y el City golpeando, hasta tres veces. El Chelsea no encontró su sitio, por momentos, ni lo intentó. A partir del primer gol el partido fue del City que no tuvo problemas para acabar goleando al campeón.
Pero esto no acaba ahí. Otro problema, que se inicia desde la defensa pero en el que tiene que ver todo el equipo es el balón parado. El año pasado el Chelsea sacó petróleo de estas jugadas. Terry, Cahill, Ivanovic y Diego Costa hicieron una enorme cantidad de goles gracias a estas jugadas. Además, la defensa del Chelsea fue una batería antiaérea el año pasado. Todo balón que volaba cerca de la portería era rechazado. En el partido del Etihad el City creó peligro en cada córner o falta lateral que Silva ponía en el área. Todos estos problemas deportivos se acentúan con los líos internos que ocurren en el Chelsea. Pero eso es un capítulo aparte. La principal tarea ahora es recuperar la solidez defensiva, volver a ser un equipo duro y consistente. Y en ataque, que el Chelsea sea el equipo peligroso y potente del año pasado. A partir de ahí, llegarán otra vez los resultados.
Las “guerras” de Mourinho
¿Está distraído Mourinho?, ¿ha dejado el plano futbolístico de lado? Estas dos cuestiones también suenan en las gradas de Stamford Bridge. Y es normal, viendo el panorama del Chelsea y teniendo en cuenta como es su entrenador. “The Special One” es un hombre de guerras. Y le da igual contra quien cargar. Ya puede ser un árbitro en particular, la UEFA, la F.A., Sky o quien sea. Todo aquel, que según él, perjudique a sus equipos. Allá donde va entra en disputas con alguien. A veces, del mismo club en el que trabaja, como lo que le ocurre en el Chelsea. Nada más empezar la temporada y el luso ya está metido en varias “guerras” internas.
La primera tiene que ver con el servicio médico. Concretamente con Eva Carneiro. Durante el partido ante el Swansea, en los últimos minutos y con el Chelsea jugando con 10 futbolistas, Carneiro saltó al campo para atender a Hazard, dejando así al Chelsea con 9 futbolistas. A Mourinho no le gustó esto y les gritó, tanto a Carneiro como a Jon Fearn, el fisioterapeuta. Al entrenador le pareció que los médicos tienen que entender el juego y no podía dejar al equipo con 9 en ese momento. Así que tomó la decisión de suspender de sus funciones a la doctora para el partido contra el City. El debate en torno a esta polémica está creado y desde Inglaterra aseguran que Mourinho está distraído del tema deportivo.
Por otra parte, están las guerras de Mourinho con sus futbolistas. En el Madrid hubo damnificados por estas diferencias, como Casillas. Ahora parece que también los hay en el Chelsea. El capitán John Terry es uno de los que está molesto con el entrenador. No le gustó ser uno de los sustituidos en la Community ante el Arsenal y tampoco que le dejara en el banquillo del Etihad sacando a Zouma en su puesto. Pero además del capitán, uno de los pesos pesados del vestuario como es Bratislav Ivanovic tampoco está a gusto con Mourinho. Al serbio no le ha gustado que se le ofreciera tan solo un año en su renovación porque entiende que es un jugador importante en la plantilla y ha tenido grandes ofertas este verano como la del Bayern Munich. Y por último, Diego Costa. Al delantero no le han gustado las declaraciones de su entrenador que ha dicho que desconoce qué le sucede para no recobrar su estado físico. Eso ha molestado mucho al hispano-brasileño, el hombre-gol de la campaña pasada.
Los fichajes
En Stamford Bridge no ha gustado el poco protagonismo del Chelsea en el mercado de fichajes. Las incorporaciones de Baba y Begovic, la cesión de Falcao y el “robo” de Pedro al Manchester United son los únicos movimientos que han ocurrido en el Chelsea. El de Pedro, tras los dos batacazos en liga. El canario ilusiona en el Chelsea porque por sus características le puede venir muy bien el juego de Mourinho y puede aprovechar los espacios que deja la Premier. Tras este poco protagonismo en el mercado de traspasos se esconde el enorme gasto que supondrán las obras de ampliación de Stamford Bridge. A pesar de esto, y viendo el mal inicio de temporada del Chelsea, su dueño, está convencido de que hay que invertir en estos últimos días de mercado. Ya ha firmado a Pedro y el siguiente podría ser John Stones, el joven central del Everon y una de las joyas del fútbol inglés. A sus 21 años es el líder de la defensa tofffee y para Mourinho es el sustituto perfecto de Terry. Pero la operación es complicada. El Everton no quiere venderlo y ya ha rechazado ofertas por 30 y 40 millones de euros. El Chelsea está dispuesto a ofrecer 50 pero ahora que el United ha perdido a Otamendi, los de Manchester también han entrado en la pelea.