Bayer Leverkusen: Leno, aprovechar la oportunidad

Bernd Leno ha sabido aprovechar la oportunidad que se le ha brindado en el Bayer Leverkusen para considerar como un exponente de las porterías

Existen determinadas averías cotidianas que pueden generar un caos instantáneo y para las que son necesarias rápidas intervenciones que solucionen el problema. Si el agua comienza a desbordarse, apagar de inmediato la llave general de la luz. Si la cisterna se desborda, cerrar la válvula de entrada de agua sin pensarlo. Y si pierdes por lesión al portero titular de tu equipo en las primeras semanas de pretemporada, no pararse a buscar explicaciones, culpables o motivos de tan duro golpe, sino actuar con celeridad para saber suplirlo por el adecuado en el menor tiempo posible. En el Bay Arena de Leverkusen supieron reparar su singular avería bajo palos, la misma que iba a dejarles sin su icono y capitán hace años, René Adler, para ofrecer la oportunidad de su vida al ya hoy considerado repuesto de lujo, Bernd Leno.

Una tarde de principios de julio, el internacional alemán René Adler (considerado mejor portero actual del país por muchos analistas, no por quien escribe), sintió un dolor en la rodilla durante un amistoso de pretemporada. Como ya le había sucedido en el pasado Mundial (donde otra lesión, esa vez de costilla, lo sacó de la lista germana), Adler volvía a ser víctima de sus molestias físicas. Admitía que la cirugía era inevitable y el director deportivo del Bayer, Rudi Voeller, no escondía que era un revés clave en los planes por lo que representaba y por su supremacía en el equipo. “Esperamos que vuelva rápido”, deseaba, consciente de que había que solventar la avería de inmediato. Un club bien estructurado como el alemán, ya tenía opciones meditadas de antemano por el cuerpo técnico, que no tardó en llamar al joven que había divisado para planes futuros, Bernd Leno.

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Pese a que el estadounidense Yelldell acababa de llegar a Leverkusen tras una buena campaña en el Duisburgo y sabiendo que por detrás incluso estaba el canterano Giefer (que había debutado hace unos años con el primer equipo), la lesión de Adler no otorgó una posibilidad real de continuidad a ninguno. El primero, fue el habitual titular durante la pretemporada e incluso fue elegido en la primera ronda de Copa. El segundo, ocupó la portería en el estreno de Bundesliga. Ambos partidos generaron derrotas dubitativas para el recién iniciado proyecto de Robin Dutt, que apoyó sin dudarlo un esfuerzo desde la directiva por el ‘recambio’.Leno, por entonces de sólo 19 años, había sido criado en el Stuttgart, único equipo de su infancia tras unos primeros acercamientos comarcales en el Germania Bietigheim (club amateur), donde empezó a colocarse bajo palos con apenas 11 años.

Creciendo en el Mercedes Arena, una de las mejores canteras del país y entrenando entre otros con Jens Lehmann (que llegó a decir de él que iba a ser un portero de nivel mundial), el joven había perdido su presencia en las selecciones inferiores desde que ganara como guardameta suplente el Europeo Sub 17 de 2009 (curiosamente, Ter Stegen, portero del Moenchengladbach y uno de los iconos del momento en la Bundesliga, era entonces el titular de aquella generación). Pero su trabajo diario le permitía aprender, progresar en silencio y buscar sus opciones en la sombra de otros compañeros de tarea que llevaban años esperando sus mismas opciones. En esa lista post-Lehman, el siguiente era Sven Ulreich (Stuttgart aún hoy).

Por todo ello, cuando el Bayer Leverkusen llamó a la puerta de Leno, el acuerdo fue inmediato. El joven lograba en tiempo record una oportunidad al primer nivel que ni siquiera tenía presagiada en sus mejores sueños, el Stuttgart podría permitir que un club competitivo ofreciera una proyección importante a uno de sus canteranos, y el propio comprador adquiría al guardameta que tenía en mente como relevo generacional de futuro. Leno debutaba apenas cuatro días después en Bundesliga, demostrando reflejos, habilidad, una estupenda capacidad en sus salidas y, sobre todo, serenidad y seguridad pese a tratarse de un ‘novato’ en su primera tarde de altos vuelos. El sustituto dejó de serlo cuando durante tres partidos consecutivos, logró igualar el record para un debutante al no encajar ningún gol (comparte méritos con Dirk Krüssenberg y Macherey Heribert) y, sobre todo, cuando sus intervenciones también le valieron elogios pese a las derrotas, como en Stamford Bridge, donde evitó una goleada Champions. Allí, se convirtió (con 19 años y 193 días), en el portero alemán más joven en jugar un partido de la máxima competición continental.

Establecido como estandarte de un Leverkusen que le ofrecía una continuidad inimaginable, no tardó en generar el debate que convirtió a Adler en jugador transferible ese verano y Leverkusen pagó su fichaje tras una primera cesión de unos meses: “He leído que Fredi Bobic (director general del Stuttgart) dice que estaré de regreso el 1 de enero. Sin embargo, el Bayer Leverkusen está compitiendo en Champions y el Stuttgart no. No es fácil y me encantaría seguir aquí en Leverkusen, per la decisión no es mía, sino de los clubes”, defendía. Años más tarde, con la afición respaldando su contratación desde entonces, Leno puede seguir apuntando alto. Hoy, a ojos de Europa y en Leverkusen. Mañana, sin destino, pero con la premisa asegurada de un futuro alentador. La avería está solventada y el problema, quedó solucionado en sus manos.

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