Premier League: Como entrar en Europa sin ser del Top-6

El Southampton se ha consolidado como la gran revelación de la temporada en la Premier League y aspira a entrar en Europa. ¿Se puede lograr sin ser del Top 6?

En Inglaterra, hay un grupo de equipos que dominan económica y deportivamente la liga. Manchester United, Chelsea, Liverpool, Manchester City, Arsenal y en menor medida, el Tottenham, son los equipos con más caché, con más poderío social, económico y deportivo. Esos equipos, forman el top-6 del fútbol del país. Copan las mejores posiciones de la clasificación, y cuando no lo hacen, es que algo va mal en alguno de estos clubes. Las posiciones de Champions, rara vez salen a subasta para alguno de los aspirantes de la zona media. Para acceder a ella un equipo de la “nobleza”, se debe hacer una temporada histórica y esperar al fallo de los “reyes” de la clasificación.

Pero otra cosa es la UEFA Europa League. De los 6, dos de ellos pueden hacer una temporada más floja y dejar libres los billetes para viajar a Europa. Ahí está la oportunidad de la clase media. El año pasado fue el Everton el equipo que le plantó cara a los grandes haciendo una gran temporada y poniéndole las cosas difíciles al Arsenal para entrar en la Champions.

Durante los últimos diez años, algunos equipos nos han demostrado que sí se puede competir con la dinastía del top-6. La clase media va y viene. Entrar en la clase dominante es difícil, pero estar entre los “nobles” de la clasificación no tanto. Hay equipos que entrar y salen, son rachas, y en los últimos años, estos son los que han sabido competir a los grandes.

Southampton, reconstrucción total

En FutbolPrimera, ponemos un candidato para este año. El Southampton de Koeman. Los del sur de Inglaterra ya cuajaron el año pasado una sensacional campaña a los mandos de Pochettino. Durante muchas jornadas ocuparon plazas europeas pero el equipo se desinfló. El gran año supuso un verano difícil. Los grandes se fijaron en el Southampton y los mejores futbolistas hicieron las maletas. Shaw, Lallana, Lovren, Chambers y Lambert se han marchado a los más grandes de la Premier.119 millones de los cuales 73 se han utilizado para reforzar la plantilla. Fichar jugadores de clase media para luego vender estrellas. Mané, Long, Tadic, Forster, Pellè, Gardos, Taider, Alderweireld y Bertrnad, los últimos tres, cedidos. Unos fichajes que han llegado para darle al equipo hambre de hacer cosas importantes, de competir y de plantar cara, y si puede ser, de soñar.

Y a los mandos, Ronald Koeman. En España, uno de los entrenadores más cuestionados de los últimos años después de su mala experiencia dirigiendo al Valencia. Su buen trabajo con el AZ Alkmaar y el Feyenoord le han valido la oportunidad en la Premier League, con uno de los equipos que más trabajo necesita, pero un trabajo apetecible para cualquiera, un proyecto ilusionante que por ahora, está dando frutos. El entrenador holandés, está tan centrado en el proyecto saint que ha rechazado ser el próximo entrenador de la selección de su país.

Por ahora, se están haciendo bien las cosas y los resultados lo corroboran. Después de 7 jornadas el equipo marcha tercero en la clasificación con 13 puntos gracias a 4 victorias y un empate. Tan solo han fallado ante el Liverpool en la primera jornada y en la pasada, en White Hart Lane. Dos victorias contra dos rivales con una plantilla superior. Todos los demás partidos han sumado. Igual que en la Capital One cup, donde hace unas semanas asaltaron el Emirates para seguir una ronda más.

Cuando un equipo sufre las pérdidas que ha sufrido este año el Southampton, la recuperación es difícil. La columna vertebral del equipo ha cambiado, pero los jugadores nuevos han asimilado y se han creído el discurso de Ronald Koeman. El 1-4-3-3 que Koeman aprendió de Cruyff funciona con los nuevos jugadores. La gente de arriba se ha adaptado bien, y el mejor, Pellè. Su nombre está de moda. Koeman lo tuvo en el Feyenoord y ya sabía lo que se traía a la Premier, y el italiano lo está demostrando. 4 goles y dos asistencias en 7 partidos, le han valido para debutar con la azzurra. Está por venir la total adaptación del fichaje estrella, Sadio Mané, el joven senegalés que el año pasado deslumbró en el Red Bull Salzburg. Nacido en Sedhiou, se fue a jugar al filial del Metz y pronto al primer equipo. Salta la sorpresa en Francia y se consolida en los Juegos Olímpicos de Londres. El Salzburg se hizo con él y desde entonces su nivel no ha dejado de crecer. Velocidad, desborde, explosividad, desequilibrio. Esas son las grandes facetas de un jugador capaz de aparecer en cualquier zona del campo. Fuerza y potencia en carrera, va al choque sin miedo y tiene una gran capacidad técnica. Partiendo desde la banda llega al centro y dispara con ambas piernas. Un jugador del que se espera mucho.

El primer Everton de “Bob” Martínez

Parecía que iba a ser un año difícil a orillas del Merseyside. Tras muchos años en Goodison Park, Moyes ponía rumbo a Old Trafford y su puesto lo ocupaba Roberto Martínez. Con el 4-2-3-1 del técnico español, muy parecido al que utilizaba Moyes, el inicio del Everton fue increíble. Martínez supo recoger el legado del escocés y unirle sus conceptos. Una de las diferencias claras es el juego a partir de la zona de tres cuartos de campo. Con Moyes, la influencia de Fellaini en esa zona era clave, sus peculiaridades físicas llevaban al equipo a jugar muchos balones por arriba, que el belga bajaba y distribuía. Con la marcha del centrocampista al Manchester United, Martínez le dio los galones a la joven esperanza del fútbol inglés, Ross Barkley. Producto de la cantera toffee, el mediapunta le dio magia al club de Liverpool. En defensa, Jagielka y el veterano Distin, aunque el joven John Stones cumplió a la perfección en momentos importantes. En la derecha, la revelación del campeonato, Seamus Coleman y por la izquierda, Leighton Baines, para muchos, el mejor lateral izquierdo de la Premier.

McCarthy y Barry daban equilibrio en el centro del campo El complemento para ellos, el jugador que les da descanso y les suple a la perfección es Leon Osman a quien le da igual el centro del campo, la banda izquierda, la derecha o la mediapunta.A partir de la zona de tres cuartos, la magia la ponían Deulofeu, Mirallas o Naismith. La punta de ataque, para Romelu Lukaku, una bendición para el equipo en los momentos que más aprieta el rival. Un pelotazo para despejar lo transforma en un contraataque. Su potencia física hace que para él le resulte fácil bajar cualquier balón. Juega de maravillas de espaldas, y para los jugadores de segunda línea les viene muy bien que dos jugadores estén con él a la hora de defender.

Un proyecto bonito y con continuidad. A pesar de que este año las cosas no han empezado bien para los toffes, Roberto Martínez tiene plantilla para sacar adelante el equipo y volver a intentar colocar a los de Liverpool en zonas europeas.

Pólvora senegalesa en el nordeste

El Newcastle sorprendió en la temporada 2011-2012. A los mandos del equipo, Alan Pardew. Ese verano el Newcastle incorporó a Santon, Cabaye y Demba Ba, claves para el futuro éxito de esa temporada. En invierno se sumó a la nave otro fichaje estrella, Papiss Demba Cissé. Y el técnico nacido en Wimbledon construyó el mejor Newcastle de los últimos años en torno a estos tres grandes jugadores. El primero, Yohan Cabaye, llegó desde Francia, y rápidamente le compararon con Ginola, con quien comparte ese grandísimo golpeo de balón. Diestro, sin un gran físico ni altura, el francés se convirtió en el perfecto box-to-box para las “urracas”. Durante su estancia en Newcastle jugó e hizo jugar a un equipo que hacia transiciones ataque-defensa a una velocidad vertiginosa. Desde su marcha, el Newcastle busca un director de orquesta que pueda hacer su papel. Arriba ondeaba la bandera de Senegal. Demba Ba explotó en el Newcastle y se convirtió en un delantero con grandes cualidades técnicas y físicas, su 1.90 no le mermaba la calidad y se movía con facilidad y agilidad, a lo que le sumaba una capacidad intuitiva extraordinaria para hacer goles. Uno de los nombres que sonó para media Europa. En todas las agendas de los grandes sonaba su nombre y al final fue el Chelsea el que le fichó, aunque sus problemas de rodilla mermaron sus actuaciones. El segundo, Cissé, se ganó la admiración de la Premier en tan solo tres meses. Llegó en le mercado invernal y anotó 13 goles en 14 partidos. Cifras espectaculares que llevaron a los aficionados magpies a compararle con una leyenda del club. Un jugador que también llegó en invierno y escribió su nombre con letras doradas en la historia del club, Andy Cole.

Juntos llevaron a los del nordeste a competir con los grandes y ganarse un billete para jugar en Europa. Pero como siempre pasa, a golpe de talonario el equipo se ha ido desmantelando y ahora en el Newcastle, donde ondea la bandera francesa, las cosas no van tan bien como querían. El contrato de 8 años que se ganó Pardew tras acabar la temporada 11-12 ahora parece demasiado largo.

El buen hacer de Moyes y O´Neill

Mención aparte merece el grandísimo trabajo que hizo Moyes con el Everton. Ahora, muy criticado por la prensa tras su desastre en Old Trafford, cerca de allí, en Liverpool es venerado casi como un dios. Durante sus años como entrenador del Everton Moyes hizo disfrutar a los aficionados de Goodison Park y logró grandes resultados como los cosechados en las temporadas 06-07 y 07-08. A base de un buen trabajo y de hacer crecer a jugadores con mucha calidad, el técnico escocés metió al Everton en Europa y paseó el nombre de los toffes con mucho orgullo por la Premier League. Un equipo temido en cualquier campo, capaz de ir a Old Trafford y asaltar el Teatro de los Sueños. Un equipo que dominaba todas las suertes y marcaba los tiempos como nadie. Su 1-4-2-3-1 característico le permitía ser dueño del balón durante largos períodos del partido. Con jugadores como Arteta, Cahill, Pienaar o Phil Neville eso es posible. El tándem formado por Arteta y Cahill dio enormes alegrías a la afición además de muchos puntos gracias a los 14 goles y 12 asistencias que sumaron entre los dos. Pero los de Moyes también sabían sufrir y encerrarse atrás para buscar una oportunidad a la contra. Eran mortales al contragolpe.

El Everton de Moyes era un equipo rápido, vistoso, que llegaba con mucha facilidad al ataque. Por bandas y con mucha gente. Los jugadores de segunda línea disfrutaban llegando con facilidad a posiciones de ataque. Un ataque que estuvo liderado por Yakubu. 21 goles marcó el nigeriano que estuvo acompañado en el ataque por su compatriota Anichebe y Andy Johnson, que acabó con 10 goles en su casillero. Otra faceta que Moyes explotó mucho con el Everton fue el balón parado. El recién llegado Joleon Lescott anotó 10 goles y Jagielka dos más.

A 158 km de allí, en Birmingham, y durante la misma temporada, otro gallito plantó cara, el Aston Villa de Martin O´Neill. Los de Villa Park acabaron sextos tras hacer un gran año en el que destacaron por su fortaleza defensiva y su gran contragolpe. Knight, Bouma, Mellberg y Laursen le dieron a O´Neill gran parte de los puntos conseguidos a final de temporada. En el centro del campo la llegada de Barry le dio estabilidad a Petrov, además, Reo Coker, Osbourne y Craig Gardner le dieron juventud y kilómetros a un centro del campo trabajador y potente. O´Neill basó su juego de ataque en sus extremos. Juventud, calidad, velocidad y desborde. Ashley Young, Shaun Maloney y Agbonlahor fueron tres flechas que sirvieron infinidad de balones a los centímetros de de Marlo Harewood (6 goles) y al gran goleador del equipo, John Carew, con 13 goles.

Hughes les volvió a meter en Europa

Hoy no pasan por un gran momento, pero los de Blackburn han sido muy grandes. Desde la League Cup de Souness en el 2002, el mayor éxito ha sido el logrado por Mark Hughes en la temporada 2005-2006. Aquella temporada en la que Thierry Henry fue el máximo artillero y el Chelsea de Mourinho se alzó con el título, los Ewood Park fueron uno de los grandes animadores del campeonato logrando el billete para la antigua UEFA.

El incombustible Bad Friedel se ganó grandes ovaciones por sus actuaciones bajo los palos del mítico estadio, unas actuaciones que muchas veces frenaba una defensa en la que Hughes supo combinar la experiencia de jugadores como Neill, Andy Todd y Michael Gray con la juventud que aportaban Mokoena, Khizannisvili y Steven Reid para lograr una mezcla que daba mucha seguridad al equipo. Savage y Kerimoglu fue la pareja de mediocentros. Experiencia y kilómetros al servicio de los hombres de ataque. Ese año se dio a conocer David Bentley por la derecha y junto a Petersen y Emerton sirvieron de balones a la gran estrella de Hughes, Craig Bellamy que se echó el equipo a la espalda y acabó con 13 goles.

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