Tévez y otros familiares de futbolistas que fueron secuestrados
Tras el episodio vivido en la familia de Carlos Tevez con el secuestro de su padre repasamos otros casos similares con futbolistas

El padre de Carlos Tévez sufrió en la jornada de ayer un secuestro que volvió a conmocionar al fútbol argentino. Muchos familiares de jugadores sufrieron en sus carnes el duro suceso de un secuestro, algunos en primera persona.
Tristemente el fútbol argentino volvió a teñirse de negro con la noticia del secuestro del padre de Carlos Tévez. A lo largo de la historia muchos jugadores sufrieron el secuestro de un familiar o incluso tuvieron que soportar la agonía de ser retenidos unos días. Quizá el caso más mediático sea el de Alfredo Di Stéfano, cuyo impacto mediático provocó que en 1963 las fuerzas armadas de liberación (FALN) decidieran secuestrarle durante una gira de partidos del Real Madrid en Venezuela. La Saeta Rubia estuvo retenido unos días aunque no corrió daños físicos graves. Después de su liberación descubrió que algunos policías que le custodiaban habían formado parte del grupo de secuestradores.
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En 1994 Romario jugaba en el Barcelona y era el jugador más cotizado del mundo. Un grupo de secuestradores decidió que su padre era un buen reclamo para obtener un suculento rescate. El suceso tuvo lugar en las horas previas de un partido del Barcelona en el Santiago Bernabeu (los azulgrana se jugaban el título mano a mano con el Deportivo de la Coruña). Romario disputó aquel encuentro a pesar de contar con la angustia de las noticias que llegaban desde Brasil; un día después su padre fue liberado. En Argentina los hermanos Milito o Juan Román Riquelme también sufrieron secuestros en su familia.
En el año 2002 Jorge Milito (padre de los hermanos Milito) fue secuestrado muy cerca de su casa. Se exigieron 200.000 dólares de rescate, aunque finalmente su liberación fue negociada aproximadamente por la mitad. Pocos meses antes el hermano de Juan Román Riquelme también había sufrido una acción similar cuando fue retenido contra su voluntad en la puerta de la casa de un amigo. Cristian Riquelme permaneció secuestrado 29 horas; su hermano pagó cerca de 160.000 dólares para que se realizara la liberación.
También en España se han vivido casos similares en la historia. El más sonado fue el del jugador asturiano del Barcelona Enrique Castro Quini. Marcado por la desgracia en muchas situaciones de su vida, el delantero fue secuestrado por un grupo de delincuentes el 1 de marzo de 1981, justo después de un encuentro entre el Barcelona y el Hércules de Alicante. Su cautiverio conmocionó al fútbol español ya que fue una noticia inesperada y dolorosa. Quini permaneció secuestrado 25 días y fue liberado el mismo día que la selección le ganaba a Inglaterra en un amistoso disputado en Wembley. Sin duda los artífices de aquel triunfo tuvieron en mente a su compañero secuestrado en todo momento. Por último hay que recordar el presunto intento de secuestro de Iván de la Peña. El jugador fue perseguido en 2001 por unos individuos que aparentemente tenían la intención de retenerle.