Arsenal: Celebrar un título 9 años después

El Arsenal podría acabar con su sequía de nueve años sin títulos en la final de la FA Cup que disputa contra el Hull.

La cita futbolística más importante de los últimos cuatro años se acerca, el Mundial está a la vuelta de la esquina y los billetes para Brasil, en el bolsillo de muchos futbolistas. Pero las cabezas aún no pueden estar en el país de la samba, por lo menos, las de los futbolistas del Arsenal seleccionados para el Mundial. Con la liga acabada y el City celebrando por la calles de Manchester un título merecido, en Inglaterra todavía queda una gran cita antes de empezar a pensar en las opciones de los chicos de Hogdson en Brasil. La final de la F.A. Cup, un evento que ningún inglés apasionado por el balompié desea perderse. La pequeña copa de latón despierta verdadera veneración entre los ingleses, es un trofeo muy preciado y al que todos los equipos le dan la importancia que se merece al ser la competición más antigua del mundo.

Después de una temporada con más luces que sombras el Arsenal ha logrado llegar al final de la campaña con opciones de celebrar un título que puede marcar el final de una sequía muy larga, demasiado para un club como el londinense. 9 largos años sin levantar un título, sin ofrecerle nada a una afición que ha visto como las esperanzas de celebrar algo se han ido diluyendo cada temporada. Desde la última fiesta de celebración han sido años difíciles para el Arsenal, años de reconstrucción, de transición desde los Henry, Pires y Vieira hasta los Cazorla, Ozil y Wilshere pasando por el Arsenal de Cesc y Van Persie. Años irregulares con la botella de la ilusión llena, una botella que se iba vaciando conforme se acercaban los finales de campaña. Después de casi un lustro sin llevarse una gran alegría este Arsenal de Wenger está a tan solo 90 minutos (quizá 120) de levantar un nuevo trofeo, la F.A. Cup. En la memoria de todos los aficionados gunners está la imagen de Patrick Vieria con la F.A. Cup de 2005.

Vieira fue el último

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Después de una temporada perfecta todo es muy complicado. En España lo vimos con el Barcelona de Pep Guardiola, el primer año malacostumbró a sus aficionados ganado todo lo que se podía ganar, y en los años siguientes, a pesar de haber conseguido cosas impensables, queda la sensación de estar por debajo, queda un sabor agridulce de pensar que se podía haber llegado más lejos. Eso fue lo que le pasó al Arsenal de la temporada 2003-2004. “The Invincibles” les apodaron. Desde 1889 nadie había hecho lo que hizo aquel año el equipo de Wenger. En el siglo XIX fue el Preston North End el equipo que acabó campeón de Inglaterra sin haber perdido ni un solo partido. 115 años después lo repitió el equipo de Londres, el Arsenal. Jens Lehmann en portería, la línea de cuatro para Laurén, Sol Cambell, Kolo Touré y Ashley Cole. En el centro del campo, Patrick Vieira y Gilberto Silva, escotados por Ljunberg y Bergkamp en bandas, Pirés en la zona de tres cuartos y arriba, la magia, el gol, la clase, la calidad, la elegancia, Thierry Henry. Un 11 que evoca fútbol, fútbol en toda su esencia. Pero no estaban solo ellos, Keown, Senderos, Cygan, Clichy, Hoyte, Pennant, Reyes, un magnífico mediocentro como Ray Parlour, Edú, Fàbregas, Wiltord, Kanu y Aliadiere fueron los jugadores más utilizados por Wenger en aquella temporada mágica. El título de liga de aquella temporada es el último que ha levantado el Arsenal.

En el verano de 2004, el Arsenal sufrió, la temporada no había pasado desapercibida para nadie, pero al final, el club logró mantener la columna vertebral. Salieron jugadores que habían sido clave para el equipo pero que habían perdido protagonismo en el último año. Hombres como Kanu, Keown, Ray Parlour o Sylvain Wiltord abandonaron la disciplina gunner para dar paso a una nueva hornada de jóvenes de la cantera encabezados por el fichaje de una prometedora joya holandesa, Robin Van Persie. El objetivo para la nueva campaña, repetir título. Y a punto estuvo el Arsenal de hacerlo, pero Jose Mourinho aterrizó ese año en la Premier y el Chelsea sumó a su equipo a gente como Carvalho, Drogba, Paulo Ferreira, Robben, Cech, Tiago, Alex o Kezman que se unían a los Terry, Gallas, Makelelé, Lampard, Cole, Duff, Mutu o Gudjohnsen para formar un equipo que a la postre se acabaría llevando la liga con 12 puntos de ventaja frente al Arsenal.

La F.A. Cup fue la gran alegría de aquella temporada. Stoke City, Wolverhampton, Sheffield United (después de tener que ir al replay), Bolton y Blackburn fueron los equipos que son de Arsene Wenger se dejaron por el camino hacia Wembley donde esperaba un Manchester United que había perdido la Community Shield ante los londinenses, habían caído en octavos de la Copa de Europa y terceros en liga, la F.A. Cup salvaba la temporada. Rooney, que había sido el fichaje estrella estaba siendo la sensación de la temporada con tan solo 19 años y en la final demostró que esos partidos no le quedaban grandes, fue el mejor, llevó todo el fútbol ofensivo de su equipo jugando por detrás de Van Nistelrooy. El partido lo decidieron las defensas y los porteros. Lehman y Roy Carroll estuvieron inmensos, al igual que Ferdinand por parte del United y Senderos, al que tampoco le pesó la edad por parte del Arsenal. Los delanteros no tuvieron su día, a pesar de sus incesantes intentos, y el partido se fue a la prórroga donde el cansancio pasó factura y se llegó a la lotería de los penaltis. Si durante el parido los porteros lo pararon todo, en los penaltis cambió la cosa. De los 10 penaltis tirados tan solo uno fue parado, el de Scholes a Lehman, que a la postre, daría el título al Arsenal. Patrick Vieria, el capitán fue el encargado de tirar el quinto y definitivo penalti, así como de levantar el pequeño trofeo de latón al cielo de Wembley.

Un título para salvar la temporada

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9 años después de aquello, el fútbol le da al Arsenal una ocasión de oro para volver a ganar un trofeo. Después de una temporada en la que el inicio del equipo enamoró a los amantes del buen fútbol, ha pasado lo mismo que en los últimos 9 años, el equipo ha ido perdiendo fuelle a medida que han ido pasando los meses y los partidos. Se han visto más sombras que luces en estos últimos meses de competición en los que tuvo que mirar hacia atrás y amarrar la cuarta plaza ante la insistencia de un muy buen Everton. El equipo no ha tenido la regularidad necesaria para aguantar hasta el final metido en la pelea por el título, ha fallado en los partidos importantes y ha salido goleado de estadios rivales por el título como el Etihad o Stamford Bridge. Las lesiones también le han pasado factura a este equipo que ha visto como sus mejores mediocentros, los futbolistas que hacían jugar al equipo se han perdido muchos meses de competición. Ramsey y Wilshere no han podido mantener una línea de juego por las constantes lesiones. Otro que no se ha mantenido ha sido el fichaje estrella de la temporada, Mesut Ozil. El inicio de campaña fue impresionante por parte del alemán. Su magia desbordaba por cualquier rincón del Emirates, pero se ha apagado y ha tenido partidos muy malos, es por ello por lo que la prensa británica ha centrado muchas criticas en su figura, por eso y por que costó 50 millones, todo suma. Por momentos al equipo le ha faltado garra, fuerza y carácter en el centro del campo, le ha faltado el mejor Song de hace dos años, el Song por el que el Barcelona pagó casi 20 millones de euros hace dos temporadas. Flamini y Arteta no dan ese perfil y el Arsenal lo ha pagado caro.

Pero esto es una final, y en las finales no cuenta lo que se haya hecho hace dos días o dos meses. En las finales deben aparecer los grandes, debe aparecer Ozil, Ramsey, que llega con la confianza que da el golazo que marcó en la última jornada de liga ante el Norwich. La alineación de Wenger será parecida a la que ganó el domingo en Carrow Road. En portería estará Szczesny, línea de cuatro para Sagna, Mertesacker, Koscielny y Gibbs. En el centro del campo formarán Flamini y Ramsey, con Ozil en la mediapunta. Wilshere será el sustituto de Rosicky y jugará un poco más escorado a la derecha, en la izquierda Podolski y arriba Giroud.

¿Y su rival? Tras recorrer un largo camino eliminando a Middlesbrough, Southend, Brighton, Sunderland y Sheffield United, el Hull City ha dado la sorpresa y se ha plantado en la gran final, su cita con la historia. Nunca antes los tigres había llegado a una final de la F.A. Cup, la vez que estuvieron más cerca fue en 1930 cuando el Arsenal les apeó en semifinales después de forzar un replay tras empatar a dos en el primer partido. Ese año el Arsenal se hizo con un título en la final ante el Huddersfield Town, una final a la que estuvo a punto de llegar el Hull. 111 años después lo han conseguido y esta vez quieren levantar el título. En la final volveremos a ver el 3-5-2 tan característico en Italia que le está dando a Bruce muy buenos resultados: Harper en portería; los tres centrales, Chester, Davies y Bruce; en el centro del campo, Huddlestone y Livermore más centrados, de interiores Rosenior y Elmohamady, por delante de ellos Meyler; y arriba, los dos delanteros, Jelavic y Long, una de las parejas de moda en la Premier League.

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