Manchester United 2 - 1 Bayern de Múnich (Final de la Champions League 1999)
Los de Ferguson se esperaron al tiempo de descuento para dar la vuelta al marcador en uno de los finales más emocionantes
Los red devils pusieron el broche de oro a su temporada logrando el triplete en la temporada 1998/99 en el Camp Nou derrotando al Bayern de Múnich tras remontar el 0-1 de los germanos en los tres minutos del tiempo de descuento en uno de los partidos más memorables y dramáticos de la historia del fútbol.
Los de Ferguson se hicieron con la Premier League tras derrotar al Tottenham Hotspur en la última jornada por 2-1 y con la FA Cup ante el Newcastle (2-0), llegando al Camp Nou con la oportunidad de lograr el primer triplete en la historia del fútbol inglés. El rival era el siempre temido Bayern de Múnich, ganador en tres ocasiones de la Champions League y que contaba en sus filas con futbolistas como Scholl y Babbel, que formaban parte de la Alemania que eliminó en semifinales tres años antes a Inglaterra en la Eurocopa de 1996.
El United llegaba a la final de ese 26 de mayo de 1999 con las bajas por sanción de dos pilares fundamentales: Paul Scholes y Roy Keane, circunstancia por la cual el meta Schmeichel, que disputaba su último partido como red devil, se enfundó el brazalete de capitán con el que horas después levantaría la 'Orejona' tras la que muchos expertos y aficionados han declarado como la final más emocionante de la historia, a la par que dramática.
Los teutones comenzaron el encuentro con el característico estilo alemán, un fútbol simple de pases sencillos y juego por las bandas respaldado por buen físico, lo que permitió a los bávaros adelantarse en el marcador gracias a un magistral libre directo de Mario Basler a los cinco minutos del pitido inicial. El partido estaba del lado de los alemanes, que pudieron ampliar su ventaja de haber tenido una mayor puntería en dos balones que se estrellaron en el palo y otro que hizo lo mismo en el travesaño de la portería defendida por el guardameta danés de los red devils.
El Bayern se crecía y esto aumentaba su solidez defensiva ante las tímidas acometidas de los ingleses, una defensa que cuando era superada tenía bien protegida la retaguardia por un sensacional Kahn, que desbarató la ocasión más clara que tuvo el Manchester United en las botas de Ryan Giggs tras un centro de Cole al borde del descanso.
En la reanudación y tras ver que la tónica no variaba, Ferguson optó por dar entrada en el 67' a Sheringham en en sustitución del sueco Blomqvist y en el minuto 81 entraría Solskjær, delanteros de segundos tiempos y especializados en ser unos auténticos revulsivos. A la poste se vería que esos serían los dos mejores cambios de la historia del fútbol... Análogamente, Otmar Hitzfeld metió en el campo a Scholl por Zickler para asegurarse de que el asedio alemán a la meta de Schmeichel no cesaba. Los ingleses tenían el balón pero los alemanes tenían las ocasiones, la historia de siempre.
El tiempo corría y el deseado gol no llegaba para los pupilos de Ferguson. Tanto es así que el por entonces presidente de la UEFA, Lennart Johansson, dio la orden de decorar la 'Orejona' con las clásicas tiras con los colores del Bayern de Múnich, justo el momento en el que asistente mostraba el cartel luminoso con el '3'. Tres minutos tenían los diablos rojos para, al menos, perforar una vez la meta de Kahn y forzar la prórroga.
Entonces, tras un arreón inglés por la banda que era repelido por la defensa bávara, llegaba un córner en el 90' que se dispuso a botar Beckham. Schmeichel subió al ataque y el centrocampista inglés puso uno de sus habituales centros medidos que peinó Yorke hacia atrás y que despejó la defensa alemana de mala manera. Giggs recogió el balón en la frontal enganchando un disparo que salió mordido pero que Sheringham se encargaría de empujar al fondo de las mallas. El Manchester United volvía a estar en el partido, a última hora, pero volvía a estarlo.
Mientras la afición inglesa seguía celebrando que al menos iban a tener la prórroga para seguír disputándole el título al Bayern, los alemanes sacaban de centro y ante la presión de un motivadísimo United vuelven a conceder otro córner. La historia se repitió. Buen centro de Beckham, peina Sheringham y Solskjær se encargaba de poner el esférico fuera del alcance de cualquier jugador bávaro llevando el 2-1 al marcador justo cuando se cumplía el tiempo añadido.
Apenas quedaba tiempo para el saque de centro. La imagen del colegiado del encuentro, Pierluigi Collina, tratando de animar y levantar del césped del Camp Nou a jugadores como Effenberg o Kuffour dio la vuelta al mundo. En la otra cara de la moneda, un Schmeichel haciendo acrobacias y un Ferguson fuera de sí celebrando, al igual que los suyos, una de las remontadas más épicas de la historia del fútbol que bien valió una Champions League.
Con esta victoria los diablos rojos pasaron a formar parte del selecto grupo de clubes que han ganado el triplete. Sólo seis equipos en la historia del fútbol europeo han logrado el ansiado trébol: el Celtic de Glasgow (1967), el Ajax de Cruyff (1972), el PSV Eindhoven (1988), el Manchester United (1999), el Barcelona (2009) y el Inter de Milán (2010).
Manchester United: Schmeichel; Neville, Stam, Johnsen, Irwin; Giggs, Butt, Beckham, Blomqvist (67' Sheringham); Cole (81' Solskjær) y Yorke
Bayern de Múnich: Kahn; Matthäus (81' Fink), Babbel, Kuffour, Linke, Tarnat; Jeremies, Effenberg; Basler (89' Salihamidzic), Jancker y Zickler (71' Scholl).
Goles: 0-1, 5': Basler; 1-1, 90+1': Sheringham; 2-1, 90+3': Solskjær.