La humildad de los Reyes de Copas

Algunos reclaman que el premio por levantar el título se traduzca en una mayor perspectiva para el futuro, un mejor repertorio que permita crear estabilidad en torno a un momento mágico y que exista una remuneración más acorde con el sacrificio que requiere competir durante todo el año (se pide desde muchos sectores que estos campeones coperos, sean recompensados con una plaza de Champions League). Y aunque hasta la fecha no existe cordura ni tratado que establezca conclusiones definitivas sobre ello, nadie puede ocultar que las Copas Nacionales (del Rey, Coppa, FA Cup, Capital One, Coupe, Taça, KNBV o similares que se prodigan semanalmente durante todo el calendario anual), otorgan cierta realidad y equilibrio al fútbol actual. Son torneos menores para unos y salvadores para otros pero que, sobre todo, en la mayoría de casos sirven todavía hoy, para alzar una bandera de justicia divina, pues los ganadores siguen siendo en muchos casos clubes menores y que fraguan su éxito en la humildad de trabajar con ilusión en cada partido durante todo el curso.

WIGAN

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Es el torneo copero por excelencia, aquél que todos tienen como ejemplo de equidad, sabor verdaderamente competitivo y principal estímulo para disfrutar de las hazañas de los más humildes. Y eso es lo que ha vuelto a clonar, aunque de manera impactante e impensable, el pequeño equipo del DW Stadium, que disfrutó y disfruta más relajadamente de los triunfos habituales de su club de rugby que del fútbol. De instalar la ilusión y la pasión por el deporte rey en la ciudad, mucho tuvo que ver la creciente etapa de Roberto Martínez, que salvando cada curso al club del descenso, fue capaz de dar un paso más. Superó con muchos apuros una primera ronda ante el desconocido Bournemouth (a doble partido), Macclesfield Town y Huddersfield Town le allanaron el camino para soñar y cuando fueron capaz de ganar a domicilio al Everton, ya sabían que era su año. Superar al Millwall les colocó en Wembley ante un rival nada fácil, aunque a base de atrevimiento, confianza en su identidad y un laborioso trabajo psicológico (pues esa misma semana el equipo había perdido la categoría en Premier), los Latics reactivaron su fuerza para ganar en el tiempo añadido con un cabezazo del ya mítico Watson. Estarán en segunda división (Championship), pero en Europa League.

SWANSEA

Lejos de cualquier problema clasificatorio en la Premier League desde hacía meses y teniendo a varios de los jugadores revelación del curso, el Swansea sumó su año ideal. Bien dirigidos por un Michael Laudrup que aprovechó el trampolín en el que se ha convertido el equipo galés, logró coronarse como campeón de la Capital One Cup, incrustado así su nombre entre los próximos participantes de la Europa League 2013-2014 tras dejar atrás nada menos que a Chelsea o Liverpool. La gratísima inversión de Michu, la sustancial mejora de una plantilla que crecía en los últimos tiempos y la mano inteligente del míster danés para explotar sus contrataciones en un diseño identificativo del club estos últimos años, han aportado el toque definitivo en un curso único para los Jacks. Primer título de su historia.

LAZIO

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Luchó en plazas de élite, se colocó muy pronto en pelea por puestos Champions y hasta parecía que el proyecto creado con muchas dudas por bosnio Vladimir Petkovic, había llegado en un momento clave para levantar el sentimiento laciale. Y aunque el desliz semanal empezó a llegar para llevarse consigo las esperanzas en la Serie A (donde finalmente el equipo quedó lejos de sus metas), ese instante histórico llegó en el último duelo del curso y con un sabor doblemente especial. En el Olímpico, ante la Roma y en el Derby della Capitale más mediático y esperanzador de los últimos tiempos. Con la ciudad atenta a los movimientos de las estrellas, fue Lulic, uno de los gregarios de lujo del cuadro celeste, quien rompió un partido muy lento en una contra perfecta que destrozó al rival. El perfecto mecanismo defensivo demostrado en la cita, acabó premiando a una Lazio que sumaba su sexta Coppa cuatro años más tarde. El premio, estar además en Europa como era obligatorio.

GIRONDINS

No es de los gigantes, pero ni mucho menos de los humildes. El fútbol champagne de los años 80 con un equipo mítico lleno de internacionales de élite o una generación voluntariosa que logró levantar títulos y acceder a cotas de Champions hace solo unos años con la cara de Laurent Blanc, son algunos de los méritos del equipo aquitano. Sin embargo, desde entonces la desidia se apoderó de su fútbol, no llegaron los resultados y, por el contrario, sí se multiplicaron los problemas. La finalísima de Coupe en Saint Denis, les colocaba nuevamente en los escenarios que este equipo debería bordear y pelear cada curso. Por ello, el gol postrero del gigante Diabaté justo cuando la final ante el Evian se marchaba a la prórroga, queda ya incrustad como momento histórico para la cuarta noche copera de éxito en sus largos 132 años de leyenda.

VITORIA GUIMARAES

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Insertado en mitad de tabla en la Liga Zon-Sagres portuguesa, el equipo ‘conquistador’, que años atrás incluso logró su plaza europea que le asomó a la competición continental, no ha sido capaz de lograr esas metas este año. Sin embargo, el equipo del jovencísimo Rui Vitoria (de apenas 43 años y que ya generó gran atracción con su buen hacer en el Paços Ferreira), tuvo su éxito particular en la Taça, donde dejó por el camino al modesto Vilaverdense, Vitoria Setúbal, Marítimo, Belenenses, Braga (campeón de la Copa de la Liga) y, sobre todo, Benfica. Pero como todo equipo nada acostumbrado a estas ‘guisas’ de élite, sufrió lo indecible. Primero porque los lisboetas se adelantaron y segundo, porque solo una doble definición en el tramo final a cargo de Soudani y Pereira, dieron el primer título copero de su historia al club en apenas dos minutos de diferencia.

AZ ALKMAAR

La para muchos desconocida ciudad de Alkmaar, fue la primera ciudad controlada por los rebeldes holandeses durante la Guerra que consiguió resistir el asedio de las tropas españolas, terminando el 8 de octubre de 1573, fecha que es celebrada cada año. Desde ahora, el alcalde ha anunciado que también se celebrará por todo lo alto para siempre otra fecha, la del 9 de mayo de 2013. La cuarta copa de su historia habla de paciencia, de trabajo silencioso y de mucho sufrimiento oculto tras una plantilla que quedó en zona baja de Eredivisie mientras su objetivo era luchar por Europa sin ninguna duda. Jugadores competitivos, una base establecida hace tiempo pero el siempre importante problema económico que hace unos años le llevó al olvido. El que fuera campeón con Van Gaal, ahora resiste con victorias como la de esta Copa, levantada ante el PSV en un partido apoteósico de los de Verbeek. En un año gris con un brillo final muy especial.