Cristiano Ronaldo, el Di Stéfano del siglo XXI
El portugués sigue los pasos del mito del Real Madrid
Cristiano Ronaldo y Alfredo Di Stéfano presentan cifras similares en la Copa de Europa con la camiseta del Real Madrid, el portugués, máximo goleador de la Liga de Campeones esta temporada, aspira a recortar la pequeña distancia que le separa del mito. Cristiano cumplirá ante el Borussia su partido 39 en la Champions League con la camiseta merengue, logrando hasta el momento sólo tres goles menos que Alfredo en el mismo número de encuentros. La racha debe continuar en el Signal Iduna Park.
Alfredo Di Stéfano. El futbolista más completo de la historia. Así podría definirse el estilo de la saeta rubia, capaz de defender una jugada en su área y liderar con suficientes arrestos la acción de ataque posterior. Di Stéfano se situaba un peldaño por encima de sus contrincantes en la parcela técnica y en la condición física. No era extraño escuchar a sus compañeros maldecir su incontenible ira cuando algo no salía bien, al mismo tiempo que respiraban tranquilos si el de Barracas pisaba el área contraria; era un ganador, y el Madrid lo agradeció.
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Cristiano Ronaldo. Ha asumido parte de su carrera bajo la losa de compartir época con Leo Messi. Sus duelos en el campo y en la tabla de goleadores salvaron audiencias de medio mundo, amenazando sin embargo la estabilidad emocional del ídolo de Madeira, desesperado tras cada nueva maravilla del argentino. Ha sido comparado con Raymond Poulidor, el hombre que siendo un excelente ciclista campeón de Francia y ganador de la Vuelta a España, nunca pudo ganar el Tour de Francia; Anquetil primero y Eddy Merckx después se lo impidieron.
La competitividad hace gigantes a los grandes campeones. Di Stéfano la tuvo aunque sus cinco Copas de Europa parezcan dictar lo contrario. Las finales ante el Stade de Reims y sobre todo frente al Milan de Schiaffino, Grillo o Liedholm, coronaron a un Real Madrid que supo imponerse en situaciones límite. A Cristiano Ronaldo la presión del Barcelona de Messi le ha convertido en mejor jugador. Sigue teniendo la misma fuerza arrolladora en los últimos metros, pero su definición es si cabe más determinante. Ha aprendido a leer a la perfección a las defensas españolas dosificando esfuerzos y cuidando al detalle el motor de su talento, que no es otro que su privilegiado tren inferior. La regularidad de Cristiano le ha llevado a finalizar las dos últimas temporadas por encima de los cuarenta goles, y este año ya seguro con más de treinta.
Se le acusa de no aparecer en partidos grandes, pero la de este año está siendo su Champions. Lideró al equipo para eliminar al Manchester United y ganó sin oposición su duelo con el turco Burak Yilmaz; a día de hoy se encuentra a sólo dos partidos de su primera final de la Copa de Europa con el Real Madrid y no puede desaprovechar la oportunidad.
Los títulos ganados por Di Stéfano quedan lejos, pero sus números individuales sin embargo están casi parejos. Si el portugués jugara la final de Wembley finalizaría la temporada con 41 partidos en la máxima competición europea con la camiseta del Real Madrid, los mismos que cumplió Alfredo Di Stéfano el 25 de Noviembre de 1961, el día en el que los blancos certificaron la máxima goleada europea de su historia venciendo al Odense 9-0 con tres tantos del hispano-argentino.
Aunque Cristiano ya ha superado al mito en el cómputo de goles total en la Copa de Europa, no lo ha hecho todavía contabilizando exclusivamente sus números con el Real Madrid. El portugués ha marcado 34 goles en 38 partidos, mientras que la Saeta Rubia sumaba 37 en el mismo número de encuentros. Di Stéfano hizo del Santiago Bernabeu su templo, el lugar preferido para sus hazañas europeas; allí había marcado en 1961 el 60% de sus tantos continentales. Cristiano sin embargo reparte su pólvora de forma más equitativa, de momento suma 17 goles en el Santiago Bernabeu y 17 tantos lejos de él. Hoy podría desequilibrar la balanza en el enigmático Signal Iduna Park.
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La imagen de Di Stéfano permanece en el horizonte de aspiraciones de Cristiano Ronaldo como una auténtica efigie a venerar. El salón de la fama de la Champions League ha reservado al de Madeira un lugar de privilegio entre los mejores (ya es el séptimo máximo goleador de la historia), pero sólo una victoria final en el torneo podría hacer que sus excelentes cifras no queden en el olvido y sirvan para algo más que llenar páginas en tablas estadísticas. El gran partido de Cristiano Ronaldo se juega a partir de hoy en Dortmund... el Di Stefano del siglo XXI busca su corona definitiva.
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