La viagra, solución para jugar en la altura

Sus efectos benefician al futbolista

Estudios científicos han concluido que los efectos de la Viagra son beneficiosos para que los jugadores puedan jugar a fútbol en la altura sin problemas. Nos lo analiza José David López.

En 1996 la empresa farmacéutica estadounidense Pfizer, diseñó un medicamento contra la angina de pecho y la hipertensión arterial que, a la postre, resultó totalmente inútil. Su rendimiento resultó muy limitado, aunque se observó que los pacientes que eran tratados con él, sufrían notables alteraciones en la entrepierna. Ese fármaco se rebautizó como Viagra (inspirado por la palabra viāghra, que en idioma sánscrito significa ‘tigre’ y donde son habituales los monumentos de dichos animales con sus penes erectos en los portones de los templos) y se le asignó una nueva misión: combatir la impotencia masculina. Su función era clara, tratar la disfunción eréctil y la hipertensión arterial pulmonar que, tras ser sintetizado por un grupo de químicos farmacéuticos de la empresa (en Dover, Inglaterra), acabaron comercializando como citrato de sildenafilo.

Pero con el paso del tiempo y el desarrollo de diferentes actividades deportivas en situaciones complicadas, el uso de la viagra como alternativa ha quedado casi patentado. El sildefanilo ha sido usado para el tratamiento del edema pulmonar de altitud, asociado al mal de altura que puede ser sufrido por los alpinistas. Y es que incluso ha sido utilizado cuando el descenso ha debido retrasarse por alguna circunstancia, aunque ciertamente, no existen estudios ampliamente testeables como para asegurar su efecto para el tratamiento de esta patología. Hace unos años, el fútbol entró en relación con la famosa pastilla azul cuando en Brasil, dos clubes que disputaban torneos continentales (Gremio y Palmeiras), contemplaron la posibilidad de utilizar viagra para favorecer la capacidad pulmonar de sus futbolistas cuando jueguen a más de 2.000 metros y así se mitigue el efecto de la latitud.

Con motivo de la Copa Libertadores, el Gremio de Porto Alegre jugaba en Cochabamba y Bogotá, en ambos casos a más de 2.500 metros, mientras que el Palmeiras escaló hasta Potosí para enfrentarse al equipo de la ciudad a casi 4.000 metros de altura. Ante semejantes desplazamiento, los médicos de ambos conjuntos investigaron para encontrar métodos que facilitaran la realización del ejercicio físico a grandes latitudes y llegaron al mismo punto: la viagra.

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Tras descartar que el medicamento apareciera en la lista de sustancias dopantes de la FIFA; los dos clubes estudiaron seriamente la posible utilización de la pastilla azul para minimizar el mal de altura. Sin embargo, el hecho de que su funcionamiento en estos casos no esté totalmente demostrado y las burlas que provocaba entre los rivales, acabaron forzando la desestimación del novedoso invento. Marcio Bolzoni, jefe de los servicios médicos del Gremio, aseguró posteriormente que nunca llegó a plantearse la posibilidad de recetarlo a sus futbolistas, mientras el fisiólogo del Palmeiras también tiró balones fuera: “Viagra es un potente vasodilatador, pero de nada sirve ofrecer más sangre y oxígeno si el músculo no tiene capacidad para recibirlos”.

En un contexto similar se ve expuesto ahora un club peruano, algo que llama mucho más la atención por ser un país de enorme altitud media. Ángel David Comizzo, entrenador actual de Universtario de Perú, decidió que para tener mayor opción en los casi 3400 metros sobre el nivel del mar en su visita al Cienciano de Cuzco, sus jugadores deberían tomar viagra. Una medida que recupera la pastilla para el fútbol, multiplica los rumores sobre su afinidad al deporte rey y aumenta la presión sobre aquellos que decidan tomarla. ¿Cómo les fue el experimento desde el punto de vista deportivo?

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