Mario Balotelli en la tierra de Luigi Riva
El Cagliari-Milan se jugará finalmente en Cerdeña

La locura por Mario Balotelli se ha desatado en Italia desde que el pasado domingo debutara marcando los dos goles que dieron la victoria al Milan, un equipo que rendirá visita hoy al Cagliari en la 24ª jornada del campeonato italiano, en un encuentro que finalmente se disputará en la Isla de Cerdeña y no en Turín como estaba previsto.
Balotelli afronta su primer partido con la camiseta del Milan lejos del Giuseppe Meazza. La isla de Cerdeña, un lugar idílico donde abunda la buena gastronomía y que ha recibido a lo largo de siglos la influencia de varias culturas, espera la llegada de Supermario. El delantero de 22 años ha mostrado durante sus primeros días en el cuadro Rossonero las dos caras de su volcánica personalidad; protagonista en el día de su debut ante el Udinese, marcando y demostrando que no ha perdido su terrible instinto, y nuevamente intérprete perfecto de su personaje fuera del campo. El pasado miércoles, Balotelli se encaraba a unos aficionados en el amistoso que Italia disputó en Holanda, y al día siguiente montaba su primer escándalo en el aeropuerto de Linate al ser multado por la policía.
Sería interesante conocer qué hubiera escrito el gran Gianni Brera de haber conocido al ciclón Balotelli. El histórico periodista fue uno de los más grandes escritores que contaron las hazañas deportivas de su país. Su aguda percepción del espectáculo le permitió bautizar varios conceptos que han pasado a la historia de la literatura deportiva, y las estrellas no se libraron de su ingeniosa pluma: "Piscinin" le llamaba a Franco Baresi, o "Stradivialli"fue la manera más cariñosa que tuvo para ensalzar el talento de Vialli. Pero si hubo un apodo que cargó ríos de tinta en la prensa transalpina de los años setenta, ese fue sin duda el "Rombo di Tuono", dedicado al tres veces Capocannoniere Luigi Riva.
La admiración de Brera hacia el cañón del Cagliari quedó de manifiesto en todos sus escritos, incluso cuando el delantero pasó sus peores momentos, relacionados casi siempre con lesiones. Brera murió en 1992 en un accidente de circulación, justo cuando Balotelli tenía dos años. Porque de haber sido contemporáneos, el periodista habría sentido devoción por las andanzas de Mario, y a buen seguro que hubiera reservado alguno de los mejores apelativos de su repertorio para el "rebelde de Palermo".
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Balotelli ya ha sido capaz de llevar a Italia a la final de un gran campeonato, una selección "azzurra" de la que "Gigi" Riva sigue siendo el máximo goleador de la historia. Y es que Riva y Balotelli, tan diferentes en espíritu, comparten alguna similitud en su forma de jugar. De Riva se cuenta que era el delantero que más fuerte le pegaba a la pelota en su tiempo. En una ocasión llegó a lastimar el brazo de un espectador con un disparo que se marchó a la grada.
La fuerza bruta de Supermario es incontestable, y por si quedaba alguna duda, el ex-delantero del City se ha encargado de demostrar su tren superior en alguna celebración ostentosa. Con la dirección adecuada y la cabeza mejor amueblada, Balotelli podría ser imparable. Riva fue el gran objeto de deseo de los grandes clubes italianos en la década de los setenta, y debido a su historia personal es uno de los más firmes representantes del romanticismo en el fútbol.
El "Rombo di Tuono" llega al Cagliari a los 20 años, y durante su trayectoria nunca se moverá del club. En cambio Balotelli tiene actualmente 22 años y ya ha defendido tres camisetas de grandes equipos, entre ellas las dos del irreconciliable Derby della Madonnina. Mario ha perdido la batalla de la fidelidad y respeto a unos colores; su juramento eterno a los Rossoneri se presenta como una promesa de cristal que puede romperse en cualquier momento. Como siempre ha sido definido, Balotelli es un gran atleta con cerebro de niño pequeño. Y es que son muchas las razones que no permiten a los aficionados transalpinos albergar esperanzas de que Supermario asiente la cabeza de una vez... nadie puede acusar a Riva de haber rozado nunca los caprichos infantiles de Mario Balotelli.
"Gigi" Riva guió al Cagliari al título en 1970. Junto a otros compañeros como Albertosi o Domenghini, el conjunto sardo hace historia. El goleador realiza una campaña fantástica, y muy pronto, la Juventus o el Milan pujarán por incorporarlo a su plantilla, pero Riva era hombre de un sólo club y los colores del Cagliari eran los suyos. El futbolista paralizó su traspaso porque a pesar de que sus comienzos en Cerdeña fueron muy duros, estaba habituado a la vida de la isla, y sentía demasiados lazos con los lugareños.
Riva amó al Cagliari hasta en los peores momentos, de la misma forma que Brera o el "Calcio" le amaron a él por su dedicación y compromiso. Su figura quedó ligada también a la selección, y muchos lo definen como el mejor goleador de la historia del equipo nacional. Su tanto ante Alemania en la prórroga del partido del siglo, el 4-3 de las semifinales del mundial de 1970, es otro de los momentos clave de su trayectoria.
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En frente estaba Muller, el otro gran cazagoles de su época, pero Riva, junto a Rivera y su inseparable Boninsegna ganaron la batalla sobre el suelo azteca. Su camiseta con el número 11 fue retirada en Cagliari en el año 2005, todo un ejemplo para Balotelli. El jugador del Milán intentará hoy conquistar la tierra de Luigi Riva.