Habemus Liga: Barcelona, Real Madrid y Atlético de Madrid

Combate nulo entre los grandes que favorece a los rojiblancos

El Clásico entre Barcelona y Real Madrid no dejó ni vencedores ni vencidos tras el empate 2-2 en el Camp Nou, pero tenemos un invitado sorpresa como el Atlético de Madrid. Habemus Liga y lo analiza Borja Pardo.

El 7-O suponía un prematuro match-ball liguero para el Real Madrid y un partido más placentero y festivo para un Barça que podía permitirse el lujo de coquetear con el empate. El 2-2 final deja más o menos satisfechos a los dos equipos. Nadie hirió a nadie, ambos salen reforzados a su manera y los dos monstruos que tenían que brillar, brillaron. Los dos colosos salen indemnes y esbozando una media sonrisa.

EL CONTEXTO

Este domingo, el estadio del Camp Nou acogía el enésimo Clásico entre los dos transatlánticos del fútbol internacional. No era un Clásico al uso, nunca lo es, y menos cuando el partido que enfrentaba en el coliseo azulgrana a culés y merengues encerraba unas claves y un contexto de trascendencia especial.

Tras seis jornadas de Liga, el Barcelona de Tito Vilanova había hecho pleno y lideraba la tabla con 18 puntos sobre 18 posibles. Todo ello sin la excelencia en el juego de otras temporadas, pero con una solidez extraordinaria. Ni las lesiones de Iniesta, Puyol o Piqué habían perturbado la consistencia azulgrana en el arranque liguero. Los automatismos que dejó Guardiola en herencia conservaban su legitimidad. Donde los automatismos no llegan, alcanza Messi. El astro argentino, que venía de tres partidos consecutivos sin marcar (algo insólito) quería volver a su exitosa y habitual cita con el gol.

El Real Madrid por su parte, acudía a la Ciudad Condal hipotecado por la indolencia mostrada ante Sevilla, Getafe y Valencia, una indolencia que llegó a amenazar seriamente la estabilidad del vestuario. Los blancos enfrentaban el partido con la losa que suponía verse 8 puntos sepultados por su enemigo íntimo. La presión era para ellos. Si fallaban, adiós. Nadie podía imaginar que ya el 7 de octubre estaría en juego la Liga, pero así fue. Cristiano Ronaldo quería decir la suya. El luso firmó dos hattricks consecutivos ante Deportivo y Ajax, y deseaba aprovechar un escenario ya “desvirgado” como el Camp Nou para marcar, quedar por encima de Messi en su pública carrera por el Balón de Oro 2012, y renganchar al Real Madrid al tren de la Liga. Tres en uno.

LA CRÓNICA

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Un reivindicativo Camp Nou recibió a los 22 protagonistas con un mosaico enorme que mutó los 100.000 asientos del estadio en una gigantesca senyera. El Barça siempre fue el “ejército” y el mejor embajador del pueblo catalán, y se quiso aprovechar que el mundo observaba para proclamar ese sentimiento identitario al que el Barça y su directiva se abrazan de un modo que levanta ciertas ampollas. No debiera politizarse el fútbol, pero sencillamente ocurre.

En el plano futbolístico, el que interesa y ocupa, Tito Vilanova presentaba una alineación de circunstancias derivada de las sensibles bajas de Puyol y Piqué. Adriano se colaba en el once titular y lo hacía acompañando a Mascherano como central, para sorpresa de propios y extraños, Adriano el primero. Mourinho por su parte tiraba de su XI tipo, ese con el que el año pasado arrasó en la Liga. Karim Benzema era el “9” esta vez, sentando a Gonzalo Higuaín en el banquillo.

El Barça arrancó el choque espeso, sin ideas, agobiado por la presión asfixiante de un Real Madrid cuya evolución positiva en los Clásicos en una realidad. La dispersión culé era un hecho ante unos automatismos adquiridos que no aparecían El Real Madrid se sentía cómodo y en la primera media hora dominó el encuentro con cierta claridad. Benzema avisó primero, Ramos rozó el gol, Cristiano Ronaldo lo logró (0-1 al minuto 23) y Benzema, nuevamente, perdonó el que era el 0-2 y seguramente la estocada al partido antes de la media hora en lo que hubiera supuesto un duro revés a la parroquia azulgrana.

Del 0-2 se pasó a un 1-1 accidental después de un clamoroso error de Pepe (min.31), quien no midió bien un salto de cabeza dentro del área y dejo la bola franca para que Lionel Messi se rencontrara con el gol tras tres insólitas y consecutivas ausencias para con este. Al descanso se llegaba con 1-1 bastante engañoso y con la unánime sensación que el Barça había tenido la suerte de cara.

El segundo tiempo arrancó de forma frenética, un más que posible penalti de Mascherano a Özil de inicio y ocasión del Barça a la contra, el partido se tornaba chispeante por momentos. En el min. 60, un libre directo era transformado de forma excelsa por Messi para poner un 2-1 que suponía un +11 que cerraba la Liga a fecha 7 de octubre. El Barça tenía claro el guion, apostar por matar el partido con la posesión. Sin embargo, un clamoroso despiste de la zaga azulgrana en el min. 66 (puede que haya falta de Khedira a Iniesta en el origen del gol) era aprovechado por un gran Özil para asistir a Cristiano que batía por segunda vez a Valdés. Quedaban 25 minutos y el 2-2 en el electrónico invitaba a pensar en cualquier desenlace. No se movería más. El Real Madrid reculó acusando de forma evidente la fatiga y la intensidad derivada de su buena presión. El Barça gozaría de un par de buenas ocasiones finales en las botas de Montoya (larguero) y Pedro (en el min. 92). El 2-2 fue un resultado justo analizando los méritos de ambos conjuntos. El Real Madrid fue superior en la primera mitad, el Barça lo fue en el segundo acto. Messi y Cristiano se midieron en el tapete con un Balón de Oro de fondo y salieron en tablas. Al final, los de Mourinho salvaron el primer match ball, y lo cierto es que no merecían perder la Liga hoy, al menos no en este duelo. El Barça sigue dominando el partido de la Liga con un par de sets de ventaja (+8), pero sigue habiendo Liga. Y además está el Atlético… y vaya Atlético.

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