Robbie Keane, Kenny Miller y el ‘Virus FIFA’ invertido
Viajan desde otros continentes a Europa para jugar con sus selecciones

El Virus FIFA provoca que decenas de jugadores que militan en equipos europeos viajen por el resto del mundo, sin embargo, con la globalización del fútbol está apareciendo el Virus FIFA invertido, con futbolistas que juegan en otros continentes y vuelven a Europa para estar con sus selecciones. Kenny Miller y Robbie Keane son los pioneros en este sentido.
Su presencia masiva, de hasta 5 millones, no tardó en provocar una enorme reacción de la sociedad estadounidense. El impacto social, económico y religioso fue tan evidente, que en el decenio de 1840 los irlandeses-escoceses, representaban casi la mitad de todos los inmigrantes en Estados Unidos, donde su Constitución recalca claramente el derecho de los inmigrantes legales a convertirse en ciudadanos nacionales. Por ello, los inmigrantes blancos, encontraron relativos obstáculos en sus intentos de identificarse como ciudadanos de la tierra de los sueños (muchos menos que el racismo infligido contra afroestadounidenses o asiáticos), asimilando perfectamente su identidad dentro de ese panorama social de principios del siglo XX.
Más allá de capítulos complicados como la manifestación en su contra por las calles de Nueva York en 1871 o el dato de que pocos años antes, el 55% de los arrestados en el país, eran origen irlandés-escocés, buscaron sus opciones a base de trabajos por salarios bajos, haciendo temer los avances logrados por el trabajo organizado y amenazando con convertirse en la primera clase trabajadora permanente de Estados Unidos, lo que ponía en peligro su principio básico, el de una movilidad social ascendente mediante el trabajo empeñoso. Pero los irlandeses-escoceses, supieron convertir en ventaja su identidad católica y aprovecharon con perspicacia las oportunidades políticas que les habían negado en su propio suelo, con lo que ascendieron firmemente en la sociedad norteamericana, a la que además, añadieron sus fuertes convicciones como el whisky, la cerveza y la libertad.
Hoy, irlandeses y escoceses forman uno de los grupos étnicos más prósperos del país, excediendo la media nacional en niveles educativos, situación laboral, ingreso y propiedad de la vivienda que ocupan, lo que supone una generación nacional de éxito. El mismo, que despliegan cada fin de semana sus dos mayores referentes futbolísticos, Robbie Keane y Kenny Miller, estrellas de la MLS. Misma edad, mismos objetivos, mismos valores de vida y una recalcada pasión por un fútbol que, lejos de encontrarles merecido respeto y epicentro en sus países, les obligó a emigrar rumbo a la tierra prometida que sus antepasados lograron conquistar desde el trabajo y la nobleza de sus pensamientos. Aquellos representaron conceptos pioneros. Ellos, pretenden ahora repetir esa sensación de experiencia para hacer progresar por el buen camino a una ‘masa’ que se va enamorando día a día de su particular whisky deportivo, el fútbol.
El irlandés es un auténtico mito tal y como traducen sus grandes registros. No sólo es el mayor goleador de la historia del fútbol irlandés (doblando a sus perseguidores), sino que es capitán y en días será el que más veces se vistió de corto representando a su país y seguirá ejerciendo como el único irlandés que superó los 100 goles en la Premier League (jugando para Wolverhampton, Coventry, Leeds, Tottenham, Liverpool, West Ham y Aston Villa, además de haber experimentado en Inter de Milan o Celtic). El escocés también es capitán de su país, tiene el dudoso honor de haber ganado ligas y copas con los dos grandes rivales de Glasgow (Celtic y Rangers se lo repartieron hasta en tres ocasiones más allá de jugar entre ambas etapas en Hibernian, Wolves, Derby County, Bursaspor o Cardiff). Ambos pasaron sus mejores días futbolísticos aunque hasta hace muy poco, aún goleaban por Europa con cierta solvencia, pues mientras Keane salvaba de la ‘quema’ del descenso al Aston Villa con goles determinantes en su cesión invernal y Miller era el goleador de la SPL como referente del campeón.
Sin embargo, los conceptos arcaicos que han frenado la competitividad de las selecciones británicas e irlandesas, han limitado muchísimo la proyección de sus mejores jugadores, quedando alejados del primer nivel. Ellos, pese a su aureola referencial y míticos valores sobre el césped, optaron por terminar sus carreras allí donde sus familias iniciaron el trayecto hacia la libertad, la igualdad y la esperanza por ser alguien en la vida: Estados Unidos. Aquél viaje recorriendo el Atlántico, tenía un premio para los trabajadores y de energía, profesionalidad y vacío absoluto en sus obligaciones, aún saben mucho Keane y Miller. Ahora, ese viaje, aunque de regreso a su tierra, lo hacen cada vez que el calendario decide cruzarles con sus selecciones, siendo pioneros en la fase de clasificación mundialista (no hay más jugadores de nivel que se encuentren en la tesitura de viajar de USA a Europa, sino que todos ejemplifican el trayecto opuesto y más lógico), ofreciendo una nueva perspectiva no conocida, la del Virus FIFA invertido.
Hoy, apurando sus carreras y goles, son estrellas mediáticas de la MLS con Los Angeles Galaxy y Vancouver Whitecaps respectivamente. Tierra de esperanza, de ilusión y de sensaciones renovadas para dos iconos del fútbol británico-irlandés que siguen liderando el arcaico ataque de su selección desde el otro lado del planeta. Allí, donde todos consiguen la libertad, ellos buscan el retiro sin olvidar que muchos ya les facilitaron el trabajo…