Real Madrid vs Barcelona: detalles para una Supercopa
El Real Madrid se proclamó campeón de la Supercopa de España 2012
El Real Madrid se ha proclamado campeón de la Supercopa de España 2012 después de ganar al Barcelona en el partido de vuelta (2-1) en el Santiago Bernabéu con goles de Cristiano Ronaldo y Gonzalo Higuaín. Lo analiza con su particular punto de vista Borja Pardo.
Llevaba el FC Barcelona la friolera de 1573 días sin hacer algo que hasta hace cuatro años era normal, sucumbir en el Santiago Bernabéu. El rotativo catalán Mundo Deportivo se ocupaba en la edición de ayer de recordar orgulloso este dato en su portada. La idea que tenía el lector al ver dicha portada era clara: “Basta que lo digan para que el Barça pierda”. Tal cual. El amigo Murphy y su ley son implacables cuando se lo proponen.
¿Por qué se acabó esa racha? ¿Ganó el Real Madrid o perdió el Barça? ¿Cómo afecta esto? El Real Madrid salió al partido metido de lleno, con la adrenalina disparada y metiendo la pierna más y mejor. El Barça por su parte salió al césped del Bernabéu timorato y narcotizado, como si el margen de cinco puntos sobre su némesis blanca con el que se ha encontrado en la Liga fuera a ganar una Supercopa que se complicó en el mismo momento que en la ida Casillas evita un 4-1 y Valdés regala un 3-2.
El Real Madrid salió mordiendo, presionando treinta metros más arriba que en el Camp Nou. El Barça naufragaba y no hilaba más de cuatro pases con cierto criterio. Tenía hasta menos posesión que el rival. Inaudito. Higuaín tenía la primera antes de los diez minutos. Valdés saldaba sus deudas con una gran parada. En la segunda cita el Pipita no fue tan condescendiente y se la metió entre las piernas (ojo con pillar esta frase fuera de contexto). Min.11 y el Real Madrid en ventaja. Con la línea defensiva adelantada, un error grave de Piqué le ofreció terreno y tiempo a Cristiano Ronaldo para encarar a un Valdés desbordado. No perdonó. Min.19 y el Madrid se iba con un 2-0 en el electrónico. En plena bacanal blanca y con el Barça tratando de despertarse de la atrofia llegaba una nueva pérdida, un balón largo a Cristiano Ronaldo, un agarrón claro de Adriano sobre el luso que supuso la justa expulsión del lateral brasileño. Vilanova debía sacar a alguien para dar entrada a Martín Montoya en el lateral diestro. Elige a Alexis Sánchez, no es casualidad, los 26 millones desembolsados por el chileno cada vez parecen más.
Antes de la media hora el Real Madrid ganaba 2-0 y el Barça estaba tocado y con un jugador menos, el partido parecía cerrado, pero un libre directo antes del descanso magistralmente botado por Lionel Messi y la enésima barrera mal puesta por Iker Casillas suponía un gol de bella factura que alimentaba la esperanza del barcelonismo. 2-1 al final del primer acto era un mal menor para los chicos de Vilanova.
En la segunda parte el Barça despertó, recuperó el balón y por ende los automatismos, los dos gigantes intercambiaron golpes en un partido frenético y hermoso por momentos. Casillas y Valdés demostraron a los tibios que son los dos mejores guardametas del planeta, aún y con sus defectos, que los tienen. Ambos conjuntos gozaron de ocasiones claras, muy claras, pero la sensación es que un Barcelona con diez jugadores durante una hora estuvo cerca, muy cerca de empatar el partido y llevarse la Supercopa, lo que hubiera supuesto un golpe moral tremendo.
Finalmente fue el Real Madrid quien levantó la Supercopa en su estadio para deleite de una afición que necesitaba una alegría como esta. Casillas levantó el primer trofeo de la temporada con la felicitación primero y el respeto después de los jugadores culés desde el césped. Esta Supercopa fue un buen entretenimiento de 180 minutos marcado por detalles y por dos porterazos. Un título menor, pero un título al fin y al cabo que dota de moral al madridismo y le recuerda al Barça que esto solo acaba de empezar.
Por cierto, debutaron Luka Modric y Alex Song, estuvieron poco tiempo sobre el césped, pero lo suficiente para intuir que el croata dotará de talento y clarividencia al Real Madrid, y el camerunés servirá para brindar músculo y rigor táctico no exento de toque al Barça. Puyol y su pómulo roto, Kaká y su futuro incierto y Granero y su billete de avión para Londres vieron el partido desde la grada. Cesc lo vio desde el banquillo y no gozó de un solo minuto. No hubo conatos de agresión ni huidas cobardes al vestuario. Vamos mejorando. Detalles para una Supercopa.
LOS VÍDEOS DE LOS GOLES