Damnificados del Bayern de Munich

Cuatro Copas de Europa adornan la sala de trofeos del Bayern de Munich. Todas ellas representan un capítulo de esfuerzo y trabajo, un pedazo de la gloriosa historia del gigante de Baviera. Los cuatro títulos tienen algo más en común: todos los equipos a los que superó el Bayern, sufrieron de una manera especial aquella derrota.

Bayern de Munich… todopoderoso coloso que siempre ganó la Copa de Europa ante clubes que no la consiguieron nunca.

ATLÉTICO DE MADRID (1974)

Los rojiblancos viven actualmente la mejor época europea de su historia. Los goles de Forlán y Falcao, han sustituido a las poderosas arengas de Juan Carlos Lorenzo y su clan argentino en los años setenta. Las conexiones entre Irureta, Aragonés y Gárate, han dejado paso a una nueva dimensión continental para el equipo. Pero la ciudad de Bruselas tendrá siempre un lugar oscuro en la memoria de los aficionados del Atlético.

Y es que el Bayern de Munich comenzó a reinar en Heysel 1974, en una final dramática que se tuvo que resolver en dos partidos (la única vez en la historia que sucedió tal circunstancia). Para el Atlético de Madrid, aquel fue un golpe que marcó para siempre su existencia. A cinco minutos del final, los españoles eran campeones de Europa; acto seguido Schwarzenbeck establecía el empate. Con ese gol y los hechos ocurridos dos días más tarde, en un partido de desempate en el que los españoles fueron desbordados a la contra, se inauguraba el listado de víctimas del equipo Bávaro.

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LEEDS UNITED (1975)

La segunda Copa de Europa de los alemanes llegó en el Parque de los Príncipes de París en 1975. El Bayern volvió a doblegar a un equipo que merecía coronar su gran trayectoria en la última década, el Leeds United. Lo cierto es que los aficionados del equipo británico se comportaron de forma muy violenta en su viaje a tierras francesas. Fue la confirmación, tras los incidentes de los seguidores del Glasgow Rangers en la final de la Recopa de 1972 en Barcelona, de que el fútbol inglés tenía un problema con sus seguidores violentos.

En lo futbolístico, el Leeds fue mejor equipo que los alemanes. Propuso juego y llevó la iniciativa desde el principio, pero el infortunio y un arbitraje claramente inclinado a favor del Bayern, decantó la situación. Los muniqueses serigrafiaron por segunda vez su nombre en el palmarés de la Copa de Europa con ese triunfo, y de paso salvaron una temporada marcada por la decepción; de no haber conseguido el triunfo, el Bayern no habría jugado ninguna competición europea el año siguiente.

El Leeds nunca volvió a llegar tan lejos en la máxima competición europea, y se sumó de esa forma a la lista de equipos damnificados en finales por los alemanes.

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SAINT-ETIENNE (1976)

El Bayern no solo jugó en Europa en 1975-76, sino que además tuvo la oportunidad de llegar a su tercera final consecutiva; otra vez el mismo guión de la película, con las mismas escenas de dramatismo y una trayectoria heroica del derrotado en el partido decisivo, el Saint Etiene francés.

El encuentro se disputó en Hampden Park bajo amenazas de bomba, ya que hacía pocas fechas que la activista alemana Ulrike Meinhof había fallecido en una cárcel de Stuttgart.

El Saint Etienne firmó una temporada con todos los honores, eliminando al PSV Eindhoven en semifinales y al Dinamo de Kiev (campeón de la Recopa el año anterior) en los cuartos de final.

Los franceses plantearon el partido como venían jugando durante toda la temporada, sin miedo al todopoderoso Bayern. Pero la solvencia alemana volvió a imponerse y los hombres de Dettmar Cramer se llevaron el trofeo por tercera ocasión consecutiva.

Para el Saint Etiene y sus más de 20.000 aficionados desplazados a Escocia, quedó el orgullo y la satisfacción de ver a un pequeño equipo competir contra los más grandes. A su llegada a Francia, los jugadores fueron recibidos como héroes e incluso desfilaron en la capital, París, rodeados de una multitud que les aclamó.

VALENCIA

La última victoria del Bayern. Stefan Effenberg levantaba al cielo de Lombardía la Liga de campeones tras una final angustiosa que tuvo tres penas máximas durante el partido, que se jugó con la agonía de la prórroga, y se decidió tras el lanzamiento de 14 penaltis en una tanda para el olvido de los perdedores.

El Bayern volvía a ser fiel a su tradición, dejando sin copa al equipo que más la había merecido en los dos últimos años. Santiago Cañizares, portero del Valencia, no olvidará ese día; estuvo muy cerca de llevar a su club a la cota más alta de toda su historia. Paró un penalti durante el encuentro y otro en la tanda definitiva…

El Valencia se unió al Atlético de Madrid, Leeds y Saint Étienne.

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Este año el Chelsea es el candidato perfecto para sumar el "repoker" de víctimas por parte del Bayern de Munich. Sería la segunda derrota del equipo inglés en una final de la Copa de Europa. Los de Ottmar Hitzfeld tienen todo a su favor para imponerse, pero una sorpresa en el Allianz Arena haría recordar a los de Baviera sus cuatro derrotas en finales precedentes.

1982: Sucedió el hecho contrario al que acostumbraba. El Aston Villa disputó y consiguió la victoria en la primera final de un torneo europeo que jugaba. El "efecto Bayern" no se produjo esta vez, y el equipo de Breitner y Hoeness tuvo que conformarse con el subcampeonato.

1987: En Viena aconteció una de las mayores sorpresas de la Copa de Europa en la década de los ochenta. El Bayern, que había eliminado previamente al Real Madrid, cedió ante un imparable Oporto en el último partido. Los portugueses, comandados por Juary y Paulo Futre, se llevaron la copa gracias a una gran segunda parte que tuvo en el gol de tacón de Madjer, su broche de oro.

1999: Muchos aficionados opinan que el Bayern pagó el peaje del sufrimiento con los acontecimientos de Barcelona 1999. Perdió la Copa de Europa en tres minutos, en un partido en el que el Manchester United infringió a los alemanes el mayor castigo que puede recibir un club. Los puñetazos al césped de Kuffuor y la cara de Matthaus resumían a la perfección lo que terminaba de suceder en el Camp Nou.

2010: El Inter de Milán buscó la Copa de Europa durante 45 años, los que tardó en encontrar un sucesor para la figura del legendario Helenio Herrera. El brasileño Jair había dado la Copa de Europa a los interistas en 1965, y otro sudamericano, en este caso argentino, Diego Milito, transformó las ilusiones de miles de aficionados del Inter de Milán en un hecho real. La copa de Europa volvía a sus vitrinas, el Bayern tendría que esperar para conseguir la quinta.

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