Cabaye, el guía hacia la Champions League
Las Urracas dependen del francés para disputar la Copa de Europa

En tan solo una semana los extremos en el fútbol pueden sucederse. De una imagen brillante con un marcador contundente frente al Stoke, a un resultado similar pero en contra frente al Wigan. Cara y cruz de una misma moneda que no empaña la magnífica temporada que está desarrollando el Newcastle United. Aunque la derrota de esta jornada les roba la cuarta plaza, mantienen la igualdad de puntos con el Tottenham y siguen colocados por delante de Chelsea.
El excelente curso que están firmando las Urracas es vox populi. Alan Pardew ha conseguido dar forma a un equipo equilibrado en sus líneas, aunque la defensa le haya dado más de un quebradero de cabeza, que toma fuerza del centro del campo hacia delante. Tanto Demba Ba en el primer sprint como Papiss Cissé, en el segundo, han ayudado considerablemente con sus goles a que el equipo escalara puestos en la tabla. Se trata de un bloque de jugadores cuyo talento ha ido explotando de menos a más durante estos meses. Algunos con altibajos como Ben Arfa, que está finalizando la campaña por todo lo alto, y otros como Yohan Cabaye manteniendo esa preciada regularidad que es tan necesaria en los campeonatos de larga duración. Quizás no sea el autor de continuas obras de arte sobre el césped, ni de rocambolescas jugadas que se convierten cada siete días en la más destacable de la jornada, pero su trabajo constante y acertado ha sido fundamental para que el engranaje del Newcastle pudiera ser real.
Se va a cumplir un año del fichaje de Yohan Cabaye y, si ya en su momento lo era, viendo el valor actual del jugador para el club los cinco millones de euros que costó son una cifra anecdótica. Aterrizaba en St James’ Park con el doble título de Liga y Copa de Francia además de rechazando la oportunidad de disputar la Champions League con el Lille. Prefería para pasar a formar parte de un proyecto menos lujoso en un equipo que había finalizado en la parte media-baja de la tabla y seguir madurando para formarse como jugador en una de las ligas que más valoraba. Algo similar a lo que hiciera David Ginola cuando se despidió del Paris Saint-Germain. La estrella francesa se ve reflejada tanto en él como en Ben Arfa y los considera piezas valiosas para la expedición francesa que acuda a la Eurocopa de 2012, en caso de ser convocados.
Cabaye es un ganador nato. Lo demostró desde el mismo momento de nacer hace 26 años en la ciudad francesa de Tourcoing. A los 12 años inició su periplo en el que sería su equipo hasta que diera el salto a la Premier, primero en la academia del club, luego en la cantera y, finalmente, con la primera plantilla, ayudando a ésta en 2005 a ganar al Manchester United. Su gran año fue el 2011 cuando el Lille obtuvo el doblete al conseguir la Ligue 1, que no lograban desde 1955, y la Copa de Francia tras ganar al PSG. Paralelamente se ha ido tatuando el sello de la internacionalidad desde las categorías inferiores hasta reclamar con la absoluta un puesto para la próxima Eurocopa.
Son innumerables las cualidades de este diestro mediocampista organizador al que le gusta generar el juego ofensivo desde la línea de contención pero sin comprometer el equilibrio defensivo. No se trata de un portento físico pero con su 1’75 de altura y sus setenta kilos trata de generar el juego con inteligencia, visionando los espacios que deja la defensa rival y a través de los que trata de unirse con sus compañeros de referencia en la delantera. Posee un disparo a media distancia preciso, gracias al cuál ha podido sumar goles a lo largo de su carrera y por el que aflora su excelente técnica. Cuando fichó por el Newcastle United se temía por su irregularidad, sin embargo, ha demostrado que apostando por las Urracas ha preferido adaptarse al fútbol inglés y destacar en un club mediano antes que fichar por un coloso como el Arsenal o Liverpool, que también le tantearon, y donde pudiera ahogarse si no conseguía remar al mismo ritmo que el resto. La jugada le ha salido perfecta y lo que en un principio se definía como falta de ambición se ha transformado en regularidad, confianza y saber estar. No se trata de llamar la atención semana tras semana sino de pasar desapercibido por no cometer errores de manera que cuando no esté se le eche de menos. Cabaye ha pasado con nota la prueba de adaptación al fútbol inglés pero la mejor forma de cerrar la temporada sería siendo igual de importante para su país llegando lejos en la Euro’12. De quedarse fuera de los planes de Laurent Blanc tendrá su oportunidad de ser conocido a nivel europeo el próximo curso, probablemente, en la Europa League.