La reconversión perfecta de Javier Mascherano
Está siendo clave en la recta final de temporada

La Historia ha dejado grandes nombres que serán recordados por siempre. Personas que han llevado a cabo grandes éxitos, enormes logros. Los elogios han llevado una única dirección, y por ello a día de hoy siguen siendo reconocidos. Literatura, física, medicina y también deporte. En todos los ámbitos unos destacan sobre otros, ya sea por méritos propios o por demérito de terceros.
En el fútbol existen estrellas, jugadores determinantes que se llevan todos los flashes en las victorias, pero que en muchas ocasiones su productividad es fruto del trabajo de otros.
El juego de ensueño que lleva luciendo el Barcelona en los últimos años es intratable. Se puede criticar si su juego es el más efectivo, si es el más bonito, pero nadie podrá negar que a nivel de títulos es el más eficaz del momento.
Un equipo que a primera vista saca nombres como el de Xavi Hernández, Andrés Iniesta o Leo Messi. Grandes jugadores, sin duda, aspirantes al Balón de Oro cada año, pero desde la sombra aparece la figura de un futbolista reconvertido, que ha modificado su papel sobre un terreno de juego y que está rindiendo a un nivel más que notable.
Javier Mascherano llegó al Barcelona en el verano de 2010 con el cartel de uno de los mejores centrocampistas del Mundo. Su gran trayectoria en Anfield, junto a otros grandes centrocampistas como Steven Gerrard o Xabi Alonso, le convirtieron pronto a nivel continental en uno de los mejores.
Las bajas en defensa que ha sufrido Pep Guardiola desde la pasada temporada hicieron que el técnico de Sampedor tuviera que modificar planteamientos, debiera analizar qué jugadores podrían desempeñar a la perfección el papel de central en la defensa. Junto a Sergio Busquets, Javier Mascherano se ha convertido con el tiempo en el comodín perfecto del técnico catalán para hacer frente a las carencias defensivas cuando las lesiones hacen acto de presencia.
La figura del jugador argentino de 27 años es el ejemplo perfecto de una reconversión, de una adaptación. Mascherano, ya sea como mediocentro o como defensa central, se ha convertido en una de las grandes piezas claves del Barcelona.
Un experimento que se asemeja muy mucho al de Marcelo Bielsa con Javi Martínez. Dos centrocampistas que se han visto con el papel de centrales y que, pese a naturalidad diferente, no se han resentido en ningún momento. Y lo que es mejor, que está demostrando un nivel espectacular.
Ya sea por lesiones o sanciones de jugadores como Gerard Piqué, Carles Puyol, Eric Abidal o Adriano han provocado que, en cualquiera de los casos, el técnico barcelonista siempre haya echado mano del 'Jefecito'.
Su rendimiento no deja a nadie insatisfecho, y así, Pep Guardiola ha llegado a afirmar que "es el mejor central que tenemos ahora porque está en muy buena forma".
Jamás, antes de su llegada, podría haberse imaginado que su experiencia a nivel de clubs y selecciones con Argentina, le supondrían tener que relevar a nadie. Su gran físico le colocaba como el centrocampista perfecto que complementaría un centro del campo casi perfecto, sin embargo en los últimos tiempos se ha visto relegado en cierta medida al papel de 'suplente', considerándole en categorías defensivas, de jugadores como Puyol o Piqué en defensa.
Quizás no sea el defensa más rápido de la plantilla, quizás su técnica no destaque por su brillantez, pero su colocación casi perfecta, su visión de juego que la hace capaz de adelantarse a las jugadas y su constancia le han permitido convertirse a la mil maravillas en un complemento óptimo en el eje de la zaga defensiva.
Es decir, cuando el Barcelona pagaba en torno a 22 millones de euros al Liverpool en 2010 por el argentino eran conscientes de que fichaban a uno de los mejores mediocentros del Mundo, pero el tiempo ha dejado clara su polivalencia y su capacidad de adaptación, que le están convirtiendo a nivel individual en una de las grandes revelaciones del fútbol español.
Javier Mascherano, el comodín perfecto de Pep Guardiola, el jugador que desde la sombra está haciendo más grande la hegemonía del Barcelona a nivel doméstico, continental y mundial.