83. José Manuel Rivas 'Sietes', el peso del lateral zurdo español
Falló en su gran oportunidad y no supo relanzar su carrera al máximo nivel
Seguramente la primera mitad de los noventa haya sido la última gran etapa del fútbol asturiano. Cierto que ahora tenemos a Mata (aunque sea burgalés de nacimiento) o Villa, entre otros asturianos en el máximo nivel, pero quizás no es comparable con la cantidad de talento que surgió, principalmente del Sporting y del Oviedo durante esa época.
Dentro de ese elenco de buenos futbolistas aparece José Manuel Suárez Rivas (Sietes, 18 de febrero de 1974) conocido en el mundo del fútbol profesional como 'Sietes' en honor a su pueblo. Un lateral izquierdo con mucha proyección, tanto en la banda del equipo carbayón como en su carrera, ya que con diecinueve años se asentó en el carril siniestro del equipo de Radomir Antic.
Debutó con el primer equipo en la temporada 93/94 disputando los últimos nueve partidos de aquella temporada y logrando sus dos únicos goles como profesional en toda su carrera. El primero de ellos en la victoria de su equipo ante el Athletic Club en el Carlos Tariere, y el segundo cuatro días más tarde en la visita del Oviedo al Vicente Calderón, donde dieron buena cuenta al Atlético de Madrid que comenzaba a armar los mimbres del equipo del Doblete de dos temporadas más tarde.
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La siguiente temporada fue la de su explosión definitiva. Jugó treinta y un partidos (todos como titular) siendo de los más destacados de un equipo liderado por un renacido Robert Prosinecki y donde junto a 'Oli' era la joven perla que equipos con objetivos ligueros más exigentes seguían en pos de ofrecerle nuevos estímulos como confirmaba su internacionalidad en las inferiores de España con la que jugó la final del Europeo ante Italia en 1996 y los JJOO de Atlanta meses después.
Su buena temporada llamó la atención en la secretaría técnica del Valencia que le fichó después de varias reuniones llevadas personalmente por el presidente Paco Roig como parte de un nuevo proyecto después de la turbulenta campaña del equipo ché que dirigiría Luis Aragonés. Parecía que no había confianza en que Romero mejorara el rendimiento ofrecido en su primer año y la posibilidad de contar con un joven lateral con ese porvenir se antojaba como todo un acierto por parte de un Roig que se enfrentaba a uno de sus peores momentos ante la afición y que incluso eclipsó el día de su presentación ya que toda la atención se la llevó el aviso de querellas del presidente contra quienes pedían su salida del club. Fue como una señal de lo que sería su paso por el Valencia, donde por cierto, lució el dorsal 7 como homenaje a su pueblo.
Y es que el joven lateral no sólo no pudo quitarle la titularidad a Romero, sino que en su primer año fue el jugador que menos minutos disputó sólo por delante de otro recién llegado Eskurza, Arroyo, Iñaki y el portero reseva Bartual. Le fue complicado entrar en la dinámica del equipo que acabó finalmente en segunda posición por detrás del Atleti del Doblete.
Su segunda temporada no fue mucho mejor. Sólo tomó parte en nueve partidos (poco más de cuatrocientos minutos en Liga) volviendo a estar por detrás de Romero y no adaptándose a las habituales defensas de cinco con laterales carrileros. Hasta Claudio López llegó a jugar de carrilero. Además, aquella temporada, lejos de crecer con respecto a la anterior, la trayectoria fue altamente irregular y pasaron por el banquillo de Mestalla el propio Aragonés, Rielo (un partido) y Valdano a quien no acabó de convencer y quien no le vio útil para su proyecto en la siguiente temporada.
Así, formó parte de la limpia que llevó a cabo Roig y que le llevó al Racing de Santander. Con los cántabros, lejos de la presión que se vivía en Mestalla no sólo se convierte en titular casi desde el primer día sino que vive su mejor etapa profesional. Juega en el equipo santanderino hasta el mercado de inivierno de la 03/04 sin llegar a confirmar todo lo que se le presuponía tras sus años en Oviedo, pero demostrando que sí que valía para la primera división.
Una de las anécdotas que dejó su estancia en Santander, fue precisamente en una visita con el Racing a Mestalla donde sufrió un durísimo choque con Angulo que no le permitió acabar el partido y que dejó preocupado a más de uno.
Acaba la temporada de 2004 jugando para el Alavés después de no contar para Lucas Alcaraz y tras doce partidos comienza su salida de la élite, de las primera planas. Ficha unos meses después por el Real Murcia donde juega diecisiete partidos hasta aceptar una prueba con el Watford en la segunda categoría del fútbol inglés bastante decepcionante, ya que no llega a jugar ni un minuto con el equipo.
Volvió a España, ya con treinta y dos años, para jugar un par de temporadas con el Numancia antes de despedirse de la focos.
Tras la salida de Soria, 'vuelve a casa' para jugar en el Lealtad, en Tercera División, tres años en donde compagina el fútbol con la creación de una empresa de formación laboral y su entrada dentro del mundo de la política como concejal en el Ayuntamiento de Villaviciosa. Pero cuando parecía que colgaba las botas, acaba convencido por el proyecto del Real Avilés para volver a Segunda B y con treinta y ocho años es titular indiscutible con el equipo blanquiazul sin descuidar sus tareas diarias.
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