Clemente-Michel, abriendo la herida

La relación entre ambos nunca ha sido buena

-"Guardiola, Felipe, Guerrero, Beguiristain, Juanele (…) ¿Michel?, no le beneficia en nada que siempre me estéis preguntando por él, se trata de un jugador de carisma, pero no viene porque creo que hay otros mejores".

Javier Clemente tenía muy claro el tipo de futbolista que quería para su equipo, un conjunto muy definido y trabajado durante casi dos años. Estaba a las puertas de jugar el primer gran campeonato de selecciones en su carrera, y Michel no había estado presente en el grueso de encuentros de las eliminatorias previas, por lo que no sería el momento en el que el técnico vasco cambiaría la dirección de sus ideas. El futbolista del Real Madrid debería presenciar la Copa del mundo desde una cabina de televisión.

Que Michel viajara a Estados Unidos y estuviera tan cerca del equipo, gustó tan poco a Javier Clemente como al jugador no acudir a su tercer mundial.

Michel había integrado aquella Quinta del Buitre que no llegó a reinar en Europa, pero que arrasó sin piedad en el campeonato español. Había sido el futbolista más brillante de la selección española de Luís Suárez en el campeonato del mundo de Italia 90. Mientras tanto, Clemente buscaba nuevos desafíos; consagrado ya como estrella del banquillo y un experto de la batalla dialéctica, a finales de los años ochenta se especuló con que llegaría a entrenar a los más poderosos, incluso al Real Madrid.

Michel poseía una personalidad muy fuerte, algo egocéntrica y provocadora… el famoso "me lo merezco" ante Corea, se convirtió en uno de los símbolos de Italia 90.

Por aquellos tiempos, a Clemente le interesaba tan poco la selección que incluso se quejaba cuando le convocaban jugadores; algo curioso si se analiza el intercambio de golpes que vivió con Johan Cruyff, cuando Clemente llamaba a ocho o nueve futbolistas del Barcelona para su combinado eusko-azulgrana.

A Javier Clemente le costó hacerse con el timón de la selección. Los comienzos fueron muy duros, pero en poco tiempo consiguió crear una legión de seguidores que desaparecieron tan pronto como dictaron sus enemigos periodísticos que así fuera. En la victoria, Clemente llegó a sentirse más poderoso e influyente que sus detractores, y ahí sembró gran parte de su fracaso posterior.

En 1994 se veía campeón del mundo (reconocido por él mismo), y no cabe duda que ganó su batalla con Michel. El madridista redujo su discurso crítico al lado de José Ángel de la Casa y José Luís Garci como comentarista de TVE en el mundial, pero no había que pensar demasiado para llegar a la conclusión de que la victoria de España significaba la derrota de Michel, y viceversa.

Javier Clemente prescinde del madridista tras un partido de clasificación ante Irlanda. No llega a expresarlo claramente, ya que en ocasiones manifiesta cosas del tipo: "quien piense que la quinta está muerta se equivoca" o… "tengo 27 jugadores en la cabeza y entre ellos está Michel".

Confía ciegamente en sus hombres y tiene la fortuna de conseguir la clasificación in-extremis, aunque por el camino debe escuchar críticas e insultos, como en un entrenamiento de la selección celebrado en Las Rozas donde un grupo de radicales se dedica a increpar las decisiones del técnico, reprochando la ausencia del madridista en el equipo nacional.

Michel también juega con dos barajas; para él, sería un sueño volver a jugar con España, pero sabe que con Clemente eso no sucederá… aunque intenta mostrar una aparente tranquilidad cuando es preguntado, sin poder ocultar palabras de despecho y respuestas irónicas. En Marzo de 1993, antes de que la selección jugase en Dinamarca, es cuestionado por las supuestas declaraciones (Clemente las negó) en las que el seleccionador afirmaba: "a la quinta le falta coraje". El madridista responde irónicamente "¿Qué declaraciones?" Michel y Clemente han tomado caminos diferentes de forma definitiva.

El futbolista terminará su carrera jugando en el Celaya mexicano, donde ya había triunfado el otro gran descarte de la era Clemente, Emilio Butragueño. Mientras tanto, España se irá difuminando poco a poco… llegará al mundial de Francia 1998 tras haber completado una gran clasificación, en la que Guardiola y Raúl se incorporan con éxito al grupo. El de Santpedor dirá adiós al mundial por una lesión, pero los "Clemente boys" se sitúan como una de las grandes favoritas del campeonato.

Clemente, en medio de una pelea mediática atroz, pierde los papeles en el primer encuentro ante la selección nigeriana; su apuesta por un centro del campo poco creativo y la excesiva confianza en un portero que ya vive su tiempo de descuento (Zubizarreta), condenan a la selección. El ridículo chipriota provoca que el vasco se despida del puesto.

Ya retirado, Michel comienza en esa época una prolífica carrera como comentarista de televisión. Se convierte en la voz omnipresente del fútbol.

Con un discurso poco innovador y en ocasiones carente de originalidad, Michel critica a los equipos que se encierran atrás (o parece que lo hacen), alaba a los jugadores de toque y gambeta, mientras patenta algunas frases para el recuerdo como … "La sopa hay que probarla por el lado" (refiriéndose al juego por las bandas), o… "¡eso es un ensayo!" (para hacer el símil rugby-fútbol, cuando una pelota se marchaba a la grada). Con ese caldo de cultivo y el pasado de ambos, la crítica hacia el vasco estaba asegurada.

El deambular de banquillos del inquieto Clemente y la mordacidad de Michel, produjo por ejemplo, el famoso artículo del Diario Marca en el que el exmadridista no se corta un pelo a la hora de hablar de Javi:

"Clemente sigue subido la Gabarra desde hace veinte años. Sus palabras sincronizan con sus hechos, es decir, vacíos. Pasa por no tener pelos en la lengua ...para los demás, pero es incapaz de analizar su manifiesta impotencia como técnico obsoleto".

El tiempo quiso que Clemente y Michel volvieran a verse las caras, esta vez en los banquillos. Momento que aprovechó el vasco para sacar a relucir las palabras de Michel en Marca, y dejar claro que no le saludaría cuando se lo encontrara.

[video:http://www.youtube.com/watch?v=EJUW0jrfBsQ]

Parece que Clemente está dispuesto a enterrar el hacha de guerra en su polémica con el madrileño. Como de costumbre, juega a echar la culpa de todo a los informadores y utiliza la ironía para definir su enfrentamiento con Michel: "Cuando habla, pienso en nuestros amigos comunes". Acusa al entrenador del Sevilla de insultarle en el artículo y declara que nunca tuvo ningún problema personal con él cuando era seleccionador.

Puede que Clemente haya olvidado los reproches y comentarios de Michel en prensa y televisión… puede que sean los periodistas quienes recuerden esos días… o que nada de eso sea cierto y entre ellos existiera una relación cordial como afirma Clemente.

En cualquier caso, en El Molinón se citan dos maneras muy diferentes de entender el fútbol: la sabiduría y experiencia "clementista", frente al descaro y la ambiciosa propuesta de Michel.

El terreno de juego dictará sentencia entre dos técnicos que han llegado a la liga por caminos muy diferentes.

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