United: especulación contra insuficiencia
Ceden la iniciativa ¿por falta de fútbol?
Asomarse a un kiosco, a ver las portadas deportivas o pegar un paseo virtual por las principales webs de información deportiva o incluso general, es ver la buena cuenta que dan del gran triunfo del Athletic de Bilbao anoche en Old Trafford.
El equipo de Bielsa firmó un partido muy completo en todos los aspectos exigibles y volverá a Bilbao habiendo dado un paso muy importante hacia las semifinales de la Europa League. Es lo que toca, en medios que normalmente cubren nuestros torneos y equipos, resaltar y primar el buen hacer de un Athletic que pinta muy bien para hacer algo grande este año, el siguiente a más tardar.
Pero si por un segundo aparcamos la alegría y satisfacción por el buen resultado de un equipo vecino, nos queda un desolador panorama a la hora de hablar del actual subcampeón de Europa y defensor del cetro de la Premier conseguido en el pasado curso. Siempre atendiendo al curioso enfoque de sus dos últimos partidos, importantes en ambas competiciones y donde a pesar de haberlos planteado de manera similar, el resultado ha sido muy diferente.
Porque el pasado domingo el equipo de Alex Ferguson tenía un partido sino clave, sí muy importante ante el Tottenham en su carrera contra el City por ganar la Premier.
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Con la salvedad de que en esta ocasión actuaba de visitante, 'la performance' no varió con respecto a lo visto ayer: 'los diablos rojos' no se preocuparon por tener el balón como inicio de su dominio, sino que optaron por hacerse fuertes atrás y saber que tendrían oportunidades para adelantarse. La cosa salió más que bien, ya que disimularon su eventual inferioridad técnica en el medio del campo pero sin permitir por ello que el flujo de oportunidades del rival fuera lo suficientemente fluído como para pasar problemas y que fuera siempre redireccionado hacia las zonas donde menos podrían sufrir. También merece la pena hacer mención a David De Gea, que parece haberse hecho al puesto y firmó un partido más que digno.
Con este precedente, no debía sorprender tanto que el United plantease el partido ante el Athletic de manera similar delante de un equipo que, en teoría, también debería ganar la batalla en el centro del campo por la diferencia técnica. Pero a parte del resultado final, bien diferente tanto acotándolo al partido como con la globalidad del torneo, la sensación de que el United 'no podía' fue algo preocupante. Por suerte, su pegada con dos goles, le mantiene todavía con pulso, pero debiendo firmar un partido mucho más ambicioso en 'La Catedral'.
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El United no es el primer grande que emplea un posicionamiento y actitud reservón a la espera de resolver con un 'zarpazo' gracias a la calidad que tiene en sus líneas más adelantadas, pero cuando se juega de esta manera, la derrota a duras penas tiene justificación. Como en otras ocasiones hemos visto, parece que todo se puede camuflar con loas (merecidas) al rival. Ya lo vimos cuando Ronaldo salió aplaudido de Old Trafford, en la pasada final de la Champions y en el post partido de ayer. Es de agradecer el buen perder de Ferguson y el United y seguro que ninguno de sus aficionados puede reprochar nada al equipo con los éxitos en el último lustro, pero si realmente se han tomado en serio la Europa League, la imagen vista ayer sí que podría valer para hablar (como tanto gusta por aquí) de un fin de ciclo para el dueño del 'Teatro de los sueños'.
El equipo inglés parece dar muestras de hincar la rodilla ante los nuevos modelos que si nada lo evita, se impondrán en el fútbol de primerísimo nivel europeo con inversiones gigantescas en pos de armar un equipo del que se puedan sacar dos onces titulares. Sin reducirlo todo a dinero y usando un ejemplo muy gráfico, la venta de Cristiano Ronaldo fue cubierta esperando que 'Nani' diera un paso adelante, la llegada de Valencia y la apuesta por Obertán. Hasta la fecha, la solución dista de ser definitiva y se muestra más como parches puntuales, jugadores que pueden ganar algún partido, pero con la determinación suficiente como para ser temibles en todas las competiciones.
El ejemplo de Giggs, el liderazgo en el campo de Rooney, la fuerte personalidad de Evra debe de ser la base y punto de partida hacia un nuevo United más ambicioso, menos especulador y consciente en que a partir de ahora, no sólo con su pasado inmediato puede perdonarse un desliz en el presente. Ahora para pertenecer a la aristocracia futbolística europea no sólo es necesario ser el equipo con más seguidores en todo el mundo o con mayores ingresos, sino luchar siempre hasta el final en todas las competiciones y, desde luego, mostrarse valientes en los grandes partidos, esos que ve medio mundo.