La grave situación del fútbol peruano

Huelga de jugadores por impagos se lleva por delante a Universidad de San Martín

Desde aquí, hablar del fútbol de Perú nos redirige casi de manera instintiva a su selección nacional y su buen papel en la pasada Copa América. De la mano del uruguayo Sergio Markarián, el equipo presenta un equipo equilibrado y de un juego agradable para la vista que encontró en Guerrero el estilete que suele diferenciar a los buenos equipos de los grandes equipos.

Pero rascando la capa que presenta la selección se presenta una realidad muy diferente de la que ya hemos hablado en alguna ocasión. Aunque quizás hablar de diferencias viendo como está el fútbol español no sea la palabra más acertada. Son pocos los clubes de la máxima categoría que presentan unas cuentas no diremos positivas, pero sí sostenibles. Lejos del glamour de los grandes, de Alianza de Lima y Universitario que más allá de sus problemas económicos, el enorme soporte social le protege de los problemas que se han encontrado los demás equipos que han visto como sus jugadores fueron a la huelga indefinida a mediados del mes de febrero después de que los jugadores de Cienciano, Sport Boys y el propio Alianza denunciaran ante el sindicato de jugadores que les adeudaban un año de sueldos.

Todos los jugadores se sumaron a esta protesta provocandos que los partidos de Liga se disputaran con jugadores de las canteras, como en alguna ocasión hemos podido ver en España.

Los problemas se fueron viendo cuando se iban descubriendo detalles sobre las deudas y las negociaciones. Universitario, sólo en conceptos salariales (sin tener en cuenta deudas con el fisco) tiene una deuda de 1,5 millones de dólares, la mayor del fútbol peruano (le siguen Cienciano con 70000$ y Alianza con 570000$), quizás mínuscula en comparación con las deudas de los equipos europeos, pero que para un torneo menor en un país pequeño supone una gravísima situación por la que se debería trabajar. Las propuestas de los clubes era aplicar un calendario de pagos por el que saldarían los salarios en un plazo de 24 meses que fue rechazada por los futbolistas que exigían la mitad de plazos.

Y en medio de toda la agitación se encuentran Sporting de Cristal y Universidad San Martín, los dos únicos equipos que no presentan deuda alguna, ni con jugadores ni con hacienda, que han visto como sus jugadores se han sumado por solidaridad al parón y han tomado una medida radical ante el triste y poco transparente fútbol peruano.

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Finalmente el pasado lunes se anunció el fin de la huelga después de que cada club negociara con la Agremiación un plazo de pagos justo y se informó de que este fin de semana se reiniciaría el torneo con quince equipos. Universidad San Martín en principio no arrancaría aunque se está en negociaciones para que se sume a la Primera peruana. Seguramente bajo el compromiso de instaurar un sistema de control financiera en el que equipos que llevan una economía prudente sufran lo mismo que otros equipos que gastan de manera más alegre.

Más allá de la repercusión que tenga todo esta problemática en esta parte del mundo, merece la pena hacer un pequeño parón dentro del movido mundo del fútbol y sus alrededores para entender que a la sombra del resplandor de los grandes equipos que fichan a grandes jugadores con grandes fichas existen otros clubes que deben arriesgar para tratar de competir y, en más ocasiones de las que se conocen, hipotecan su futuro a costa del trabajo de jugadores que, en ocasiones, acaban perdonando salarios a cambio de liberarse de sus contratos. Hoy fue Perú, y en Europa ya nos avisó el histórico Rangers... cuidado con los avisos, con las señales de humo, que se ven en nuestro fútbol.

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