Asamoah Gyan deja la selección ghanesa
Pide un tiempo para desbloquearse mentalmente


Nos equivocamos cuando pensamos que jugar al fútbol es tener un talento para ser útil sobre un campo y una admirable capacidad de sacrificio en la adolesencia. Por lo menos para el máximo nivel hay que tener algo más. Un entorno que se preocupe realmente por tí, llegar a la élite en el momento oportuno dentro del equipo (una dinámica ganadora, en resumen) y, lo que no muchas veces es comentado, una fuerza mental importante.
Porque el fútbol es un juego sencillo del que ya nos encargamos de complicar añadiéndole factores que indirectamente provocan que, como diría Shankly, se convierta en algo más importante que la vida o la muerte.
Y así podemos encontrarnos casos como el de Asamoah Gyan, quien recientemente ha anunciado que deja de manera temporal la selección de Ghana y que esta mañana, a través de su cuenta de Twitter ha querido explicar a sus seguidores los motivos de tal decisión (nada que ver con la de Boateng hace unos meses) y disculparse por sus errores.
Porque para el delantero del Al Ain (cedido por el Sunderland tras un desencuentro con el entrenador) se le han mostrado las dos caras de este juego: la dulce del éxito, de la oportunidad de tener una vida soñada gracias a ganar mucho dinero con lo que más le gusta pero también la amarga de tener que soportar el peso del error sino definitivo si determinante en las dos páginas más importantes de la historia reciente de las 'Estrellas Negras'.
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Comentaba el jugador que todavía le pesaba el error que privó a Ghana de hacer historia y que este segundo fallo, en una competición donde cualquier cosa que no fuera la final era un fracaso para sus aficionados, ha sido demasiado para él. Para algunos puede ser temor, vistos casos de 'reacciones violentas' contra jugadores que han fallado en momentos claves en las selecciones africanas (el penalty de Wome sin ir más lejos) pero para el aficionado neutral y seguro que para muchos de sus compatriotas, es una muestra de lo profundo del sentimiento del delantero cuando representa a su país. Gyan se cierra una puerta tras fallar por partida doble a su país cuando lo tenía todo para convertirse en héroe nacional, pero no lo hace de forma definitiva: deja claro que va a volver y, seguramente lo haga muy reforzado a nivel mental.
Sin embargo, toda esta historia es tan humana como extraordinaria. ¿Os imagináis a Raúl dejando la selección tras el penalty ante Francia en la Euro de 2000? ¿O a Baggio tras errar ante Brasil en 1994? En ocasiones la mejor manera de mejorar es reconocer tu límite y trabajar por superarlo. Si Gyan volviera ¿volvería a tirar un penalty decisivo?
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