Cuando el Real Madrid desperdició siete puntos de ventaja
El Valencia ganó la Liga en 2004 tras remontar siete puntos
El Barcelona se ha colocado este fin de semana siete puntos por debajo del Real Madrid en la clasificación de la Liga BBVA. Parece que los blancos han dado un paso de gigante en la lucha por el título. A los de Pep Guardiola solo les resta encomendarse a su juego, brillante y efectivo en los últimos años, y a la coincidencia en los números del único precedente en el que un equipo remontó al Real Madrid una diferencia similar.
2004 era un año bisiesto como el actual. Precisamente fue en el día extra del calendario, cuando el Real Madrid consiguió establecer una distancia que se antojaba casi definitiva respecto a sus rivales. El 29 de febrero de aquel año, el Madrid ejecutaba un golpe sobre la Liga. Remontando su partido ante el Celta de Vigo en la segunda parte, el equipo de los David Beckham, Zinedine Zidane, Luis Figo y Ronaldo, daba la razón a los que hacía poco tiempo lo bautizaban como "galácticos".
El Real Madrid terminó aquella jornada de domingo con ocho puntos de ventaja frente al Valencia. Los "ché" se habían hundido bajo la nieve caída en la montaña mágica de Montjuic. La derrota 2-1 ante el Espanyol condenaba a los hombres de Rafael Benítez a realizar una gesta de dimensiones olímpicas si aspiraban a revalidar el título que dos años antes, habían conquistado de manera brillante. Nadie podía pensar en la remontada liguera de los valencianos. Era un campeonato con tufo a manzana podrida. Real Madrid y Valencia, vivían desde hacía años una rivalidad que traspasaba lo deportivo.
El "pique" se había transformado en odio por parte de los dos equipos. Desde Valencia sonaban los cantos de queja hacia el estamento arbitral, mientras en Madrid entendían las críticas como una conspiración al proyecto faraónico propuesto por Florentino Pérez. En épocas anteriores ya se habían vivido varios choques entre los dos equipos por la cuestión arbitral. En aquella temporada 2003-04, la Liga parecía cosa de dos equipos; Real Madrid y Valencia, con permiso del Deportivo de la Coruña. El mal ambiente entre los dos conjuntos se iba a agriar de manera definitiva el 15 de Febrero de 2004, con aquel penalti que tuvo a Raúl, Carlos Marchena y Tristante Oliva como protagonistas. Pero antes de aquella polémica, el caldo de cultivo del escándalo ya recorría el ambiente.
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El Valencia jugó en el campo del Albacete un mes antes de rendir visita al Real Madrid. Los valencianos ganaron gracias a un penalti inexistente decretado a su favor. Aquella decisión otorgó rédito a la teoría merengue de que las quejas que venían desde la costa levantina, solo respondían a una necesidad de justificar sus fallos. El Real Madrid confiaba en la fortaleza de su millonaria plantilla, mientras en Valencia, la lucha frente al equipo blanco y su entorno se convirtió casi en una obsesión. Pero aquel penalti de Marchena a Raúl lo cambió todo. El Real Madrid fue beneficiado con una acción que reforzó su condición de líder de la Liga. Desde Valencia se abanderó la teoría de la conspiración centralista, mientras el propio Florentino Pérez recordaba, con una memoria sibilina, la acción valencianista de Albacete.
La Liga se había convertido en una guerra centro-mediterránea. El partido del Bernabéu cambió el campeonato; si bien es cierto, que al principio sacó al Valencia de su camino. La excesiva atención mediática que se prestó al encuentro de Madrid desquició a los de Benítez, que una semana más tarde del escándalo perdía con el Barcelona en Mestalla. El Madrid asumió la crítica arbitral con la boca pequeña y sacó pecho en las dos semanas siguientes. El 29 de Febrero, es decir, quince días más tarde del 1-1 del Bernabéu, el equipo de Carlos Queiroz conseguía dispararse en la competición.
Los blancos, ahora sí, presumían y gritaban a los cuatro vientos que el Real Madrid 2003-04 era el mejor conjunto de la Liga. Una ventaja casi insuperable para un equipo normal, pero es que el Valencia de ese mismo año no era un equipo normal. Era, y así se encargó de demostrarlo, el mejor equipo de aquella temporada. Aquellas derrotas ante los dos conjuntos catalanes conjuraron a los valencianos. Una racha para el recuerdo de seis partidos consecutivos ganando, encumbró a la "naranja mecánica" del siglo XXI al liderato de la liga. El Madrid sin embargo, vivió un mes de marzo e inicio de abril para olvidar.
Una mala trayectoria en el campeonato nacional, la derrota en la final de la Copa del Rey en Montjuic (territorio de inflexión del Valencia en las dos ligas que ganó) y la eliminación en la Liga de Campeones frente al Mónaco de Morientes, puso al Real Madrid en el disparadero. El trébol se esfumaba con la misma rapidez que muchos rotativos se habían empeñado en alzar a las nubes a aquel equipo de estrellas.
El Valencia avanzaba hacia el doblete, pero antes se viviría otro partido para la polémica en el viejo Mestalla; ante la Real Sociedad, renacían los fantasmas arbitrales. Pero el camino que condujo hacia el empate cuando se perdía 0-2, originó la victoria moral de aquella Liga. El Valencia había remontado una ventaja demasiado considerable como para dejarla escapar en el último suspiro. El Madrid por su parte, navegaba entre el desencanto.
Los goles de Eto'o para el Mallorca, daban la extremaunción a los madridista el 8 de Mayo de 2004. Al día siguiente, el Valencia se proclamaba campeón y a los blancos solo les quedaba espacio para la resignación. Luis Figo fue uno de los pocos que no encajó la lección y arremetió duramente contra la campaña antimadridista realizada desde Valencia. Los árbitros no fueron tan decisivos en la ventaja de los de Queiroz hasta el mes de Febrero, ni tampoco jugaron un papel predominante en la histórica remontada "ché".
El Barcelona se encuentra en una situación muy similar en este 2012. Salvar la desventaja será muy complicado, y más frente al poderoso Real Madrid. Si al juego de las comparaciones sumamos que Mourinho no es Queiroz, habría que añadir un plus de complicación a la empresa. A favor del Barcelona está, la capacidad de Guardiola para hacer que los suyos se recuperen psicológicamente, la calidad de su equipo y el gran número de jornadas que restan todavía por jugar.
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Jose Hernández
Especialista en historia del fútbol y estadísticas deportivas. Miembro numerario del Centro de Investigaciones de historia y estadística del Fútbol Español (CIHEFE). Colabora con Optasports (Producción y análisis de datos deportivos).
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