92. Goran Vucevic, fichaje de ida y vuelta
Goran Vucevic, de estrella a estrellado
Goran Vucevic puede ser uno de esos exfutbolistas que a muchos amantes del fútbol no les suene a nada, pero lo cierto es que por Barcelona algunos de los más fieles seguidores del FC Barcelona le guarden algún recuerdo, malo o bueno ya depende de la persona, porque su historia es, por lo menos, curiosa y al mismo tiempo desastrosa.
El futbolista croata brilló en la temporada 91/92 en el Hajduk Split, equipo que le vio crecer como deportista y en el que desarrolló la mayor parte de su carrera deportiva (y no por falta de oportunidades en otros equipos europeos). En una época de plena expansión, en la que la mayoría de los clubes miraban hacia el este para buscar jóvenes promesas, el FC Barcelona se fijo en este medio que parecía tener clase a raudales para desenvolverse con total soltura por el centro del campo y sin mucho pensarlo decidieron que debían fichar a este joven de, apenas, 20 años.
El objetivo estaba claro, adelantarse al resto de clubes importantes de Europa y fichar a Vucevic antes de que su precio se multiplicara. De esta forma y tras desembolsar algo más de 400.000 euros el FC Barcelona se hizo con los servicios del croata.
Su llegada a Barcelona coincidió con una época dorada del equipo dirigido por Johan Cruyff, por lo que la falta de experiencia en la máxima competición hizo que tuviera ficha del equipo filial y, además, le relegó al banquillo, una zona del campo que sólo abandonaría en contadas ocasiones, algunas hasta para jugar a fútbol.
Tras una primera campaña en la que sólo llegó a disputar seis partidos, de los cuales únicamente dos fueron en Liga la siguiente temporada no fue mucho mejor. Después de aceptar su rol como 'novato' sin experiencia, temporada 93/94 no tuvo un cambio positivo para el medio croata que además de no entrar en los planes del técnico holandés sufrió varias lesiones que le alejaron, más si cabe, del equipo.
La falta de minutos en la ciudad condal hizo que la tensión y la mala relación entre el técnico y el futbolista fuera creciendo hasta que el club decidió que la mejor solución era cederlo y volvió al Hajduk Split. Tras una temporada volvió al Barcelona, equipo que lo esperaba con otro contrato de cesión, en este caso al Mérida que por aquel entonces militaba en Primera División. Empezaba a ganarse a pulso que se le calificara como un jugador de cristal, porque de nuevo las lesiones se interpusieron en su 'flamante' trayectoria por lo que las apariciones en su nuevo equipo también fueron bastante escasas, concretamente acumuló 11 partidos con el Mérida.
En 1997 y tras haber sufrido un accidente de tráfico un año antes el FC Köln le brindó la oportunidad de jugar en la máxima categoría del futbol germano, donde estuvo durante dos campañas, una en primera división (con 9 partidos jugados) y otra en segunda.
La temporada 99/2000 suspuso para Vucevic el final de su 'calvario' personal ya que su periplo europeo llegaba a su fin y volvía, como no podía ser de otra forma, al equipo que le hizo 'grande', el Hajduk Split. Tres temporadas más estuvo jugando hasta que en el año 2002 puso fin a su carrera deportiva.
Tras colgar las botas tomó la decisión de poner su experiencia en el mundo del fútbol al servicio de la humanidad y se convirtió en entrenador.
Igual que ocurrió en su etapa como jugador, el único equipo que confió en él fue el Hajduk Split de sus amores, al que estuvo dirigiendo en las temporadas 2008/09 y 2010/11. Sus datos como entrenador son: 31 partidos dirigidos y un porcentaje de victorias del 45 por ciento.
Pese a todo esto, en su palmarés figuran una Supercopa de Europa (1993), una Supercopa de España (1993) y una Liga con el FC Barcelona (1993), todo un éxito para el jugador que llegó como una estrella y se fue como un estrellado.