Liga de Campeones, una historia a través de sus sorteos
Los sorteos de la Liga de Campeones están repletos de anécdotas
Un nuevo sorteo de la Liga de Campeones aparece en escena. Se escribe otro capítulo en la historia de este tipo de eventos. El procedimiento de los sorteos ha cambiado mucho desde el comienzo de las competiciones europeas a mediados de los años cincuenta. En aquella época, los representantes de los clubes se reunían entorno a una mesa en la que colocaban dos copas con pequeños papeles donde se podían leer los nombres de los equipos. Sin la parafernalia actual y con mucha más austeridad, se emparejaban a los clubes implicados.
Un sorteo con sabor a clásico
En Marzo de 1960, el Real Madrid y el Fútbol Club Barcelona dirimen su fortuna en el bombo de semifinales por primera vez en su historia. Bruselas es testigo de uno de los sorteos con mayor expectación en el corto e intenso camino de las competiciones europeas. La posibilidad de que los dos grandes del fútbol español pudieran disputar la final de la Copa de Europa, produjo que los interesados se replantearan el lugar de la sede de la final en caso de llegar a ella. La historia recuerda aquel último partido de 1960 en Hampden Park como uno de los más brillantes de la competición, sin embargo , el 7-3 que el Real Madrid endosó en el coliseo escocés al Eintracht de Frankfurt, no se habría producido si el resultado del sorteo de semifinales del 9 de Marzo de 1960 hubiera sido diferente.
El gerente del club barcelonista Juan Olch Bech, respondía de esta forma a las preguntas que le planteaban los informadores desplazados a Bruselas:
- ¿Qué pasaría si Barcelona y Real Madrid jugaran la final de la competición?, ¿Se disputaría en Glasgow como estaba previsto? El directivo respondió:
El Real Madrid, propondría el estadio Santiago Bernabeu como sede de la final, y el Club de Fútbol Barcelona, su gran estadio. Creo que nInguno de los dos clubes transigiría en favor de la proposición del otro (...).
- En caso de tener que elegir un estadio, ¿qué campo preferirían, la Romareda de Zaragoza o Mestalla de Valencia? ¡Mestalla!, sin que pueda proceder la menor duda, por su mayor aforo.
Valencia se presentaba como opción real si el partido debía jugarse en terreno neutral, mientras que la posibilidad de disputarse la Copa de Europa a doble partido también se barajaba en los dos clubes.
No sabremos nunca si la UEFA evitó la final española para ahorrarse conflictos, o si realmente la fortuna señaló que Real Madrid y Barcelona se enfrentasen en esa semifinal; todo indica que la suerte fue sabia en aquella ocasión y no regaló aditivos a un duelo que ya gozaría de suficiente condimento en años sucesivos.
Desplazamientos incómodos
Los sorteos de Copas de Europa, significaron un acontecimiento donde palpar el pulso de la actualidad de los mejores equipos del continente. Uno de los mayores quebraderos de cabeza de los clubes fue siempre la organización de desplazamientos incómodos a países recónditos. Disputar partidos en la Europa del este fue una preocupación extra para los organizadores de las eliminatorias.
No fue en la Copa de Europa esta vez, sino en la Copa de la UEFA de la temporada 1986-87, cuando se vivió uno de aquellos episodios que convierten un viaje europeo en una auténtica odisea. El 10 de Julio de 1986, el Barcelona se presenta en el sorteo de la primera fase del torneo. Era su reencuentro con las competiciones europeas tras la fatídica noche de penaltis frente al Steaua en Sevilla. Evitar un duro rival y no acordarse de los rumanos era el objetivo.
La suerte estuvo del lado de los catalanes, ya que el rival que le tocó en gracia fue el débil equipo albanés del. La preocupación por la eliminatoria no habría sido muy grande si el contrincante no hubiera resultado ser de Albania. Un país con el que España no mantenía relaciones diplomáticas desde mucho tiempo atrás. La casualidad quiso que en aquellos días se retomara la relación entre los dos gobiernos, y que tanto el Barcelona, como la selección española, lo visitasen en un breve espacio de tiempo. Nunca en la historia de nuestro fútbol habían tenido contacto el fútbol albanés y el español hasta 1986, exceptuando una visita del colegiado Sánchez Arminio para dirigir dos años antes un Albania-Bélgica.
La excursión hasta la ciudad de Vlora fue de un dramatismo terrible para la expedición azulgrana. Un camino de baches entre Tirana y la sede del partido , en medio de carreteras en muy malas condiciones, ambientaron de forma tenebrosa el desplazamiento. Una vez llegados al hotel de concentración los problemas no terminaron. El futbolista Migueli explicaba como eran los servicios de sus habitaciones : "Puedes cagar y ducharte al mismo tiempo" , los wáteres del hotel de concentración tenían un diseño que se conocía como "aseos turcos", compuesto por un agujero y arriba del mismo, la ducha.
El galés Mark Hughes, definió de forma simpática al equipo rival el día que tocó en el sorteo "Eso de Flamurtari suena a postre balcánico". La confianza inicial se convirtió en pesadilla para el equipo entrenado por Terry Venables. Para colmo de males y casualidades, el colegiado del partido de ida era de...¡Malta!
Sobre el campo las cosas no marcharon mucho mejor. El Barcelona consiguió un raquítico empate a uno, que junto a la igualada sin goles del Nou Camp le dio una esperpéntica clasificación. Nadie en can Barca olvidará jamás aquel sorteo en el que se las prometían muy felices.
El Real Madrid también esperaba en 1989 evitar un desplazamiento a un país complicado, en este caso Rumanía, con el Steaua como posible rival. Manolo Sanchís argumentaba que jugar en Bucarest sería un auténtico problema para el Madrid si el sorteo concedía esta posibilidad, Sanchís había jugado allí con la selección:
"Aquello es un infierno porque por momentos parecía que estábamos en la América de hace 200 años, con revólveres colgados al cinto y sin sheriff que cortase la violencia de los jugadores rumanos, que se dedicaron a la caza del hombre. Claro que ya les conocemos y esta vez iríamos preparados".
No hizo falta que la quinta del Buitre se preparara para asaltar el país de Ceausescu. Los problemas vinieron desde otro imperio; el de Berlusconi en Milán, que con sus cinco goles empequeñecieron la imagen de la quinta del buitre hasta terrenos insospechados.
Nacen los grupos
El 8 de Noviembre de 1991, tiene lugar por primera vez en la historia un sorteo de Copa de Europa con grupos de por medio. Se terminaron los cruces a doble partido en todas las eliminatorias. El Barcelona como representante español, acudió a la cita pocos días más tarde de haber eliminado al Kaiserlautern con aquel gol de Bakero. Ni siquiera la ausencia del Real Madrid en el sorteo de la fase de grupos hizo que se olvidara la rivalidad entre los dos grandes del fútbol español.
El Madrid se ofreció para ser sede de los partidos en el exilio del actual campeón de la competición, el Estrella Roja de Belgrado. Los serbios habían recibido la prohibición de disputar partidos en su país debido a la situación de guerra. El equipo español se ofreció como posible sede, algo que en Barcelona sentó como un tiro,e hizo que inmediatamente el engranaje azulgrana emitiera una queja a la UEFA. Sus argumentos eran claros... "En Madrid se celebraban los goles del Kaiserlautern días antes...jugar en el Santiago Bernabeu ante el Estrella Roja solo aumentaría la tensión política europea".
Parece que el razonamiento azulgrana convenció a la organización. Un sorteo puro de dos grupos de ocho equipos, fue el primer paso para la consecución de la primera copa de Europa por parte del Barcelona. El Estrella Roja por cierto, terminó jugando en Budapest y en Sofía.
La Gran Liga de Campeones
El 7 de Noviembre de 1998 es un día clave en el camino de las competiciones europeas. En aquella jornada, la UEFA decide crear la gran Liga de Campeones que conocemos hoy en día. La exclusividad de la participación para los campeones de liga había terminado un año antes, pero en aquella cita histórica de Lisboa se decidió que Alemania, Italia y España presentasen 4 conjuntos al inicio del torneo. La inclusión de 32 clubes y la unificación de la Copa de la UEFA con la Recopa de Europa, fue probablemente el mayor cambio originado en las copas europeas en toda su existencia.
La medida, fue la respuesta de la UEFA a la superliga que planeaba crear la empresa Media Parnerts, con la participación de los mejores equipos del continente. La mediación del máximo organismo permitió que la competición fuera abierta a cualquier liga europea , y no un campeonato cerrado al estilo NBA, como pretendían algunos clubs del conocido G-14.
En Septiembre de 1999 se presentan en Mónaco los tres primeros equipos españoles que participarían en la gran Liga europea. Real Madrid, Barcelona y Valencia se sumaban a la parrilla de salida del torneo, los dos primeros en el bombo 1 y los levantinos en el tercero. El Mallorca se había caído de la lista de participantes al ser eliminado un día antes.
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Estos tres conjuntos protagonizarían una actuación memorable, y se citaron nuevamente en el sorteo de los cuartos de final de la Champions de ese año. Era la primera vez que tres clubes del mismo país estaban entre los ocho mejores. Un momento nuevo para el fútbol, que marcó una nueva era también en lo económico. El Barcelona concretamente, lideraba el ranking de ganancias entre los ocho clubes que se presentaron en los cuartos de final.
1- Barcelona 7.969.000 Euros
2- Lazio y Manchester United 7.500.000 Euros
3- Bayern de Munich, Valencia y Real Madrid 7.310.000 Euros
4- Oporto y Chelsea 7.188.000 Euros La nueva era de la Champions League había comenzado...
El proyecto de una Liga de Campeones totalmente globalizada parece a día de hoy consolidado. Casos como el del Apoel o el Basilea confirman las posibilidades de triunfo que brinda la competición a clubes pertenecientes a ligas menores. La dinámica de sorteos sigue siendo la misma, conseguir evitar el cruce de los poderosos en las primeras rondas con el fin de aumentar la expectación de los enfrentamientos de las últimas fases. La continuidad del trofeo parece asegurada, pero como siempre, la cantidad de ingresos y la expansión del seguimiento hacia mercados emergentes, guiará el futuro de la competición.