Xherdan Shaqiri, talento 'yugo' del Basilea
El suizo disputará con el Basilea los octavos de final de la Champions League

Considerados huéspedes indeseables, marginados por sus orígenes y apartados de la sociedad. Esa es la realidad con la que conviven los ‘Yugos’, inmigrantes de los Balcanes que se refugiaron en Suiza después de que explotara la guerra en la antigua Yugoslavia. 370.000 inmigrantes de origen balcánico están asentados en Suiza, formando la comunidad más numerosa extranjera del país, pero también la que tiene las estadísticas más altas de criminalidad. Tener un apellido con sonoridad balcánica te convierte en sospechoso de prácticas mafiosas, tráfico de drogas o conducta violenta. Muchos han optado por disfrazar sus orígenes cambiando de nombre y así aumentar sus oportunidades de encontrar trabajo o alquilar un piso.
A la sociedad suiza se le ha atragantado la integración de los inmigrantes procedentes de la antigua Yugoslavia. El fútbol, sin embargo, les ha recibido con los brazos abiertos. Huérfano de una selección competitiva y de futbolistas de primer nivel desde que colgara las botas la generación de los Sforza, Chapuisat y compañía, el fútbol helvético ha descubierto una oportunidad de reconstrucción a partir de la numerosa inmigración balcánica que reposa en el país. Xherdan Shaqiri es el máximo exponente de este política de integración futbolística que se horneó en el interior del Centro de Alto Rendimiento de Lausana. Allí se gestó la selección suiza que se proclamó campeona del mundo sub'17 en 2009 y subcampeona del Europeo Sub'21 en 2011, pero, sobre todo, allí fue donde Suiza desarrolló al que será su bandera durante la próxima década: Xherdan Shaqiri (Kosovo, 1991)
De origen albanokosovar, emigró junto a su familia a Basilea abandonó su Gnjilan (Kosovo) natal huyendo de las bombas antes de cumplir los ocho años. Doce años después, Shaqiri se ha convertido en uno de los proyectos más prometedores del fútbol suizo. Ottmar Hitzfeld le dio la alternativa en el Mundial del 2010. Suiza llegaba a la última jornada con la necesidad de ganar a Honduras por dos o más goles para avanzar a octavos de final y faltando doce minutos el marcador continuaba inmóvil en el 0-0. Hitzfeld no recurrió a un veterano para salvar la situación, sino que llamó a un debutante que todavía no había disputado ni un minuto en el Mundial. Es joven era Xherdan Shaqiri.
Lógicamente no tuvo tiempo para salvar a Suiza y los helvéticos quedaron eliminados, pero la confianza que mostró en él Hitzfeld dejaba claro que Shaqiri sería una pieza importante para el seleccionador durante los próximos años. El tiempo ha confirmado este teoría. Tras brillar en la Eurocopa Sub'21 del 2011, Shaqiri se ha asentado definitivamente en la selección absoluta de Suiza, asumiendo galones y protagonizando actuaciones memorables, como el hat trick frente a Bulgaria que le terminó de confirmar como el nuevo referente del fútbol suizo. Desgraciadamente, Suiza no estará en la Eurocopa 2012, pero Shaqiri está aprovechando la Copa de Europa para agigantar su fama.
El Basilea es, junto al APOEL de Nicosia, la gran sorpresa de la fase de grupos, colándose en los octavos de final de la Champions League, tras eliminar a un Manchester United en el que Sir Alex Ferguson celebra sus 25 años como Red Devil. El gran culpable de este dulce momento que atraviesa el Basilea es Shaqiri. Los suizos han acabado segundos en el grupo C rubricando la buena línea que mostraron en la pasada edición de la Champions League y serán uno de los rivales a batir en octavos de final. El aspecto negativo de la gesta del Basilea es que, seguramente, su presencia en octavos se traduzca en la inmediata salida del club de Shaqiri, por quien se pelearán los grandes este verano.
Shaqiri es un jugador que se siente cómodo en todas las posiciones de la mediapunta y acostumbra a jugar pegado a una de las dos bandas. Su físico pequeño pero potente, con un tren inferior muy desarrollado puede llamar a engaño y dar a entender que Shaqiri es un jugador que vive de su físico. Nada más lejos de la realidad, su potencia no es más que un recurso para un jugador con sobresaliente calidad técnica, gran capacidad de desborde y peligrosa llegada a gol, sumando numerosas dianas desde media y larga distancia. La Champions League será su gran escaparate y la última plataforma para lograr algo grande con el Basilea esta temporada antes de marcharse a un grande este verano. Aunque su gran éxito no es deportivo, sino el haber conseguido convertir a los 'yugo' en algo positivo para Suiza.
[video:http://www.youtube.com/watch?v=gDYCqdPHW0k]
También te puede interesar: LA CANTERA DEL BASILEA, LA MASÍA DE SUIZA