30 años de la muerte de Claudio Coutinho
El ex-seleccionador brasileño murió el mismo día que Gary Speed
La tragedia del entrenador galés Gary Speed ha conmocionado al fútbol mundial; un deporte que no descansa ni con noticias tan desalentadoras.
El fútbol siempre encuentra su lugar en el siguiente partido y conserva la memoria de los que se fueron para siempre. Ayer se cumplieron 30 años de la muerte del ex-seleccionador brasileño Cláudio Coutinho. El destino quiso que un colega suyo perdiera la vida en el aniversario de su tragedia.
Cláudio Pecego de Moraes Coutinho se ahogó en una playa cercana a Rio de Janeiro mientras practicaba la caza submarina. Era un 27 de Noviembre de 1981, poco tiempo después de que hubiera abandonado el cargo de seleccionador brasileño para el que fue contratado en 1977. Coutinho tenía 42 años de edad, los mismos que Gary Speed.
Nacido en una ciudad fronteriza con Uruguay, se trasladó a Río de Janeiro a muy joven. Tras unirse años después a la escuela militar, alcanzó el rango de Capitán de artillería del ejército brasileño. Su interés por el deporte le hizo especializarse en educación física. A la edad de 29 años tomó contacto con el profesor Kenneth Cooper, del que aprendió sus innovadoras propuestas, como el famoso "test de Cooper".
Fascinado por la vertiente física del fútbol, ayudó a Mario Zagallo a conquistar la Copa del mundo de 1970 con Brasil. En los años setenta la "torcida" brasileña exige cambios en la concepción del juego de la selección. La decepción por la actuación del mundial de 1974 hace que parte de los seguidores empiecen a cuestionar los criterios que imperan en el fútbol brasileño. En una época de cambios en la manera de jugar, el fútbol total de los setenta y el dominio de las selecciones europeas condicionan el cambio en la selección brasileña.
Tras el paso de Osvaldo Brandao por el banquillo del combinado sudamericano, la confederación brasileña apuesta por Coutinho como sucesor; una decisión arriesgada, ya que el nuevo seleccionador contaba con poca experiencia en los banquillos y además compaginará el cargo con su puesto de entrenador del equipo del Flamengo, por lo que algunos medios le llaman el entrenador pluriempleado.
Con él llegan novedades a la selección brasileña. Su objetivo consiste en conseguir la clasificación para el mundial de Argentina 1978 y coronar a la "canarinha" como campeón por cuarta vez en su historia. Para ello cuenta con futbolistas de la talla de Zico, Rivelino o Roberto Dinamita, pero su trabajo goza de una extraordinaria presión desde el primer día.
Coutinho se encarga de construir un equipo sólido, con notables mecanismos defensivos y con un gran sentido de la disciplina. El nuevo técnico prohíbe el alcohol, el tabaco y las conferencias telefónicas... incluso exige que sus jugadores no lleven barba ni pelo largo, justificando su decisión con una curiosa alusión a un integrante de la selección argentina; el "ratón" Rubén Hugo Ayala, quién lució una larga cabellera en el campeonato del mundo de Alemania 1974. Para Coutinho, "llevar el pelo largo resta concentración en el juego".
Brasil llega a la Copa del mundo de 1978 con la obligación de ganar. Un tropiezo en el campeonato obligaría a abandonar su puesto al seleccionador. Coutinho lo sabía y por eso avisó del potencial de los rivales. "Argentina, Holanda, Escocia y Suecia son las favoritas".
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Precísamente ante los suecos tuvieron el primer desliz empatando a uno en Mar de Plata. Los problemas comenzaban a amontonarse para Coutinho, quien volvió a justificar el bajo rendimiento de su equipo con una nueva excusa: "El frío del invierno argentino perjudica a Brasil y beneficia a los equipos europeos".
El seleccionador era un trabajador incansable. Obsesionado con la táctica, obligaba a su once titular a entrenarse en partidillos frente a equipos formados por doce hombres. Argumentaba que el talento europeo solo podía ser contrarrestado con una gran presión en el centro del campo.
El siguiente rival de aquel mundial iba a significar un punto de inflexión en la trayectoria de Brasil. España domina a los hombres de Coutinho hasta el punto de que solo una acción ridícula evita la victoria del equipo entrenado por Kubala. La famosa ocasión fallada por Cardeñosa significa que Brasil siga con vida en el torneo y condena al conjunto español. En la última jornada, el gol de Roberto Dinamita ante Austria, permitirá a la "canarinha" luchar con los mejores.
Brasil fue el único equipo que se marchó de Argentina 78 sin perder, a parte del campeón albiceleste. De hecho, empataron contra la selección entrenada por Menotti y solo el escándalo peruano les apartó de la final. El tercer puesto ganado a los italianos supo a muy poco para un país acostumbrado a ganar.
Coutinho permanecería en el cargo un tiempo más. Conocería la verdadera derrota de la vida tres años más tarde del mundial, cuando practicaba una de sus aficiones favoritas: el submarinismo. Alejado de la presión y de los focos, se iba para siempre uno de los técnicos más señalados por la crítica brasileña.