Plaga de roturas de cruzados en la Liga
Una lesión dura y que, por desgracia, no suele 'venir sola'
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Jugar un partido cada tres días, un mal planning de entrenamientos, un calentamiento poco intenso... incluso el calzado. Muchas han sido las excusas que se han usado para hablar cuando varios jugadores sufren una grave lesión en un corto espacio de tiempo.
En estos días el tema vuelve a estar de actualidad tras las lesiones de Gurpegui y Canales en el partido del pasado domingo, mientras que en la jornada intersemanal fue el italo-americano Rossi quien se sumó a los jugadores de Athletic y Valencia con la temida rotura de ligamentos de la rodilla.
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Y es que parece que esta temida lesión, que suele apartar a los jugadores, en el mejor de los casos, como mínimo cuatro meses de la competición, no suele llegar sola. Esta semana negra para las rodillas de los jugadores de nuestra Liga, no es el único episodio en el que hemos usado las palabras 'plaga' o 'epidemia' con las lesiones. Ya el año pasado fueron diecisiete los jugadores que la sufrieron sólo en Primera y muchos aún recuerdan las polémicas lesiones de este tipo del Barça de Rijkaard o del Valenci un par de años después.
En la temporada 2004/2005 el equipo culé comenzó con la inercia del final de la campaña pasada en la que le faltaron partidos para lograr el título de liga. El equipo se reforzó en cuanto a calidad pero las bajas que debían aligerar las nóminas que salió a debate cuando Larsson, Motta, Edmilson y Gabri se rompieron el cruzado en las primeras semanas de la temporada. El año siguiente fue Xavi quién pasó unos meses en el dique seco y ha sido este año Ibrahim Afellay quien se rompió en el arranque de una temporada que debía de ser la de su confirmación en Can Barça.
En el equipo de la Capital del Turia la temporada 2006/2007 fue negra en ese aspecto: Marchena, Gavilán y Moretti pasaron mucho tiempo inactivo por la rotura de cruzado, pero especialmente negativo fue el caso del brasileño Edu, que casi enganchó dos de manera consecutiva, al final de la temporada anterior y poco antes del parón navideño de aquel curso. Dos graves contratiempos que le impideron mostrar su clase.
Nefasto fue ese año en ese aspecto con hasta dieciséis roturas en los cuatro primeros meses de competición.
Otra de las roturas de ligamentos más recordadas, por lo menos para el madridismo, en la historia reciente fue la de Pepe, curiosamente también en Mestalla. No sólo provocó la baja del bravo central, sino que inició un baile de nombres para sustituirle de manera temporal y generó cierta polémica al ser convocado por Portugal para el Mundial cuando casi tenía reciente el alta.
Pero lo más duro de esta lesión, casi más que el tiempo que mantiene al jugador sin jugar es que suele ser una lesión que 'se hacen ellos sólos'. Una mala torsión de la articulación provoca la rotura del ligamento pero tan dolorosa que el jugador, en el momento de caer, ya suele saber lo que ha pasado.
Como comentábamos al principio, no hay una razón clara sobre el porqué de estas lesiones más allá de la mala suerte, pero sí debería preocuparnos el que cada temporada sean más los casos que se dan.