El regreso de Tévez a Brasil

El argentino tiene un acuerdo con el Corinthians

Desde que dejó claro que no quería continuar en Manchester (la ciudad a la que no volvería ni por vacaciones) tras un nuevo desencuentro con Mancini, el nombre de Tévez ha sido ligado con la aristocracia del fútbol europeo donde Inter, Juve y Madrid han sido los más mentados.

Pero en las últimas horas se ha cerrado su traspaso al Corinthians brasileño por una cantidad que supereraría los cuarenta millones de euros. Toda una prueba del poderío económico que cimenta una edad de oro del Brasileirao y que a más de uno ha sorprendido... a más de uno que no conozca ligeramente la manera de entender el fútbol del 'Apache' que tras quedar desvinculado de la empresa que regía su carrera deportiva se ha ido allá donde ha querido sin tener una visión a medio plazo ni de su carrera ni de su imagen para el aficionado.

Pero para entender cómo vive y siente el fútbol y la vida Tévez hay que hacer un repaso, aunque sea superficial, por el camino de Carlitos desde Fuerte Apache hasta el barrio skyblue de Manchester.

Captado por las inferiores de Boca destacó rápidamente ya no sólo por sus condiciones, desarrolladas en los potreros, sino por su viveza dentro del campo su responsabilidad a la hora de liderar al equipo y eso le invitó a quemar rápidamente etapas hasta llegar al primer equipo y asumir el liderazgo tras la marcha de Riquelme.

Cuando parecía preparado para dar el salto al Viejo Continente sorprendió su fichaje, junto al de Mascherano, por el Corinthians, pero tenía una explicación: tanto el club brasilero como los dos jóvenes argentinos 'pertenecían' a la misma empresa MSI (que merece también un artículo para explicar cómo arruinó al club brasilero y lo llevo a la Serie B). Después de un gran rendimiento en el 'Timao' ambos cruzan el charco... pero para llegar a un West Ham que se salvó en el último minuto del descenso.

MSI había promocionado y movido muy bien a dos de sus jugadores más apetecibles y aquí se separaron sus caminos: 'El Jefecito' marchó a Liverpool y 'El Apache' al United.

El juego de Tévez en los Red Devils fue creciendo hasta convertirse en uno de los mejores jugadores del torneo lo que provocó que el United comprara sus derechos a MSI y esto significó la liberación de Tévez para, más allá de los contratos y como todo jugador de primer nivel, jugar donde quiere, pero con la diferencia de que Tévez tiene unas condiciones curiosas para ser plenamente feliz.

Forzó su salida del United por no ser indiscutible. No tuvo en cuenta que lo había ganado todo con el equipo de Ferguson ni que era un ídolo para la afición, quería ser titular en los grandes partidos sin discusión. Pero la elección del City tapó esa imagen.

Resultaba raro que se marchara a un equipo que no jugaba competición europea y que hacía décadas que no luchaba por títulos. Pero quizás por eso, por ser de nuevo líder en un proyecto destinado a lo máximo con el colchón de los petrodólares Tévez tendría esa sensación de que dependen de él que tanto le gusta.

Mal no le ha ido hasta el punto de ser 'oficiosamente' el mejor jugador de la temporada, de haber clasificado para Champions y de haber levantado un trofeo tras treinta y cinco años.

Pero cuanto más grande era la competencia y los objetivos más problemas encontró Tévez con su entrenador, el extremadamente conservador Mancini. Incluso tuvo que alinearlo en la final de la FA Cup tras su amenaza de abandonar el club si no lo hacía... a pesar de acabar de salir de una lesión. La cosa salió bien y parecía haberse firmado una tregua entre jugador y técnico a la espera de que la Copa América serenase el ánimo del 32 del City.

Pero ha sido durante su estancia en Argentina cuando se activó la opción de volver a Corinthians con un panorama soñado: es 'dueño' de su futuro y el equipo anda falto de nuevo ídolos y con capacidad de luchar por todo. Tévez seguro que recordó sus días en las playas brasileñas y lo bien que se lo pasaba jugando y ha forzado para volver. Es buen momento para jugar en Brasil ya que no tienen nada que envidiar a nivel de sueldos con Europa y, para Carlos, su barrio está más cerca, se acabarían los viajes transoceánicos.

Mientras tanto, los hinchas del City que hace unas semanas veían como su capitán argentino levantaba un trofeo tras años y encaraban con ilusión su 'debut' en Champions, ven como ese líder se marcha con la excusa, más allá de las relaciones personales, pública de la ciudad.

Jamás hay que olvidar que los jugadores, esos semidioses atléticos, son ante todo personas y como todo en la vida, los hay que miran por sus intereses y su felicidad incluso por delante del dinero, sin tener en cuenta a nadie más.

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