El sueldo de Hulk en el Aznhi
El equipo ruso quiere fichar al delantero del Oporto


En los últimos días, el nombre de ‘Hulk’ delantero del Oporto tricampeón y una de sus estrellas más ‘apeticibles’ ha sido relacionado con al Aznhi ruso, en un intento de este emergente equipo de la Europa del Este de seguir fortaleciendo su equipo tras las contrataciones de Roberto Carlos y Jucilei.
Lo más llamativo de todo es que le habrían ofrecido diez millones de euros al año limpios como salario.
Partamos de que, ya no en medio de la época en la que vivimos de grave crisis económica, este y casi todos los salarios de los jugadores de primer nivel no está regidos por la cordura. Que ni el que sea una ‘carrera corta’ ni los ‘sacrificios desde bien joven’ justifican los altísimos salarios ni las ventajas fiscales con las que viven mientras, sin salir ni siquiera de su gremio, hay otros que ni llegan a final de mes.
Pero no quería centrarme en lo acorde o no a la realidad de los grandes sueldos de el fútbol. Si no a su ‘lógica’ dentro del tablero del fútbol mundial a raíz de la oferta por ‘Hulk’ o de la reciente contratación de Darío Conca por el equipo chino de Guangzhou Evergrade que le convierte en el quinto mejor pagado del mundo.
Hemos crecido con el esquema simplificado: los clubes ganadores ingresan más, pueden pagar grandes traspasos y mejores sueldos, pueden mantener su estatus contratando a los grandes jugadores.
Y al llegar a los ‘grandes jugadores’, los principales activos deportivos, los protagonistas, los causantes de que entre tanto dinero en el club, es legítimo que piensen en que como generadores de ingresos, tenga ellos una nómina acorde a su ‘valor para la empresa’.
Hasta aquí todo es, quizás ofensivo, pero lógico dentro del negocio.
El riesgo entra cuando son equipos con escaso trabajo de ‘marca’ hecho y con menos historial de logros deportivos entran en este juego de los grandes contratos y las gigantescas contrataciones. En España los clubes fuera del ‘starsystem’ trataron de crecer de manera antinatural de esta manera y han acabado acudiendo a inversores foráneos, pasando una etapa en segunda o metidos en Ley Concursal.
Equipos como el Aznhi, el Dnipro o el Budyonkor (aquel equipo uzbeko que contó con Scolari y Rivaldo hasta no hace mucho) quieren crecer rápidamente en torneos que, por el dinero del petróleo han visto como sus dueños o inclusos sus gobiernos locales tienen dinero para invertir en fútbol, para poner su nombre en el mapa a través de estos equipos y siendo todavía pronto para saber si esto es bueno para romper con las clases en el fútbol o si es un temerario ejercicio empresarial, son pocos los jugadores que están siendo seducidos por la idea... de momento.
Porque estos clubes no tienen todavía el suficiente potencia como para generar, como mínimo, lo mitad de lo que invierten al año y viven de las donaciones (y no queramos saber nada más). Pero ojo, no todos son estrafalarios proyectos en estas zonas: como ejemplo debería servir el Shakthar Donestk. Tiene un importante patrocinio detrás, pero sus inversiones son en equipos ‘satélite’ donde foguear a jugadores locales, una interesante academia y una gran red de ojeadores que convirtió al equipo de Lucescu en el ‘Samba Donestk’.
Así que si un magnate o una gran empresa quiere invertir en el fútbol, adelante, pero que lo haga como medio o largo plazo y no quiera entrar como un elefante en una cacharrería.