El fracaso de las SAD's

La crisis invade el fútbol

Después de unos veinte años con casi todos los clubes convertidos en sociedades anónimas deportivas, la situación económica de los equipos no sólo no ha mejorado sino que ha multiplicado esa deuda que hasta entonces, en gran medida, soportaban ayuntamientos y gobiernos locales, en casi un quinientos por ciento.

No existe actualmente la transparencia que se presuponía durante la redacción de la ley y la responsabilidad limitada invita a los dueños de estas ’empresas’ a abandonar el club en durísimas situaciones sin tener ningún tipo de castigo por su mala gestión.

Un punto de inflexión se produjo a mitad de los noventa cuando el dinero de las televisiones entró en la vida de los clubes invitándoles a entrar en una espiral de la que algunos no han logrado salir y que ha dejado muchos nombres históricos de nuestro fútbol desaparecidos o, en el peor de los casos, refundados. Incluso parece innegociable el pasar algún año por la Segunda División. Sólo el Valencia (excluímos a Barça, Madrid y Athletic por no ser SAD’s) ha aguantado estos veinte años en la máxima categoría, pero en una situación económica que casi le empuja a la desaparición.

Además, choca que los clubes encuentren vías y caminos para poder realizar importantes fichajes a la vez que pueden estar debiendo mensualidades ya no sólo a sus jugadores, sino a los propios trabajadores del club. Con la llegada de Rubiales a la AFE parecía que se antepondría la lucha por los jugadores, pero su energía inical, también ha ido menguando poco a poco hasta, de momento, no hacer notar ante el público mucha diferencia con el pasado.

El último capítulo de esta novela de terror está siendo la aparición de magnates foráneos que con su dinero vienen a salvar la vida de algunos equipos como ocurren en otras grandes ligas, pero el temor es el mismo en cualquier país ¿qué pasará el día que ese mecenas se canse o no pueda invertir con la misma alegría?

En estos días que se habla de la aplicación del Fair Play Financiaero de la UEFA (que está a la vuelta de la esquina) se comenta también que veintiuno de los veintidós equipos acogidos al a Ley Concursal están en España. El Portsmouth es el ‘otro’ y una vez entró en esta situación fue duramente sancionado con puntos hasta el punto de descender de manera matemática tras ese castigo. ¿Os imagináis esto en España?.

El fútbol en Europa, pero en España principalmente, es un negocio deficitario, la ‘burbuja’ que recogió el testigo de la inmobiliaria, que está a punto de explotar y que, si se nos permite la expresión, va a dejar ‘con el culo al aire’ a más de uno y, como ocurre con la gran crisis económica que vivimos, los responsables saldrán indemnes.

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