Boca se llevó el Superclásico

El partido se decidió por errores

Y llegó, el últimos Superclásico de Palermo, el Superclásico que estuvo a punto de quedarse sin banderas ni percusión (por motivos de seguridad), el Superclásico del ‘fantasma de la B’ y una vez más, nos regaló un partido emocionante y con un desenlace que nadie esperaba.

Nadie esperaba que River saliera tan bien plantado, sin complejos y con un Lamela soberbio conduciendo los ataques de su equipo. Sólo el poco acierto de Pavone y las buenas actuaciones de Luchetti mantenían la igualada.
Boca defendía mal, descoordinado y prueba de ello era las pelotas paradas, donde parecía inevitable que tarde o temprano sancionaran a ‘Los Xeneizes’ con un penalty. Muchos agarrones para frenar los movimientos del ‘Millo’.
Treinta primeros minutos en los que Boca no conseguía hilar una buena jugada de ataque, lo que daba confianza a River para seguir con su planteamiento.

Pero todo cambia en esos minutos. Un córner botado desde la izquierda por Mouche es introducido por Carrizo en su propia portería. Un error inexplicable que supuso un durísimo golpe para el equipo de J.J. López y que lo tuvo aturdido unos minutos.
Los suficientes para que en otra pelota parada, Boca ganara la segunda jugada y llegara un balón bombeado a un Palermo libre de marca a pocos metros de la portería. El 9 resolvió con un rápido y potente giro de cuello al que no pudo reaccionar con la suficiente velocidad Carrizo y que le pasó por arriba.
Nadie se podía creer que con tan poco juego, Boca se hubiera puesto 2-0 por encima en tres minutos. River se venía abajo y Boca armó sus mejores jugadas de ataque en la recta final de la primera parte pero sin finalización clara.

En la segunda mitad la calma, la que se puede tener en un partido así, volvío a River, que recuperó la iniciativa gracias de nuevo a un Almeyda que se comía a Somoza y a la buena conducción de Lamela, que también lo intentaba a balón parado sin suerte.
Pero la figura del cuestionado Luchetti bajo palos se erigía como un guardián titánico ante quien, ni Pavone, ni Funes Mori (discretísimo partido el suyo) lograban superar.
Boca, por su parte, se encontraba cómodo a la contra y Mouche pudo ampliar la cuenta, pero no resolvió bien las ocasiones que tuvo.
Los episodios relevantes del segundo periodo fueron las sustituciones de Palermo y, en menor medida, de Riquelme, que evidenció no estar para noventa minutos, y la tan triste como clásica pelea entre jugadores, en este caso fueron Almeyda y Clemente Rodríguez, que acabaron expulsados casi al final del partido.

A los puntos River no mereció la derrota, pero pagó muy cara su falta de acierto y sus errores en defensa. Boca mejoró su defensa en la segunda parte y tuvo suerte de que no le pitaran alguno de los penaltis ‘de esos que no se pitan’ pero contó con mucha más determinación en las jugadas que iba a ser relevantes.
Por la imagen dada, la figura del ‘Negro’ López no parece que vaya a quedar muy manchada, pero desde luego, si le dan continuidad, le queda trabajo por delante.
Falcioni seguramente echará de menos a un goleador como Palermo, y tendrá que comenzar a pensar en un Boca en el que un quemado físicamente como Román, sea el líder.

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