Alta tensión en los vestuarios

Repasamos otros enfrentamientos

Ayer, Quique Sánchez Flores salió ante la prensa para dar su versión sobre el pique con Forlán. Salió para marear aún más la perdiz, porque las palabras que salieron de su boca, eran eso, meras palabras sin sentido. Para avivar aún más la polémica, no dejó ronda de preguntas. Todo quedó como al principio, en el aire. Con un entrenador enfadado con su delantero, y un delantero enfadado con el mundo.

Cuando el Atlético de Madrid se está jugando entrar en Europa, se hace público el divorcio entre futbolista y entrenador. Como siempre pasa en el equipo rojiblanco, en el mejor momento. Quique señaló al uruguayo como uno de los culpables por la derrota en Santander, y éste le pidió explicaciones delante de toda la plantilla. Como no había suficiente polémica con la suplencia, toma más leña.

No es la primera vez que se publica un enfrentamiento entre entrenador y jugador. Un espelicialista en esta disciplina es Luis Aragonés. El carácter del sabio de Hortaleza le ha hecho perder los nervios ante más de un futbolista, casi siempre pesos pesados del vestuario. Para el recuerdo quedarán el "míreme usted a la carita" con Romario o el zarandeo a Eto'o tras sentar al jugador cuando estaban en Mallorca. Genio y figura el de Hortaleza. Nunca tuvo ningún problema en decir lo que quería.

Irureta también sabe lo que es llevarse mal con un ídolo de la afición, que se lo pregunten a Djalminha. Aunque los dos lo negasen la mala relación entre los dos era evidente. En un entrenamiento al brasileño se le cruzaron los cables y le dio un cabezazo a su entrenador.

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Beckham sabe incluso lo que es llegar a las manos con su entrenador. El inglés recibió un botazo de Ferguson, cuando aún estaba en Manchester. Los hechos sucedieron dentro del vestuario, pero la prensa sensacionalista británica consiguió enterarse de todo lo sucedido.

En el Barcelona también pasan estas cosas. Guardiola e Ibrahimovic nunca llegaron a entenderse, y la relación sólo duró un año. El sueco nunca llegó a entender al "filósofo" Guardiola.

Quique Sánchez Flores no fue el primero y tampoco será el último. Como en toda convivencia, en el mundo del fútbol también pueden surgir problemas, más aún cuando son las situaciones son límites y con jugadores de gran renombre que siempre quieren estar jugando pese a sus condiciones físicas.

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