La cara amarga del Espanyol
¿Qué le ocurre al equipo?


El Espanyol de Barcelona fue la gran revelación de la primera vuelta de la Liga BBVA. Hizo de su campo un fortín (sólo el Barcelona le robó puntos), practicaba un juego descarado, sus jugadores parecían extramotivados y Pochettino demostraba una inteligente lectura de los partidos.
Todo parecía haberse alineado para que ‘los pericos’ pudieran enseñar en Europa la belleza de su nuevo estadio.
Pero con la llegada de 2011, más concretamente con la segunda vuelta del campeonato, ha comenzado un descenso sin frenos del que sólo la buena renta de puntos, junto a alguna victoria ‘oportuna’ le aleja de los puestos de peligro y que incluso, gracias a la irregularidad de los que están luchando por Europa, le mantiene con posibilidades de, ya no de Champions como llegó a ostentar, pero sí de Europa League.
De los once partidos de está parte de la temporada, sólo ha sido capaz de ganar en tres ocasiones y cuenta las ocho restantes como derrotas.
¿Cómo se explica esta ‘cara amarga’?
En nuestra Liga es común ver a equipos que por estado de forma, jugadores enrachados o calendario, firman una primera vuelta que supera con creces los objetivos marcados al inicio de la misma (normalmente la permanencia) y sufren una relajación involuntaria al perder el motivo de su competición.
Este, aunque haya quién lo ha señalado, no es el motivo del bajón del Espanyol, quién ha demostrado siempre una intensidad que disipa cualquier duda. Ahora analizaremos una serie de hechos que, unidos, podrían explicar la segunda vuelta tan negativa del club barcelonés.
Apartado anímico:
Sólo el imparable Barcelona pudo ganar en Cornellà - El Prat. Su estadio era fuente de fuerza para los chicos de Pochettino, ese plus que les ayudaba cuando el partido se ponía difícil.
La visita del Villarreal suponía el ‘sacar ventaja’ a un equipo que sería rival directo por la Champions y aunque tuvieron sus oportunidades, perdieron por 0-1.
Fue la primera de cuatro derrotas consecutivas que sembraron la semilla de la dudas: Almería con una nefasta actuación de Kameni, uno de los pilares del equipo; una nueva derrota en casa ante el Real Madrida a pesar de jugar con uno más gran parte del choque y el durísimo correctivo sufrido en Pamplona (4-0) en el estreno de Mendilíbar en el banquillo ‘rojillo’.
La meta se rebajó de Champions a Europa League y desde la derrota en el Reyno de Navarra sólo se ha ganado a la Real (justo la jornada siguiente) y al Depor (tras dos derrotas consecutivas).
El nuevo estadio ya no da la seguridad de antes.
Lesiones:
Para un equipo que lucha por la permanencia, tener un hombre gol es un equivalente a tener a un Messi o un Cristiano Ronaldo. Osvaldo hizo ocho en los diecinueve partidos antes de lesionarse y dejar a su equipo sin el hombre-gol durante casi dos meses ha restado mucho a la finalización de todo el juego que el equipo, en cierta medida, a continuado generando. Durante su ausencia, sus compañeros se han repartidos catorce tantos.
Y la baja del delantero bonaerense ha sido la más sensible, pero no la única porque sólo en el apartado de lesiones musculares, el Espanyol es el equipo de Primera que más ha sufrido en esta campaña: 17 desde agosto hasta ahora . Sin contar el extraordinario caso de Iván De la Peña, que sólo ha podido disputar un partido en toda la temporada.
Algunos señalan a los campos de entrenamiento, otros al equipo de fisios junto a cómo se ‘exprime’ a los jugadores e incluso Pochettino ha acudido a la mala suerte. Lo que es innegable es que ‘otro gallo cantaría’ si el Espanyol no hubiera sido tan castigado por las lesiones.
Salidas:
Tan buena primera vuelta no podía pasar desapercibida y el mercado de invierno ‘se cebó’ con la defensa perica. Víctor Ruíz y Dídac Vila se marcharon a Italia dejando un buen dinero en las arcas del equipo, al mismo tiempo que generaba un problema que Pochettino ha arreglado como ha podido, pero que ha hecho que el equipo se resienta.
Lo más normal es que el Espanyol hubiera ‘aguantado’ esas salidas hasta junio con el equipo posiblemente clasificado para Europa e incluso pudiendo sacar algo más de dinero por sus pases, pero la delicada situación de los blanquiazules junto a ‘la letra’ del nuevo estadio apresuró esas ventas.
Con esta serie de catastróficas desdichas, aunque se diga públicamente que no, el Espanyol está ‘tocado’ y el calendario en la recta final no da un respiro con visitas ante rivales con necesidades imperiosas (Alicante, Gijón, Barcelona y Zaragoza) y recepciones no menos complicadas (Atlético de Madrid, Athletic, Valencia y Sevilla) y quizás la grandísima y admirable primera vuelta ni tan sólo deje el premio de la Europa League.