
El
alcohol, las
drogas, el
cigarrillo y la noche son
caminos opuestos al fútbol. O mejor dicho a la vida que debe llevar quien practique profesionalmente este deporte. Pero, como en todos los ámbitos de la vida, hay quienes equivocan los caminos rompiendo reglas, barreras y fronteras. Es cierto que los jugadores no son máquinas y como cualquier mortal disfrutan de salir, tomar alguna copa y divertirse, pero todo debe tener un límite y cierto control. Hay algunos
futbolistas que eso no lo entienden.

Ronaldo, Adriano, Ronaldinho, Diego Maradona, Rooney, Cauthemoc Blanco, Ariel Ortega, Paul Gascoigne, Romario...la lista es larga y sorprendente. Muchos jugadores han protagonizado diversos capítulos relacionados con
la noche, la bebida y la droga. Algunos lo han hecho una o a lo sumo, dos veces, pero hay otros
futbolistas que se transformaron en figurita repetida y portada de tabloides. Cómo es el caso de Adriano quien llegó a reconocer públicamente sus problemas con el
alcohol.

Dicha situación desencadenó en su salida del Inter de Milán, más allá de su buen nivel futbolístico. El Emperador buscó apoyo regresando a Brasil para someterse a una rehabilitación y jugar en el Flamego. Después de un tiempo de adaptación logró estabilizarse, tuvo sus recaídas, pero pudo salir adelante paulatinamente. Y hoy parece estar recuperado, pero este vicio siempre te deja a las puertas de la tentación y del abismo y sobre todo en
futbolistas que día tras día, gracias a su fama, están expuestos a diversas tentaciones y sustancias prohibidas para su carrera. Está en su decisión, no morder la manzana.

Claro, hay muchos que no lo pueden evitar y terminan transitando el camino erróneo. Rooney, por ejemplo, ya ha sido pillado más de una vez en actos de indisciplina. Y su último capítulo es bien fresquito y los medios ingleses lo dieron a conocer este martes: el delantero del Manchester United, quien estaba apurando sus vacaciones de verano, fue pescado fumando después de una fiesta. El diario The Sun fue el medio que lo pilló y publicó sus fotos y ello ha provocado un gran revuelo en el Reino Unido. No es para menos, después del mediocre Mundial que jugó Rooney.

Otros y yendo a un extremo, como es el caso de Garrincha, han perdido esa batalla con contra el
alcohol, dura y larga por donde se la mire, ya que una vez que se apodera de uno, es muy complicado salir de ella. Muchos
futbolistas de la historia grande del fútbol mundial, han caído en la trampa del alcoholismo y terminado en el abismo. Existe un caso que, quizá no tenga tanta notoriedad, pero es ideal para escenificar lo dicho es el de Obdulio Varela, gloria máxima del fútbol uruguayo. Héroe del Maracanzo pero que terminó sus días en la pobreza y sumergido en los problemas que insume la
bebida.

Hoy en día los futbolistas -salvo el caso de Adriano quien adució soledad y tristeza- no recurren al alcohol como vía para evadir problemas personales sino que por mera diversión de una noche con amigos, mujeres, compañeros de plantilla etc., pero no son conscientes de que el
alcohol influye en el metabolismo, el corazón y los vasos sanguíneos, en la capacidad para regular la temperatura del cuerpo, y sobre todo en los músculos y los nervios en una forma que puede afectar el rendimiento en los ejercicios.
[video:
http://www.youtube.com/watch?v=aD1xmupi7M8]
De todos modos, como decíamos anteriormente, los problemas vinculados con el alcohol en el fútbol surgen generalmente de las "borracheras" en un fiesta después de un partido en el que, por ejemplo, se puede celebrar una victoria o un campeonato. Pero este tipo de consumo excesivo dentro de un período corto tiene consecuencias adversas en la recuperación, el bienestar y la reputación.
[video:
http://www.youtube.com/watch?v=nbVSX3MOGek]
¿Por qué? La acción del
alcohol en el cerebro disminuye la destreza y altera el comportamiento, algo que incide claramente en el rendimiento. Algo similar a los efectos que puede traer aparejado el cigarrillo, que atenta contra la capacidad aeróbica. Por eso, lo mejor es no cruzar estos caminos jamás.
El fútbol, el alcohol, las drogas y el cigarrillo no pueden ser amigos.