Las 10 claves de la España campeona en Sudáfrica

  1. Supo soportar positivamente la presión: Los últimos mundiales que se jugaron fueron bastante claros al respecto. Aquellos que llegaban con el cartel de favoritos a la contienda no llegaban a progresar en la medida de lo deseado y rara vez terminaban definiendo la competición. Este no fue el caso de España, quien llegó como máximo candidato junto a Brasil y terminó airosamente el 11 de julio obteniendo el título. A los jugadores no les pesó la presión mediática. Todo lo contrario: la hicieron jugar a su favor.
  2. El golpe fue encajado justo a tiempo: A diferencia de Brasil o Argentina, España sufrió su traspié mundialista en el momento indicado. Aquel primer partido ante Suiza fue extraño, ya que lo mereció ganar la Roja pero terminó derrotada. Aún así, de allí en más las actuaciones en Sudáfrica 2010 sólo se contaron por victorias.
  3. Un núcleo unido de jugadores: España, más allá de la suma de individualidades que supone su plantilla y de contar con un estilo de juego asociado a su hacer, tuvo a su favor un excelente grupo humano. Los egos quedaron de lado, incluso con varios jugadores top teniendo que ver los encuentros desde el banquillo y ni siquiera ingresando. Si hubo malestar, en ningún momento se supo: todos pugnaron durísimo desde sus respectivos lugares en pos del objetivo.
  4. No se dejó llevar por la desesperación: Si bien a la Roja le costó en determinados momentos poder irse adelante en el marcador (vale recordar que es la campeona del mundo con menos goles a favor en la historia, dato curiosamente enfrentado con el juego desplegado), España siempre tuvo paciencia y esperó el momento justo para golpear a sus rivales.
  5. Una defensa notable: Si bien todos se quedan con el juego de toque y posesión, pensando en el ataque, esta fue una de las armas principales de España para imponerse en un certamen durísimo como lo es un Mundial. Los de Del Bosque recibieron dos goles en todo el certamen. Uno de dudosa factura (Suiza) y uno tras un rebote (Chile). De allí en más, ya sea por las grandes actuaciones de Casillas, la defensa o el trabajo de presión y recuperación en el mediocampo, su valla permaneció inexpugnable.
  6. Un genio en estado de gracia: Andrés Iniesta no había tenido una gran temporada en el Barça. Pero, aún estando flojo física y futbolísticamente, el de Fuentealbilla se erigió como una de las grandes figuras de este Mundial. Cuando los partidos se cerraban, apareció el mago del Barça para ponerle su sello de distinción.
  7. Todo equipo necesita un goleador: David Villa tuvo que sacrificarse en más de un partido yendo hacia banda izquierda y no partiendo desde su posición favorita. Pero, para buenas noticias de Pep Guardiola, el “Guaje” tuvo un Mundial descomunal, donde hizo acto de presencia como todo goleador lo requiere. Si la Euro 08 fue la de Fernando Torres, Sudáfrica 2010 le pertenece en materia goleadora.
  8. Un entrenador austero: Pueden achacársele a Vicente Del Bosque mil cosas en contra de su gestión. Es verdad que la selección española no jugó al mismo nivel de la Euro 2008 y que algunas de sus elecciones parecieran antojadizas. Pero el resto lo hizo todo bien: gestión de grupo, elegir a los indicados para cada momento, efectuar los cambios que le pedía cada partido y, por sobre todas las cosas, inculcar perfil bajo y humildad.
  9. La experiencia previa: Y no sólo con respecto a la Euro 08, donde la gran base de este mismo equipo se había demostrado a sí misma (y a toda una nación) de que se podía. Sino también la de sus jugadores. España contó en este Mundial con una base de jugadores que, además de ser más que destacables en cada una de sus posiciones, son tremendamente competitivos y no quieren perder ni a un juego de naipes. Ese hambre de victoria, refrendado en sus clubes, fue una de las claves vitales para ir más allá.
  10. Las finales se ganan: El título de este apartado es una de las mayores verdades del fútbol. Poco vale lo que se hizo hasta ese momento, a las finales hay que ganarlas a como de lugar. Holanda entendió ese mensaje y salió a desplegar un fútbol inusitado (y favorecido por el impresentable Howard Webb) para un equipo de su talante. Comprendió que debía sacar del partido a España de esa manera… y a punto estuvo de lograrlo. Pero la Roja supo sobreponerse y terminó imponiendo condiciones. Lo que no es poco para un equipo que llegaba a dicha instancia sin experiencia previa en ese tipo de contiendas.

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