De porteros esplendorosos, lugares vacantes y puñetazos
Esta liga es así. Se mueve de un extremo a otro sin despeinarse, ofreciendo a la audiencia todo tipo de espectáculos que van desde la traducción cuasi literal del arte al fútbol a las antípodas, a la inserción del grito primal y el instinto en un deporte díscolo, caprichoso. Y los porteros, esos que suelen ser tan poco valorados a veces, ellos también son noticia. Y no siempre por las mismas razones.
Sin duda alguna, Iker Casillas siempre es noticia. Ya a nadie sorprende decir que se trata de uno de los mejores guardametas que existen en la actualidad. Si lo colocamos de suplente en la alineación de nuestro once ideal es de puro caprichosos que somos nomás. Pero de ninguna manera podríamos poner bajo la lupa el increíble rendimiento que tiene este muchacho, que va a camino de ser uno de los mejores porteros españoles de todos los tiempos, ahí, pegadito a Zamora y Arconada. ¿Cuándo será el día que esos que llevan camiseta de otro color y su meta es revolcarse puedan optar por el Balón de Oro y otros premios importantes? ¿Será cuando se tome nota realmente de lo importantes y decisivos que son para sus respectivos equipos? Quien sabe...
Pero también es noticia la portería vacante del Barça. Pasan y pasan los días y nadie se hace cargo de ese lugar. Se mencionó a Jaaskelainen como casi seguro, Lehmann finalmente tiene practicamente todo acordado con el Borussia Dortmund, lo de Westerveld no se ha vuelto a nombrar, el Getafe no recibe ofertas por Ustari y ahora el candidato más firme parece ser un portero de Segunda. Sí, Pinto, el buen portero del Celta de Vigo es hoy por hoy el máximo candidato. ¿Pero es el más idoneo para ocupar dicho sitio?
No todas son maravillosas paradas e incertidumbres para ocupar puestos vacantes en el mundo de los porteros de esta liga. Dudu Aouate y Gustavo Munúa, ambos guardavallas del Deportivo La Coruña, prefirieron resolver las cosas de otra manera. Tal es así que Gustavo Munúa no soportó que Aouate anduviera quejándose demasiado por haber perdido la titularidad y la lío a puñetazos contra su ahora suplente. ¿El resultado? Seis puntos de sutura para el israelí. ¿Este es el clima que necesita un equipo que se quiere salvar del descenso?