Los primeros matices del Tottenham de Mourinho

Con tan solo dos partidos (victoria sobre el West Ham United por la Premier League y Olympiakos por la UEFA Champions League), José Mourinho ya está dejando su impronta en el Tottenham Hotspur con matices particulares y diferentes a los que tenía el conjunto londinense con Mauricio Pochettino como entrenador. El cambio, pese a ser radical, está dando resultados aunque, como cualquier sistema, necesita tiempo para asentarse.

El primer detalle a destacar es la disposición en la salida de la pelota donde, pese a comenzar los partidos con un 4-2-3-1, el Tottenham mutaba a un 3-2-4-1 con la ubicación adelantada de Serge Aurier, liberado a Lucas Moura para que interiorice y juegue entre líneas, y con el lateral izquierdo (Ben Davies o Danny Rose) cerrando su posición para fungir de falso central, lo que otorga mayor amplitud y un pase más limpio desde el fondo.

Por delante de esos tres centrales, se ubican Eric Dier y Harry Winks quienes le entregan equilibrio defensivo al equipo y superioridad numérica en la salida de la pelota debido a que ambos siempre se muestran como opción de pase por detrás de la primera línea de oposición del rival.

En zona ofensiva, el nombre propio más importante fue Dele Alli que, como mediapunta, tiene la libertad para moverse por todo el flanco ofensivo. Se posiciona entre líneas para recibir y girar, cae a banda izquierda para asociarse con Heung-Min Son (quien fija en dicho costado) o desciende hasta la base de la jugada para combinar con sus compañeros. Su rol se complementa de manera ideal con el de Harry Kane quien fija a los centrales y, al mismo tiempo, realiza apoyos constantes para darle una altura superior a la posesión.

Pese a que todavía se tienen que asentar ciertos automatismos, el Tottenham de José Mourinho mostró en estos dos primeros partidos una versión interesante y que, si logra tener continuidad, puede regresar al conjunto londinense a los primeros lugar de la tabla de posiciones en la Premier League.