Johan: la memoria no selectiva

Ayer se cumplieron 3 años de un nuevo aniversario del fallecimiento de Johan Cruyff. Hay que recordarlo, porque su legado es imborrable. 

El futbol es un refugio donde uno sabe en que representarse. Busca los elementos propicios para diferenciarse. Es en este punto, donde se impulsan elementos distintivos que le dan a un lugar un sentido de pertenencia. Esto impulsado por un poder simbólico que es otorgado por la historia, las vivencias que acontecieron, las ideas que pasaron, los jugadores que irrumpieron en un momento determinado. El protagonista de este artículo, tiene algo de esto. No se puede entender el porvenir del Ajax de Ámsterdam y el Barcelona Futbol Club, sin la presencia de Johan Cruyff. Sin su estadía en estos dos clubes, no se podría comprender como se fundió a estos dos equipos de una filosofía de juego y una manera de sentir, pensar y ejecutar el mismo.

Como todo aquello que es heterodoxo y que rompe con el estatus quo, hubo algo de incomprensión, al principio, sobre la manera del modelo de Cruyff. Aquello que se sale de las convencionalidades, es incómodo. Y a nadie le gusta estar incómodo. Ante esto, rápidamente uno se encolumna como un individuo apartado de aquello. Y no solo apartado, sino que desde la lejanía lo considera sospechoso. Para poder plantar un pensar particular y que este se extienda en el tiempo, se requiere de intuición y personalidad.

Estos dos elementos son compadrones. La intuición en Cruyff estaba en un leitmotiv: el gol no solo es de los especialistas sino también del juego. Es por eso que su sistema estaba definido por enlaces: arquero-defensor-mediocampista-delantero. Cada parte conformaba un todo. El medio necesitaba del defensor para que lo activara y el delantero requería que el mediocampista lo deje en zona de ventaja para que el rival no pueda realizar colaboraciones con facilidad. Los rondos, el control-pase, la superioridad numérica en diferentes zonas del campo, el pase engañoso, el manejo de los ritmos, la inteligencia colectiva, los diferentes intervalos de juego en la distribución de los jugadores, eran conceptos a seducir en el futbolista. Y si hay algo que tenia Cruyff era tocar en la tecla.

Después recalamos en la personalidad, que se ve plasmada en el desarrollo de la filosofía de juego que se quería sembrar, regar y hacer crecer a pesar de los obstáculos que se van encontrando. Es fácil perder el timón cuando se pierde. Es en las derrotas cuando uno reduce las convicciones, no mira los recursos utilizados, deja de ver el proceso y empieza a ver el fin de la meta. Ahí esta la personalidad de la cultura de juego de Johan: de que sus jugadores toquen hacia atrás a pesar de ser contracultural en la mirada social, que tomen riesgos sin importar lo que diga el aficionado que se rige mucho mas por los instintos y los pensamientos primarios, que tomen decisiones sin prestar atención a lo que manifiesta la prensa, que muchas veces no comprenden los entretelones de un equipo humano y futbolístico.

Debo decirlo: siempre me llamo la atención, como el juego constructivo que busco siempre promover Johan, fue un método que impulso a los equipos a tener prosperidad en el tiempo. Su Barcelona o el de Guardiola, fueron conjuntos que se perpetuaron en el poder por un tiempo. Y lo que es llamativo es como una filosofía que implica tanto desgaste, debido a la concentración y al poco relax que hay, puede durar lo que duro. Es factible que con el pasar uno se satura, debido a la tensión de una idea donde el jugador requiere tener una mentalidad que le permita adelantarse a todo lo que acontece, a realizar lo mas complejo que es lo simple, a estar en un estado de imaginación y reflejos óptimo.

Tal vez, esto último, sea la respuesta: lo que te otorga estabilidad es el juego. Y la permanencia en Cruyff partía de la superficie de conocer las peculiaridades de cada jugador, de darle herramientas, fundamentos e ideas para que sean mejores, y para que el publico disfrutara a partir del primer minuto y no a partir del minuto 69, para que la memoria no sea selectiva.

Artículos destacados

Comentarios recientes