Un asesino en casa de Vincent Tan

Ole Gunnar Solskjaer vuelve para tomar los mandos de los galeses

El fútbol es un deporte que da muchas vueltas, sus personajes van y vienen, y nuestro protagonista de hoy es uno de los que vuelve. Uno de los que triunfó, que fue un ídolo, y cuando su carrera como futbolista acabó, se alejó de la actualidad, de las páginas de los grandes medios, de los grandes estadios. Su nombre salió de las gradas y él se refugió en su frío país, Noruega. Nuestro protagonista de hoy es Ole Gunnar Solskjaer.

La Premier League vuelve a acoger a uno de esos hombres que lo dieron todo en los campos de la mejor liga del mundo. El noruego vuelve a la actualidad de su liga preferida tras formarse durante años en su país, esta vez, no se vestirá de corto, no se peleará con cualquier defensa, esta vez estará en el banquillo, como entrenador del Cardiff City.

Una carrera recordada por un gol

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Noruega no es un sitio excesivamente futbolístico, el frío se apodera de este norteño país y el hielo, congela sus campos de fútbol. El hockey sobre hielo, el esquí y el atletismo son algunos de los deportes mayoritarios en el país vikingo, el fútbol, no figura entre sus grandes opciones para hacer deporte, aún así, el deporte rey llega a cualquier rincón, y Noruega, también cuenta con su parte futbolística. La Tippeligaen se creó en 1937, la disputan 19 equipos y se juega desde abril hasta noviembre. El equipo más galardonado es el Rosenborg (22 títulos), todo un clásico en las competiciones europeas.

De esta liga menor salió el hoy entrenador del Cardiff City, Ole Gunnar Solskjaer. Sus primeros pasos como futbolista los dio en el Clausenengen F.K. (club que ahora ha desaparecido), allí, con tan solo 17 años, el entrenador le hizo debutar en la tercera división noruega. Cuatro temporadas más tarde, la carrera de este joven delantero que había encandilado a toda la tercera división iba a despegar con su fichaje por un club de la primera división, el Molde F.K., uno de los equipos de la zona media de la Tippeligaen. Solskjaer apenas notó el salto de división ya que nada más llegar al Molde empezó a hacer lo que mejor sabía, goles, goles y más goles. En dos temporadas marcó 32 goles en tan solo 41 partidos. Su promedio de 0.74 goles por partido le valió al técnico del Manchester United, sir Alex Ferguson para hacer un fichaje criticado por muchos. 1 millón y medio de euros (en su día fueron pesetas), fue la cantidad que tuvo que abonar el United al Molde en el verano de 1996 para conseguir los servicios de un joven y prometedor delantero.

El exótico fichaje de Ferguson pronto pasó de ser criticado a ser alabado e incluso a compararlo con algunos de los mejores fichajes del excelente entrenador escocés. El noruego llegaba para reforzar una delantera que un año antes había perdido a Mark Hughes, además de gente en ataque como Paul Ince y Andrei Kanchelskis y ese mismo verano a Lee Sharpe. Junto a él, llegó otro compatriota, el central que tenía que cubrir la baja Steve Bruce, Ronny Johnsen, del Besiktas turco. Además, el campeón de liga se reforzó con Jordi Cruyff y Karel Poborsky. En su primer año formó delantera con Cantona y Cole, y se erigió como el máximo goleador del campeón de la Premier con 18 goles. Tarea que le facilitaron los hombres que el Manchester tenía en el centro del campo como Butt, Giggs, Beckham o Scholes. En los dos años siguientes, Cantona se retiró y llegaron Sheringham y Yorke, para acompañar a Solskjaer y Cole en la delantera.

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La temporada 98/99 fue el año mágico para el Manchester United, la consagración como mejor equipo del país, del continente y del mundo futbolístico. El año del triplete, el trébol o como se le quiera llamar. Solskjaer se vio eclipsado por la gran pareja que formaron Cole y York en la delantera de Old Trafford, y su papel, fue más discreto que la temporada anterior, aún así, contribuyó con uno de los goles más importantes de la historia de los red devils. El día 26 de mayo de 1999, se enfrentaban en Barcelona, el Manchester United de Alex Ferguson y el Bayern Munich de Ottmar Hitzfeld. A las nueve menos cuarto de la noche, 90.045 espectadores copaban las gradas del Camp Nou para ver uno de los encuentros más esperados, la final de la Liga de Campeones. Un partido, que fue dominado de cabo a rabo por los alemanes, superiores físicamente, que, con el sistema defensivo que ideó Hitzfeld, anularon a Giggs, Beckham, Cole y Yorke. Pronto se pusieron por delante en el marcador los alemanes de la mano de Mario Basler, y, entre las paradas de Schmeichel y los palos del Camp Nou, la esperanza del United aguantó hasta los últimos minutos. En el minuto 67, el entrenador escocés dio entrada a Sheringham , y en el 81, el Solskjaer saltó al campo, con la tarea de hacer algo a lo que estaba acostumbrado, revolucionar el partido. Cuando el partido entró en los tres minutos de descuento, el Manchester United, en un alarde de fuerza y coraje, consiguió un córner a favor. El especialista, David Beckham lo lanzó al segundo palo, la defensa del Bayern rechazó mal, el balón le cayó a Giggs que no la pudo enganchar bien y Teddy Sheringham, la remató al fondo de las mallas, 1-1, pero la cosa no iba a quedar aquí.

Solskjaer, que se había visto en un segundo plano durante la temporada y tenía la sensación de que aquel 26 de mayo iba a ser su noche. Durante el calentamiento, le había dicho a uno de los miembros del cuerpo técnico, a Jimmy Ryan, que iba a salir y a marcar un gol, y lo hizo, el delantero noruego es un hombre de palabra. Dos minutos después del empate, el United volvió a conseguir otro córner, y allá que se fue el especialista Beckham, dispuesto a crear peligro con su guante. Esta vez el balón no fue al segundo palo, sino al primero, donde Sheringham la peinó para que apareciera en el segundo la punta de la bota del delantero noruego, que marcaba el gol de su vida, el gol que le daba la Copa de Europa al Manchester United 31 años después.

Ole Gunnar Solskjaer ha jugado con algunos de los mejores delanteros del mundo. Cantona, Cole, Yorke, Sheringham, van Nistelrooy, Saha, Cristiano Ronaldo, Larsson y Wayne Rooney son los grandes compañeros que tuvo Solskjaer a lo largo de sus once temporadas en Old Trafford. Un delantero que siempre será recordado por su fidelidad, su oportunismo de cara al gol. Un hombre perfecto para jugar a la contra, frio, calculador, sin escrúpulos, letal ante el portero, perfecto para gente como Giggs y Beckham en bandas, inteligente, listo, rápido. Solskjaer destacó por estar siempre en el sitio (como en aquel córner de 1999), un hombre de área, buen rematador de cabeza, rápido en los metros finales, muy bueno como segundo punta, explotaba muy bien sus gran velocidad y cambio de ritmo entrando desde atrás. Una de las clásicas jugadas era entrar por banda izquierda o coger el balón en banda izquierda en la esquina del área y enviar el balón al palo largo, con el interior , con calidad, inalcanzable para el portero de equipos como el Chelsea o el Sheffield Wednesday, Coventry City, Leicester City, Tottenham,

Difícil tarea en Cardiff

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Nada más colgar las botas, Ole Gunnar Solskjaer quiso aprender el oficio de los banquillos y su amor por el Manchester United le hizo quedarse allí como entrenador. Sir Alex Ferguson, consciente de la inteligencia y los buenas maneras de su pupilo le dio la oportunidad de entrenar a los delanteros del United durante la primera temporada tras su retiro, y luego, se hizo cargo del filial de los diablos rojos. Durante dos años y medio, el noruego fue el guía de futbolistas como Amos, De Laet, Eikrem, Fabio, Gibson, Diouf, Macheda, Obertan o Welbeck.

En enero de 2011 recibió la llamada de su antiguo club, el Molde F.K., que estaba en la zona media de la Tippeligaen. En su primera temporada, Solskjaer hizo a su equipo campeón de liga por primera vez en su historia, clasificándolo así para la UEFA Champions League. . Al año siguiente repitió hazaña y ahora, en el mercado de invierno, estos logros en Noruega le han valido para dar el salto a su competición preferida, la Premier League, de la mano del excéntrico propietario del Cardiff, Vicent Tan.

Tras una primera parte de la temporada en la que los resultados no acompañaron al equipo de Malky Mackay, el propietario del club decidió despedir al entrenador que subió al equipo, un hombre muy querido por la afición de The Vale. Después de varios días de negociaciones, el propietario del club y el presidente, Mehmet Dalman, convencieron al demonio con cara de ángel para que fuera el entrenador del club de Gales.

El ex del Manchester United no escuchó ni atendió el consejo de su gran mentor, sir Alex Ferguson, quien le pidió que no aceptara un trabajo que según el técnico escocés era un “sinsentido”. La verdad, es que algo de razón sí que tiene el ex entrenador del Manchester, ya que la situación del Cardiff City desde la llegada del multimillonario asiático es caótica, increíble, y casi cómica. Vincent Tan es un personaje al que le gusta llamar la atención (como cuando viste con traje y la camiseta del Cardiff por abajo), le gusta entrometerse, como ya hizo nada más aterrizar en Cardiff cuando cambió los colores y el escudo del club. Además le gusta entrometerse también en las decisiones deportivas, una de las razones por las que Mackay no sigue al frente del club, ya que el escocés no escuchaba las “sugerencias” del propietario malayo. No sabemos si Solskjaer, que tuvo mucha personalidad en su época como futbolista, se está dejando llevar por el exótico dueño de su club.

El sábado ya vimos que la tarea que tiene por delante Solskjaer no es fácil, nada fácil. De los tres partidos que lleva el noruego a cargo del equipo, tan solo ha podido ganar el primero, el de la Third Round de la F.A.Cup ante el Newcastle en St. James Park. La derrota de la semana pasada ante un rival muy directo como el West Ham y la de ayer contra el Manchester City han llevado al Cardiff a ocupar la última posición de la tabla, aunque a un solo punto de la salvación. Por ahora el técnico noruego ya ha querido reforzar su equipo y ha fichado a dos jugadores de confianza. EL primero, Mats Moller Daehli, un joven extremo izquierdo noruego de 18 años al que hizo debutar con el Molde. El otro, de mucha más importancia para el futuro próximo del Cardiff, Magnus Wolff Eikrem, el mediocentro de más confianza para Solskjaer. Ya lo tuvo con los Under21 del Manchester United, se lo llevó al Molde, donde lo hizo triunfar, y ahora, le ha costado 2,5 millones de euros sacarlo del Heerenveen holandés. Si se adapta con rapidez al fútbol inglés puede ser un gran fichaje para los galeses. Además, el técnico noruego quiere seguir reforzando el equipo con otro jugador de su país como es el joven mediocentro del Manchester City, Abdisalam Ibrahim. Otro de los nombres que están en la lista de futbolistas que ha pedido el entrenador para reforzar el equipo es el de Wilfried Zaha, que no está teniendo minutos en el United y una cesión en el Cardiff podría ser beneficiosa para todas las partes. Por último, uno de los jugadores que gustan y mucho a Solskjaer es el joven mediocentro de 19 años del West Ham, Ravel Morrison, por el que los hammers podrían pedir entre 5 y 8 millones de euros.

EL DEBATE: ¿LOGRARÁ SOLSKJAER SALVAR AL CARDIFF?

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