El "enjuiciado" pundonor de Luis Manuel Rubiales

El presidente de la AFE ha sido denunciado por presuntas ilegalidades

La riqueza compra poder del mismo modo que el poder ansía riqueza. El veneno del poder es capaz de corromper incluso hombres de valores éticos inmaculados. En el juzgado de Instrucción número 30 de Madrid se discute si el inherente pundonor de Luis Manuel Rubiales también sucumbió a las sustanciosas promesas del poder en el momento en el que se convirtió en el nuevo presidente de la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE) en marzo del 2010. El hombre del comportamiento intachable y defensor de los derechos del futbolista anónimo se encuentra bajo la minuciosa lupa de ley.

"Rubiales se presentó vestuario por vestuario cuando fue elegido presidente. A su predecesor en el cargo no le he visto en toda mi vida", cuenta un futbolista de Tercera División. Ese predecesor es Gerardo González Movilla, quien ocupó el sillón de presidente de la AFE durante 22 años y ahora es la cabeza visible de la denuncia contra Luis Manuel Rubiales, escoltado por algunos de los que compusieron su junta directiva: Pier Luigi Cherubino, David Amaral, Antonio Álvarez, José Luis Sánchez Barrios y Francisco Javier Sánchez. Ellos son quienes han sembrado la duda sobre la gestión de los nuevos líderes de la AFE.

La denuncia se alimenta de unas supuestas irregularidades cometidas por Luis Manuel Rubiales en el momento en el que se sentó en el sillón de presidente de la AFE y se le adjudicó un salario que contradecía el artículo 35 de los estatutos de la organización. Ese artículo 35 señala que "los cargos de la Junta de Gobierno son gratuitos". Algo, que, supuestamente, Rubiales habría incumplido. Según los datos publicados por el diario El Mundo, el presidente de la AFE percibe mensualmente unos emolumentos que ascienden a 11.600 brutos, un salario que supera -incluso dobla- el que recibe el presidente del Gobierno en España.

Además, siempre según las cifras desveladas por El Mundo, Rubiales recibió 5.500 euros en concepto de "prima por firma de contrato" cuando asumió el cargo de presidente de la AFE. Una prima que vulnera el apartado 11.5 de la Ley Orgánica 1/2002 del Derecho de Asociación al que deben ajustarse todos los sindicatos de España, como es el caso de la AFE. Según este apartado, los dirigentes de un sindicato sólo pueden recibir retribuciones en concepto de reintegro de gastos producidos por el cargo, como comidas o desplazamientos.

Los estatutos de la AFE cambiaron recientemente tras una asamblea extraordinaria que también ha sido puesto en tela de juicio. En concreto desapareció el famoso artículo 35 que señalaba que los cargos de la Junta de Gobierno son gratuitos. Tras este cambio estaría permitido que Rubiales recibiera un salario de ahora en adelante, pero no con carácter retroactivo, por lo que continuaría siendo ilegal el salario que, supuestamente, se autoatribuyó durante su primer año como presidente de la AFE.

La denuncia ha sido admitida a trámite por el juzgado de Instrucción número 30 de Madrid por supuestos delitos de apropiación indebida y delitos societarios. "Es obvio, que se ha incumplido tal mandato y que, por tanto, el cobro de sueldos y salarios por parte de miembros de la Junta de Gobierno no sólo es contrario a los estatutos sino también a la Ley y, sin perjuicio de otras responsabilidades de quienes personalmente se hayan lucrado, las cuentas aprobadas adolecen de defecto grave que obliga a su anulación", señala la querella.

El 'pundonor' de Luis Manuel Rubiales se encuentra en entredicho por la anterior junta directiva de la AFE. El hasta ahora intachable presidente de la AFE está citado para declarar el próximo 2 de marzo. Será el momento en el que podrá defenderse como hacía sobre los terrenos de juego, aunque ahora el peligro es mucho mayor a encajar un gol. Si falla se expone a una condena de hasta seis años de cárcel. El traje del Robin Hood del fútbol anónimo podría no ser más que un disfraz.

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