97. Zé Roberto no era Roberto Carlos

Su pasó por el Real Madrid fue intrascendente

Zé Roberto le debe a Roberto Carlos su fichaje por el Real Madrid, pero también su salida del club blanco. No alcanzar el nivel de uno de los mejores laterales izquierdos de la historia -un reto complicado y más para alguien que ni siquiera era lateral izquierdo- le condenó. Su paso por el Real Madrid se convirtió, de este modo, en un frustrante e incómodo camino durante el que nadie confió en él y que, afortunadamente para sus intereses, no duró demasiado.

El rotundo éxito del fichaje Roberto Carlos en 1996 provocó que el entonces presidente del Real Madrid, Lorenzo Sanz, descubriera un mercado brasileño que le ofrecía jugadores prometedores además de la oportunidad de engordar sus ya de por sí acaudalados bolsillos. La operación para llevar a Zé Roberto al Santiago Bernabéu reunía estos dos ingredientes. Y es que las condiciones en las que se cerró su fichaje son cuanto menos sospechosas.

El jugador brasileño militaba en la Portuguesa de Brasil cuando el Real Madrid se interesó por él. Sin embargo, cuando terminó su contrato con el equipo brasileño no firmó directamente por el conjunto español, sino que hizo una sospechosa y fugaz escala en el Central Español FC de Uruguay, obligando a los blancos a pagar traspaso. Lo que pagó el Real Madrid por él no quedó claro en su momento y continúa sin estarlo. Los blancos anunciaron un dispendio de 650 millones de pesetas, mientras que desde Uruguay las cifras publicadas superaban los mil millones de pesetas.

Cromo de Ze Roberto en el Real Madrid

Si su presentación económica no fue buena, la deportiva no fue mejor. Y que lo que mal empieza mal acaba. Ze Roberto, que fue fichado en diciembre de 1996, retrasó su llegada hasta marzo de 1997 para poder casarse. Ya en Madrid no contó con la confianza de Fabio Capello y solo pisaba el terreno de juego cuando quedaba algún hueco por rellenar a causa de las lesiones. Además, su presencia en la banda izquierda resultaba inservible puesto que Roberto Carlos se bastaba para cubrir todo el flanco zurdo del Real Madrid, tanto en defensa como en ataque.

Roberto Carlos le pasó por encima y durante la temporada 1997-1998 Zé Roberto hizo las maletas para volver a su país, donde le acogió el Flamengo. Fue el paso más acertado de su carrera puesto que tras jugar media temporada con el club brasileño llamó a sus puertas el Bayer Leverkusen y en el BayArena explotó definitivamente. En la Bundesliga entendieron su juego y le dieron libertad para moverse tanto por el centro como por la banda, convirtiéndose en uno de los jugadores más cotizados del Viejo Continente y dio el salto al Bayern de Munich.

Con los muniqueses tocó techo. Ganó Budesligas, Copas de Alemania y se convirtió en un habitual en las convocatorias de la selección brasileña, levantando dos Copas de América y una Copa Confederación. Antes de abandonar el Bayern tuvo un breve paso por el Santos y posteriormente se marchó al Hamburgo, donde apuró sus últimos en el fútbol de primer nivel. Actualmente, vive un retiro dorado en el Al-Gharafa de Catar y seguro que si mira atrás recuerda con una sonrisa su paso por el Real Madrid, el único borrón de su carrera. Efecticamente Zé Roberto no ha sido Roberto Carlos, pero tampoco le ha ido nada mal.

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