La tángana de la paz

Cuando se defiende lo indefendible

Tensiones, trifulcas, tánganas, peleas. La tónica de los últimos enfrentamientos entre Real Madrid y Barcelona dejaba un panorama tenso, lejos de lo que todo el Mundo conoce como fútbol, con dos clubes, dos instituciones más que enfrentadas.

Los seis enfrentamientos en apenas cinco meses han llegado al borde del agotamiento, del desfase.

Sin embargo, contra todo pronóstico, cuando todo parecía normal, sucedió la jugada del final del encuentro el pasado viernes entre España y Chile. Una trifulca nacida de la nada, de un simple gesto entre Andrés Iniesta y Arturo Vidal, supuso que los jugadores de ambos combinados nacionales se vieran enfrentados.

Una batalla que desde gran parte de los medios de comunicación, que desde una parte de la afición se haya defendido, se hayan sacado valores morales de lo ocurrido.

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Cuando ocurría, lamentablemente, en los clásicos entre madridistas y azulgranas se afirmaba que el fútbol se estaba perdiendo, que los valores éticos de la especie humana entraban en tensión dejando de lado la esencia del deporte, del juego limpio. Sin embargo, la concentración correspondiente a la Selección Española para la disputa de dos encuentros (el próximo mañana a partir de las 22:00 Horas frente a Liechtenstein) llegaba bajo el clima casi obligado de que los dos capitanes de Real Madrid y Barcelona, Iker Casillas y Xavi Hernández respectivamente, hicieran algún gesto, alguna rueda de prensa conjunta en la que quedara de manera pública y evidente que el ambiente entre los numerosos jugadores de ambos conjuntos que predominan en el combinado nacional español es positivo, zanjando así cualquier mal rollo que pudiera enturbiar la dinámica de resultados de la Selección Española.

Todo bien, todo en regla. Sin embargo, la ya famosa tángana que se produjo en el amistoso del pasado viernes mostró un nuevo paso adelante, según desde el punto de vista desde el cual se mire, según el grado de moralidad que se le añada. Jugadores de España y Chile enzarzados en una pelea, un hecho gravísimo, digno de ser borrado de cualquier mapa, ya sea cuotidiano como deportivo, que desde los medios de comunicación, desde la opinión de muchos aficionados dejó reflejado un nuevo paso adelante en la convivencia, en el 'buen rollo' entre los internacionales blancos y azulgranas.

Pero, ¿cómo se puede sacar algo positivo de un hecho tan desagradable? Pues bien, esa es la moralidad que se defiende, el doble rasero que existe y se maneja en esto del fútbol. Sí, es cierto que jugadores de ambos conjuntos se defienden ante el contrario, pero es una pelea, es un gesto de lo más negativo sobretodo para la imagen de un deporte en el que la UEFA invierte miles de millones de euros al año y que, como se puede apreciar, no obtiene ningún resultado.

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