¿Valen lo que cuestan?

Inversiones millonarias sin resultado

La actuación de ayer del delantero español, Fernando Torres, vuelve a poner al madrileño en el disparadero. Anoche, en el partido de Champions contra el Manchester, tuvo otra oportunidad para romper su mala racha goleadora, pero entre Van der Sar y el poco acierto de cara a portería, el niño suma ya 12 partidos sin mojar. La situación empieza a ser delicada. Pese a todo, Carlo Ancelotti sigue depositando toda su confianza en el de Fuenlabrada y destacando todo lo que aporta al equipo.

El Chelsea pagó por su traspaso, en el pasado mercado de invierno al Liverpool, cerca de 60 millones de euros, convirtiéndose en el fichaje más caro de la Premier League. Una cifra muy elevada para el rendimiendo que estaba dando "the kid" desde el pasado mundial de Sudáfrica. Pero en Londres confían en que vuelva a ser el delantero que pulió Rafa Benitez en su etapa del Liverpool.

No es la primera vez que un equipo paga una cantidad importante de dinero por un jugador, que no da el nivel esperado. Jugadores contrastados a nivel mundial que son pretendidos por media Europa, haciendo las delicias de los aficionados al balón y que al final cambian de chaqueta por un puñado de dólares, para luego defraudar y convertirse en portada por su escaso rendimiento, o el despilfarro que la directiva ha realizado.

Repasando la historia reciente de estas compras, encontramos nombres como Anelka, Overmars, Shevchenko o Kaká entre muchos otros. Todos ellos enamoraron a medio mundo en sus antiguos equipos, muchos clubes querían hacerse con sus servicios, pero al cambiar de destino, la realidad fue otra muy distinta.

Anelka

Nicolás Anelka deleitaba con su juego y sus goles en el Arsenal, cuando el Real Madrid de Lorenzo Sanz pagó 33 millones de euros en 1999, cuando tan solo tenía 20 años. Desde Chamartin aseguraban goles y triunfos gracias a la aportación del francés. En Londres consiguió anotar 28 dianas en 90 encuentros, vitales para ayudar a su equipo para ganar cuatro títulos en las dos temporadas que estuvo. El joven prometía. Una vez desembarcado en Madrid empezaron sus problemas. Nunca congenió con la afición, ni con compañeros, ni directiva. Sus contínuos problemas de disciplina tuvieron su castigo, una suspensión de 45 días por negarse a entrenar. Anotó dos tantos, uno de ellos en la semifinal de la liga de campeones contra el Bayern de Munich que a la postre ganaría el conjunto blanco con el francés de titular en la final. Ese mismo verano fue traspasado al Paris Saint Germain. A día de hoy ha recobrado su magia en el Chelsea.

En el Barcelona también tuvieron un caso parecido con el holandés Marc Overmars. En el Arsenal estaban maravillados con la rapidez del extremo y la capacidad de desborde que tenía, era una delicia verle coger el balón. El verano del 2000 iba a ser determinante en su carrera. El Real Madrid birlaba a Luis Figo al eterno rival. Joan Gaspar tenía que contrarestar esa baja con un fichaje sonado. El barça puso sobre la mesa 10.000 millones de las antiguas pesetas y se llevó al astro tulipán. En Can Barça ya tenía al supuesto recambio de Figo, pero la sombra del portugués fue demasiado larga. Las lesiones no dejaron triunfar a Overmars en el Barcelona, por lo que los culés no pudieron apreciar su mejor versión. Cansado de las lesiones decidió abandonar el fútbol, pese a que aún le restaban años de contrato. En 2008 volvió a vestirse de corto cuando fichó por el Go Ahead Eagles holandés, para colgar las botas de unas vez por todas un año después.

Overmars

El Chelsea ya sabía lo que era gastarse mucho dinero por un futbolista que no rinde lo esperado. Pasó en 2006 cuando Andriy Shevchenko abandonó la disciplina de AC Milan para fichar por el Chelsea de Abramovich por 45 millones de euros. El delantero ucraniano en siete temporadas en el conjunto rossonero marcó la friolera de 173 goles, ganado cinco títulos, la liga de campeones incluida, y el balón de oro de 2004 entre otros muchos otros premios individuales. Era una apuesta segura. Cuando llegó al Chelsea esperaban una tormenta de goles que nunca llegó. En dos temporadas anotó 22 tantos, lejos de sus números milanistas. Chelsea y Milan acordaron una cesión, para ver si recuperaba el olfato goleador, pero éste nunca volvió. En su segunda etapa en Italia sólo marcó dos goles en 26 partidos y a la vuelta a Londres unicamente disputó un encuentro. Hoy juega en el equipo que le vio nacer, el Dínamo de Kiev.

Aunque aún esté a tiempo de remediarlo, Kaká va camino de engrosar la larga lista de grandes inversiones que no han salido rentables. El también balón de oro en 2007 llegó a Concha Espina procedente del Milan por una cantidad cercana a los 65 millones de euros. El Bernabeu se llenó la tarde de su presentación. En la capital se desató la locura para ver al fin al astro brasileño vestido de blanco tras varias temporadas intentándolo. Tuvo que ser Florentino Pérez, en su segundo etapa como máximo mandatario madridista, quien consiguiese atarlo. Seis temporadas en Italia marcando 95 goles, fueron suficiente aval para demostrar todo lo que puede hacer. En Madrid aún lo están esperando. En dos temporadas ha perforado la portería rival dos veces. Triste bagaje para un futbolista de sus características. Es cierto que ha sufrido una grave lesión, pero su máximo nivel está lejos del rendimiento actual.

Grandes estrellas que acaban estrellándose. Por lesiones, problemas de adaptación o por mala suerte, pero han sido muchos, y aún lo serán más, los futbolistas que no acaban de amortizar todo lo que se ha invertido en ellos. En el mundo del fútbol, tampoco es oro todo lo que reluce.

Artículos destacados

Comentarios recientes