En el reino de los ciegos...

sneijder.jpgYa está. Ya no sentimos lo mismo. Ese cosquilleo de liga irresuelta que teníamos todos al echar un simple vistazo a los resultados del domingo ya no es lo que era. Está bien, que esta liga ha estado muy loca y ahora parece que va adquiriendo un poco de cordura, que como cualquier psicótico puede tener una recaída y poner todo patas para arriba, pero ya no parece probable. Nada hace prever que el Real Madrid vaya a perder un título que tiene ganado casi con total seguridad. Es que quedan tan sólo 18 puntos por disputarse y la ventaja a su más inmediato perseguidor, el Fútbol Club Barcelona, es de 9 enteros. Tejamos conjeturas y especulemos con una hipotética baja de forma del Madrid y, aún así, nos encontramos con que este Barça es un equipo demasiado timorato y falto de mentalidad como para arrebatarle el cetro a las presentes majestades, que no van a tener inconveniente alguno en renovar su membresía de campeón por segunda temporada consecutiva.

El Real Madrid no será recordado como un campeón memorable. De eso podemos estar seguros. Ante el Murcia volvió a sufrir más de la cuenta ante un conjunto excesivamente menor, nuevamente tuvo a un defensa expulsado prematuramente, no mostró un juego vistoso ni demasiado agradable y terminó consiguiendo la victoria merced a un acierto individual de Sneijder. Pero, a su favor, ha sido siempre un elenco tremendamente efectivo. Tuvo un fuego sagrado superior al de otros equipos. Muchas de las veces que le tocó jugar mal de todas formas terminó ganando. Efectividad, oportunismo, sacarle máximo provecho a las ocasiones que se presentaron y, además, la inestimable ayuda de saber que quienes vienen detrás son más dudas que certezas. Todas estas facetas son aplicables a un Madrid que, de no mediar ningún imprevisto, será el campeón.

Ante el Murcia el equipo merengue terminó de refrendar una síntesis de lo que fue en toda la campaña: un conjunto que no sorprende, no termina de agradar, pero que contó con el plus de ganar los partidos que otros equipos no pueden pasar del empate. Pero queda en duda una cuestión de fondo, algo más profunda y que es el estado actual del campeonato español de Primera División. Creo que una de las maneras más acertadas de medir el estado de las cosas en un certámen es a través de sus equipos mejor posicionados. Allí nos encontramos a un Real eliminado de octavos en Champions y con posibilidades de obtener el título luego de inversiones multimillonarias y sin cumplir en absoluto la promesa de un fútbol mucho más adecuado al paladar del exigente público madridista; un Fútbol Club Barcelona partido en lo anímico, sin respuestas en lo futbolístico, con demasiados problemas de vestuario pero, aún así, vivo en la Liga de Campeones; un Villarreal edificado en base a un proyecto a largo plazo, que sigue dando buenos frutos pero que todavía le falta ese gramo extra de estirpe para ganar la Liga; un Atlético errático, impredecible y bifronte. Tal vez habría que rescatar las actuaciones del Racing, tal vez del Getafe a nivel global. Pero no mucho más, para ser sinceros. No por nada este fue el año Premier, incluso para el público español. Esta no será precisamente la campaña en donde podramos exclamar a viva voz eso de que tenemos la mejor liga del mundo. No, este no es el momento.

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