Un bigote asoma desde Salamanca

Vicente Del BosqueEs momento de retomar un tema que ya hemos tratado en este mismo espacio: la sucesión de Luis Aragonés en el banquillo español, esa silla que tiene una temperatura infernal y que es capaz de quemar las nalgas de cualquiera que se siente en ella. Ese complicado puesto que lleva a quien le toque ocuparlo a estar automáticamente de un lado u otro de la opinión pública. Ese lugar que el común denominador del público español quiere que sea ocupado por el más idóneo posible, ya que el hambre y la sed de alzar un trofeo significativo que se le viene negando sistemáticamente a la furia roja desde tiempos inmemorables, se hacen totalmente necesarios e indispensables de ser saciados para una selección famélica de gloria. Según viene anunciando desde hoy el diario deportivo Marca y también otros medios españoles, el sucesor del problemático y enojón "Sabio de Hortaleza" será ni más ni menos que el señor del bigote, Vicente del Bosque. Al parecer, Ángel Villar y Fernando Hierro -su principal aliado en esta empresa-, algo así como las cabezas visibles encargadas desde la Federación para escoger al próximo seleccionador, ya tendrían todo acordado con el salmantino y será cuestión de aguardar al amistoso ante Dinamarca en agosto para que uno de los más queridos entrenadores de la afición madridista ocupe el sitio que no se le otorgó cuando Luis Aragonés tomó las riendas de la rojilla en lugar de Iñaki Saez. ¿Por qué Del Bosque y no Rafa Benítez, Juande Ramos, Marcelino o un entrenador foráneo? Primero, porque Del Bosque es un hombre que ha demostrado sobrada experiencia a la hora de conducir grupos problemáticos, donde muchas figuras se dan cita en una misma plantilla. También es un hombre de triunfos en su haber, lo cual no es un detalle menor, teniendo en cuenta la sangría de victorias relevantes a nivel internacional del combinado español. Si a eso se le suma que será un entrenador que no tendrá esos polémicos desplantes ante la prensa que a Luis le encantan, que convocará a Raúl sin chistar y que tiene un consenso prácticamente unánime dentro de la prensa ibérica, podría decirse que Vicente Del Bosque ocupará el lugar del conciliador, del bombero que arriba a apagar el incendio, del hombre sereno que aportará la calma y el trabajo necesario para que -por fin- lleguen los logros destacados. ¿Tiene Del Bosque bien ganado ese lugar? Yo estimo que si. Si bien las opciones son múltiples, de todas parece la más adecuada, así de buenas a primeras. Es el segundo entrenador más ganador en la historia del Real Madrid -que me corrija algún seguidor merengue si no estoy en lo cierto-, lo que demuestra que es capaz de tomar un fierro caliente con sus manos desnudas sin miedo a llenar sus dedos de ampollas. Además puede otorgarle al equipo toda su tranquilidad y sapiencia. A pesar de que su última experiencia en un banquillo no fue del todo positiva (Besiktas 2004/05), hay que dejar el crédito abierto a Del Bosque de cara al Mundial 2010. El resto, como siempre, correrá por cuenta de los once que pisen el verde césped. Sería toda una ironía del destino que Luis Aragonés y su equipo se alcen con el máximo trofeo continental europeo a nivel selecciones que es la Euro 2008. Pero también sería magnífico que el controvertido Luis, ese gruñon tan odiado y querible a la vez -¿condición sin equa non para ocupar un puesto de seleccionador?-, se despida de su cargo con ese tan anhelado galardón. Luego vendrá Vicente, un hombre de bigote. Ojalá, además de hacer su trabajo de la forma más eximia posible, le transmita a sus dirigidos esa afición por dejarse crecer el vello facial justo arriba del labio superior, así consigue hacer las delicias de todos aquellos que clamamos por un poco menos de metrosexualidad y más cabello en cara en este fútbol modernizado.

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